Una resolución "real"... y bizarra

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-Entonces; el plan es así:
Wukung y yo pasaremos Ixkal, de ahí buscaremos en Piltower, Zewn y luego en Nexus. Como último recurso, iremos a Aguas Tórridas.
No puede estar más allá de estos puntos de referencia.

-¿Y porqué no más lejos?- inquirió Raken.

-Imposible; Más allá de este punto, está el desierto de Shiruma.

-¿?

Tékrot añadió:
-Los lothlanaienses no podemos sobrevivir ahí; el calor del sol reduce nuestras plumas a cenizas.

Raken tragó saliva.

Antes de irnos, mi señor... necesito que nos haga un favor.

-¡Por supuesto! Lo que sea por los que irán por Dusk!

-Bien... necesito que nos entregue la pluma.

-Por supuesss...pérate ¿QUÉ?

-Necesitamos la pluma... es la única manera de identificarla,- dijo Yaxah, extendiendo la mano, seria pero expectante.

-Pero... es la única cosa que tengo de ella... ¡verla y tocarla es lo único que me mantiene cuerdo; sin ésto... no "furulo"!

Al oír esto, Yaxah abrió los ojos y alzó las cejas, pero al segundo siguiente, recuperó la seriedad que la caracterizaba.

Sólo Raken se dió cuenta.
¿Acaso sentía... lástima por él?

-Además, recordé algo más...- dijo Raken mientras sacaba la pluma de Dusk de su capa.

-¿Algo más?- preguntó Ottran.

-Sí, verán...creo que las explicaciones de Yaxah me ayudan a recordar cosas que olvidé aquella noche.

-¿A qué se refiere?- inquirió Tékrot.

-¡A todo, en general! Por ejemplo; ¿recuerdas cuando me dijiste que Dusk hizo un movimiento extraño antes de desaparecer?

Yaxah asintió.

-Pues ya me acordé; ¡Ella quería huir!- exclamó Raken angustiado.

-¿Huir?

-Sí, verán; ella saltó sobre mí al mismo tiempo que la luna cubría el sol; iba a aprovechar la oscuridad para escapar.

-Pero... ¿Porqué huiría?

Raken suspiró tristemente.
-Sólo sé que cuando mis guardias me hicieron recordar quién era, ella se desilusionó mucho. Como si creyera que...

-Que ella no debía si quiere de pensar en estar cerca de usted... supongo, - murmuró Yaxah, con cierta empatía.

El príncipe asintió. Su cara era la encarnación de la tristeza misma.

-Yo... tengo que hacerle ver que no me importa lo que ella sea, que sólo importa que estamos destinados... Yo...

Raken miró a la ventana por un instante.
Hacia el crepúsculo...

-Yo... quiero ir con ustedes,- dijo el príncipe mirándolos con la mirada más suplicante que nadie le había visto jamás.

Tékrot, Ottran y Yaxah miraron al príncipe, luego se voltearon a ver y vieron al príncipe de nuevo.

-¡NO!- dijeron los 3 al unisono.

(...)


Raken iba persiguiendo a Yaxah por todo lo largo y ancho del palacio.

-¡Oh, vamos!

-No; no puede. Y ya no insista.

-Pero, ¡ni siquiera notarán que estoy ahí!

La Ceni(Xayah)cientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora