La Ceni(Xayah)cienta

Un brindis... por las mentiras

Los 3 varones voltearon a verla con incomodidad.

-Yo... bueno, pasaron varias cosas...- dijo Yaxah, algo nerviosa.

Cralia la miró, expectante.

-Pero, si le soy sincera... aunque básicamente hago lo mismo, mi nuevo trabajo es mejor que el que tenía en Ixkal...- finalizó la cuervo violeta.

-Sitt me comentó que la princesa Qiyama no trata bien a los de nuestra raza.

Cralia la miró tan llena de pesar, que a Yaxah le dió la impresión de que esa mujer se desmoronaría ante cualquier relato mínimamente cruel.

Yaxah encogió los hombros.
-Es una chica muy "altanera" por decir lo menos, sí. Pero... Sitt me dijo que aquí en Nexus, él me podría ayudar a encontrar un mejor trabajo y... después de salir de Ixkal y de... viajar un par de meses... buscándome a mi misma... por así decirlo... aquí estamos.

La juloah asintió, mientras sonreía con alivio.
-Fue una suerte que se conocieran mientras Sittreigh reparaba los techos de las casas de ese asilo, con ayuda de Wuk.

Sitt sintió la mirada de Wukung, Klod y Yaxah y tuvo la enorme necesidad de beber un largo trago de sidra de frutos rojos.

Yaxah se limitó a sonreír levemente, pero no dijo nada más.

-¡Vaya, señor Klod! Es el mejor caldo de serpiente que he comido! ¡Cuánta carne tiene ésta!

-Ah, sí... es de una llamada... Cassiopeia... única en su especie,- mencionó Klod, sabiendo que nadie sabía a quién se refería.

-¿Y qué tal tu nuevo trabajo, Wuk? Lo último que Sitt me dijo es que decidiste entrar como conserje del palacio, en Lothlania.

Aprovechando que Cralia estaba doblando su servilleta, Wukung fulminó a Sitt con la mirada.

"¡¿Conserje?! ¡¿En serio?!"

-¡Qué buena está la carne de éste jabalí!- exclamó Klod, dándole tiempo a Wuk, para que pensara qué responder.

-Ehm... no trabajo en el palacio tal cual, me encomiendan... tareas... en distintas partes del reino.

-¿Tareas... domésticas?

Wukung encajó las uñas de sus pies en el suelo, mientras asentía con la cabeza.

-¿Alguien quiere más sidra?- preguntó el anfitrión mientras se ponía de pie y llenaba los vasos de todos, al ras.

-Me da tanto gusto que usted haya podido darle asilo, señor Klod.

Klod negó con la cabeza.
-Wukung es más familia mía que cualquier yordle en toda Runaterra. Y... sus amigos siempre son recibidos en mis tierras. En particular esta niña; es ordenada, inteligente, disciplinada y confiable. Me ha ayudado a darle mantenimiento a mis armamentos.

Yaxah y Wukung lo miraron perplejos.

Klod hizo una pausa y se bebió la sidra de un trago, para luego decir:
-Estos dos... ¡Oh, diablos! Gracias a esta pájara y a esta bola de pelos, ¡ahora entiendo porqué algunos quieren y tienen hijos!

Los ojos de Wukung se pusieron vidriosos.

-Señor Klod...- murmuró Yaxah, sintiéndose halagada y conmovida al mismo tiempo.

-¡SNIF!

Entonces, todos miraron a la madre de Sitt, la cual tenía los ojos inundados de lágrimas.

El mestizo se levantó y fue hacia ella.
-¿Ma? ¿Te sientes mal?

Pero ella posó sus manos sobre la de su hijo y negó con la cabeza, sonriendo.
-No, hijo... es que... ¡soy tan feliz en este momento! Estoy tan agradecida de poder celebrar con otra familia el "Día de la Fundación".

Yaxah, Wukung y Klodd se miraron con algo de complicidad.
La madre de Sitt los veía ahora así:
Una familia... formada por un "padre" y dos "hermanos."

Pero Cralia se limpió las lágrimas, se palmeó las mejillas y sonrió.
-Hijo, ¿Podrías llenar los vasos de nuevo, por favor? me gustaría hacer un brindis.

Entusiasmado por ver a su madre con ánimos nuevamente, el mestizo obedeció en el acto.

Cuando todos tuvieron sidra en sus vasos, Cralia exclamó:
-¡Por la fundación de Nexus y por las familias que se crean en esta nación!

-¡SALUD!- respondieron los demás.

(...)

Después de comer, el señor Klod se excusó con el pretexto de que debía sacar a pasear a Skeerl.

Yaxah comenzó a hilar con la madre de Sitt y Wukung decidió acompañar al mestizo con el fin de "ayudarlo como camillero."

Sitt entendía para donde iba ésto, pero aceptó.
-A ver, primero tengo que ir por... un botiquín a mi cuarto.

Tras ésto, se despidieron de Yaxah y Cralia y subieron al Jeep.

-Ya, en serio... ¿Qué traes ahí?- preguntó Wukung muy serio, viendo esa enorme caja de madera.

-Ábrela...- dijo Sitt, escueto.

Al hacerlo, Wukung miró el cristal, refulgiendo y emitiendo un suave canto distante, fuera de éste mundo.

-¿QUÉ ES ÉSTO, SITT?

- La materia prima de mi nuevo negocio... Lo conseguí la semana pasada. Directamente importado de Shiruma.

Pero Wukung juntó todo y lo comprendió:
-Sitt... ¡Ésto es lo que esa vibra mágica quiere!