Entonces, el "hada" reapareció...

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Pero la oscuridad no duró mucho; un extraño destello celeste descendió del eclipse.
Era Saroka.

Y tras descender del cielo, aterrizó co suavidad en el tronco en el que Yaxah y Raken habían bailado unos días atrás.

Al verla, todos los vastayas se reunieron rápidajente alrededor del tronco, mirandola con asombro. Cuando lo consideró prudente, usó susbpider3s paea amplificar su voz y comenzó a hablar

-Reino de Lothlania; vengo a advertirles... una guerra está a punto de estallar.

Los vastayas se miraron unos a los otros, con pánico en sus rostros.

Varios comenzaron a gritar que no era justo; que ellos no habían hecho nada para merecer tal cosa... que debía haber una manera de que no se llevara a cabo.

-No hay nada que hacer; ningún dios podrá hacer nada para evitarla. El ataque más reciente a la magia de sus bosques, es sólo el comienzo.

Yaxah y Raken se apresuraron paea llegar hacia ella. Una vez ahí, saltaron al tronco, para hallarse frente a frente con la "Hija de las Estrellas."

-Justo con quienes quería hablar- dijo la enviada de Montergún a la pareja de vastayas, a tiempo que hacía una elegante reverencia con la cabeza. Había "apagado" su poder de amplificación de voz y ahora, hablaba con su voz normal con la pareja.

-Vamos, Saroka... ¿Porqué tanta mugre etiqueta? Quiero decir; nos ayudaste con la magia del Sol y la Luna, te apareciste en suestros sueños... ¡Además, me viste "esponjado"!

-¡¿Qué?!- preguntó Yaxah, algo molesta.

Saroka giró los ojos, haciendo saber que ella NO diría nada sobre eso.

-¡Ah¡ Esteee... ¡no es lo que crees! Es sólo que... me dijo que tú ya estabas aquí... cuando te conocí, en el claro del bosque... ¡pero fue antes de verte! ¡No soy un pervertido!

-Miren- interrumpió Saroka, señalando el eclipse -yo estoy aquí en nombre de ellos y de Montergún. Déjenme hablar primero, ¿sí?

Mientras tanto, el resto de los habitantes los veían expectantes...

😶...
Saroka se dio cuenta de ésto y volvió a amplificar su voz para hacerse oír por todos una vez más:

-Vengo en nombre de Montergún a decirles, que si desean salvar la magia que los conforma, tendrán que aceptar que los elegidos abandonen Lothlania. Así, usarán sus poderes del sol y la luna para combatir en otras regiones...

Al oír éso, todos comenzaron a gritar, presos de una enorme negatividad.

Sin embargo, Saroka dió un golpe con la base de su báculo sobre el tronco, haciendo un fuerte sonido que sonaca como un cascabel gigantesco, haciendo que todos guardaran silencio

-Si no aceptan el mandato df lis aspectos... la luna no dejará al sol brillar. Lo cubrirá, y todas las regiones sufrirán las consecuencias del egoísmo de los lothlanaienses.p

-¡No!
-¡¡Imposible!!
-¡La luna nos bendice con las mareas!
-¡Ayuda en el crecimiento de las raíces de las plantas!
-¡La luna no puede hacernos ésto!

Saroka asintió con severidad.
-Lo hará; la luna es una entidad suave y benévola. Pero también es juiciosa y....
Si ella cree que los elegidos deben de ir a luchar, en vez de permanecer en el trono, nada le impedirá cubrir al sol.

Saroka miró a Yaxah y ésta sintió algo extraño; como si la pieza faltante que necesitaba para armar su plan de acción, acabara de caer en el lugar exacto.

Quiso levantar la vista al cielo, pero lo consideró imprudente.

-¡No!- gritó un vastaya; era Hélervok. El líder de los guerreros diurnos, subía de un poderoso aleteo al gigantesco tronco.

Yaxah miró a Hélervok con una mezcla de súbita molestia y desdén, que mantuvo al mínimo.

Pero Raken lo miró con enojo y se puso en posición de alerta, a un posible ataque; a él nunca le había caído bien ese vastaya con rasgos de halcón cruelmente y soberbio.

La cuervo sabía que Hélervok era un ferviente adorador del Sol; era algo muy común entre los guerreros vastayas que estaban hasta arriba de la jerarquía. Sin embargo, recordaba que una vez, Tékrot le había confesado que dicha adoración, rayaba en lo enfermizo.

Y no estaba equivocado.

-¿Disculpe usted?- preguntó Soraka al vastaya-halcón, mientras frunció el entrecejo con un ligero enojo, al ver cómo Hélervok subía al inmenso tronco, sin ser invitado.

-¡El Sol no dejará que la Luna lo cubra!

Saroka parpadeó, como si no hubiera entendido bien lo que acababa de oír.

-¿Porqué no la dejaría? Después de todo, ambos son...

-¡El Sol es más grande, fuerte y poderoso que la Luna! ¡Y él no va a permitir que ella nos deje sin su luz vital!

Saroka miró a Hélervok, como si éste hubiera intentado golpearla. Sin embargo, intentó reponerse y habló:

-Debería medir sus palabras. Es cierto que el Sol irradia más luz que su contraparte, pero...

-¡Pero NADA!- gritó mientras se acercaba al centro del tronco. Y sin importarle si los otros podían oírlo o no; señaló al cielo y gritó a todo pulmón:

-¡SOL! ¡¡Yo te he venerado como nadie!! ¡Demuestra que tu poder es superior al de esa "esfera" blanca! ¡Quítala de tu camino!

Raken se acercó a Hélervok, lleno de furia.
-¡¿Acaso está loco?! ¡No puede...!

-¡Cállate! La Luna es un aspecto deficiente, ¡tú eres la prueba de ello! Pensar que de entre todas las crías que había, usó sus poderes en TÍ, para ser nuestro futuro monarca!

Yaxah miró a Raken; una de sus plumas comenzó a brillar sin razón aparente. Con prisa, se acercó a él.

-Mielli...- dijo ella sosteniéndolo del hombro. Raken seguía viendo a Hélervok con enojo, mientras que éste no dejaba de insultarlo.

-¡No eres más que un payaso descerebrado, impulsivo y ridículo!

Saroka los miró en silencio.

-¡Puede que la Luna haya cometido un error contigo, pero el Sol no le permitirá cometer otro!- el vastaya halcón levantó sus ojos y brazos hacia el eclipse y gritó una vez más.

-¡SOL! ¡Demuestra tu poder superior, EMPÚJALA!

¡¡¡FRUUOOOOSH!!!

Ante la perpleja mirada de todos en el reino, el cuerpo de Hélervok cayó de bruces, desmayado y humeante.

En el momento que el vastaya halcón gritó tal petición, un rayo de luz dorada proveniente del sol oculto y similar a un relámpago le cayó encima violentamente.

-Es cierto que el Sol es más fuerte que la Luna... pero él jamás le hará daño. Él la apoyará en todo y la venerará siempre. Y ella a él...

Raken y Yaxah se tomaron de la mano, miraron a Saroka y asintieron.

La Hija de las Estrellas hizo una leve reverencia y tras éso, se transformó en un destello celeste, que ascendió al cielo y se perdió de vista...

La Ceni(Xayah)cientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora