Capítulo XVI

55 20 0
                                    

La noche era sumamente fría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La noche era sumamente fría.
El viento soplaba tan fuerte, que podía oírse su típico aunque muy tenebroso silbido, cuyo sonido parecía más a la de una persona, o entidad, silbando fuertemente y tratando de llamar la atención.
Los jóvenes sacerdotes se encontraban durmiendo en sus tibias y esponjosas camas.

En su habitación, sumida por una completa oscuridad, el padre Juan entre dormido, comenzó a moverse de aquí para allá. Tratando de acomodarse.
En un ángulo débilmente se advertía el resplandor de una antigua estufa .

Ya era medianoche, y ese fuerte viento hizo denuevo, mecer la gran campana, la cual dió un solo trino.
Juan abrió sus ojos y vió solo oscuridad absoluta, acompañada de, por supuesto, el resplandor de la vieja estufa.

No pudo ignorar el fuerte sonido que el viento provocaba, pero había algo más.
Pudo escuchar el canto de un monje, que suponía, venía de la iglesia.
Se sentó en la cama y encendió el velador . Ya no estaba dormido, el canto de aquel monje se escuchaba muy claramente, aunque aún no podía distinguir que oración cantaba.
Se levantó y lentamente caminó hacia la gruesa puerta, abriéndola con cuidado para hacer el menor ruido posible.
Salió al pasillo cuyos ventanales, dejaban entrar la claridad lunar, que por momentos era ocultada por las negruzcas nubes de tormenta.
Caminó lentamente hacia el pasillo que lo llevaría hasta la iglesia.
Aquel cuanto gregoriano, se escuchaba cada vez más claro, a medida que se iba acercando a la capilla.
Su sorpresa fue mayúscula, al darse cuenta que aquella voz entonaba el padre nuestro en latín, además podía oírse el sonido de una escoba barriendo el suelo.
La voz monacal, entonaba una y otra vez el Pater noster.

Lentamente Juan salió a la capilla y vió que en el altar, había de espaldas a él, un monje. Este se encontraba barriendo mientras rezaba cantando el Padre Nuestro.

El joven sacerdote arrugó el entrecejo

-¡hola! -le dijo Juan de repente

El monje volteó rápidamente y pegó un grito de susto al verlo, ello provocó que el padre Juan también gritara y se asustara.
Sus gritos retumbaron por toda la iglesia, haciendo un profundo eco.

-¡por favor no grites! -le dijo preocupado Juan

-chi sei -profirió el fraile mirándolo extrañado

-Soy Juan, soy el padre Juan Aguirre

La cara del joven monje, cuya edad rondaba entre 18 y 20 años, se llenó de esperanza y su mirada se iluminó.

-¿eres Juan? -. Dijo con acento italiano.

-¡si, soy el padre Juan! ¿Y vos quién sos, que haces acá a esta hora? -procuró ser simpático

-soy... Fray Galdino di Cesena di la orden Franciscana -profirió un tanto tímido y sin soltar la escoba en ningún momento.

-Fray Galdino, es un gusto, pero ¿qué haces a esta hora acá? -le dijo en un tono tranquilo

-bueno, yo... tengo que hacer penitencia, todas las noches, a las 12 de la noche tengo que limpiar el altar ¿comprende?

-si hermano y ¿cómo es que sabés hablar español, todos los monjes saben hablar español? Es que sos tan joven...

El fraile hizo una leve sonrisa.

-las órdenes mendicantes debemos viajar hacia otras ciudades, debemos estar preparados -profirió con acento italiano.

El joven dejó la escoba a un costado y agachó la mirada.

Juan  seguía sin entender porque estaba ese chico ahí.

El tercer lugar [Terror]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora