Hiram. Después de varios intentos, llegué a la conclusión de que es imposible para mí describirlo, él es más que vacías palabras o simples adjetivos, él es sensaciones, abrazadoras y avasallantes sensaciones.
Conocerlo fue como entrar al mar en invierno, sentí el viento sobre la piel y el miedo invadió cada parte de mi ser, fue excitante y aterrador; al principio caminé lento, al contrario del tiempo, el cual avanzó rápido, de forma casi imperceptible.
Dar el primer paso parecía un gran error, aun así, retroceder nunca fue una opción. El agua fría golpeó mi piel y me hizo temblar. Se oscurecieron mis labios y solo pude avanzar. Pero al sumergirme... ¡Al sumergirme! Todo cambió. Un alivio pleno recorrió cada centímetro de mí, el agua fue como una suave caricia y el placer me invadió pura y vanamente.
Fue mágico. Al moverme olvidé el frío y el temor, solo pude saltar, sentir el movimiento, recorrerlo y fundirme en él.
Al salir, el mar se cobró toda su gentileza. En mis intentos de escapar con él, sus olas me golpearon. Al igual que la realidad, me sacudieron y lastimaron. Me enceguecieron al punto en el que ya no pude ver otra cosa, terminando completamente obnubilada.
Cuando finalmente estuve afuera, el viento arremetió con dureza y el frío me despertó con violencia de la fantasía. Debería haber sentido alivio al salir, pero no fue así.
Nació en mí el deseo de estar nuevamente en el interior, flotando, jamás haber salido. El mero intento de regreso sería aterrador y oscuro. Se contrapone la idea de nunca haber entrado, pero ya es tarde. Solo queda el frío entrando por cada fibra, añoranza, vacío y arrepentimiento. Enferma y atractiva adrenalina. Así fue conocer a Hiram, desolador y totalmente increíble, casi inolvidable, como meterse al mar en invierno.
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El mar en invierno
RomanceTerror, pánico y desenfreno. El mundo colapsa, las calles vacías lloran las horas y no queda ápice de la vida cotidiana. Muerte y desolación, estado de sitio, las autoridades decretan el aislamiento obligatorio y las puertas de las fronteras se cie...