Dos días después:
Berger se encontraba orando. Sentía la atmósfera muy pesada.
Habían finalizado la misa de las 10 am, afuera el sol era radiante pero dentro del templo hacía muchísimo frío.
Ambos se juntaron frente al altar, estaban por cantar una oración cuando las grandes puertas de la iglesia se cierran de par en par fuertemente.
Los jóvenes voltearon pero una sombra oscura toma a Berger y lo arrasta unos metros.
El rubio se sentía en agonía.
—¡en el nombre de Dios padre todopoderoso, te ordeno que lo dejes en paz! —gritó Juan desesperado.
La atmósfera se tornó aún más oscura y lúgubre.
—¡es hora, me lo llevaré Juan y no hay nada que puedas hacer! —le dijo Ose apareciendo junto a Berger. Los ojos del demonio se iluminaban como los de un felino, ardían como el mismísimo infierno.
—¡no, yo ya no dudo, sé que Dios me ama, soy su hijo amado, lo sé en mi corazón! —gritó Berger, luego corrió hacia Juan.
Los jóvenes fueron empujados por una fuerza invisible que les propinó tal golpe en sus rostros, que cayeron dos metros de donde estaban parados.
—¡Dios, Jesús mío, no nos abandones! —gritaba Juan.
Berger fue arrestado una vez más, desesperado intentaba safar de algo que ni siquiera podía ver.
Sintió que todo su cuerpo era rasguñado por un ente invisible.El cuerpo de Juan comenzó a sentir muchísimo dolor, los estigmas comenzaron a sangrar sobremanera.
Aun muy débil, tomó agua bendita y la Vera cruz que siempre llevaba junto a él.Berger seguía en el piso luchando contra algo que lo atormentaba.
El joven argentino se arrodilló y comenzó a rezar una oración secreta, solo la susurró para él mismo pero el demonio gritó de dolor y dejó al joven alemán, el cual corrió como pudo al lado de Juan.
—¡no digas más esa oración, no puedes saberla! —le gritó Ose, su cara comenzaba a desfigurarse.
—en el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén. —dijo Juan poniéndose de pie —. El señor esté contigo…
—y con tu espíritu —contestó Berger.
—¡callen malditos cerdos, en un momento estarán conmigo en el infierno, callen ahora…! —gritaba sin parar.
Una sombra más alta y oscura se paró tras Ose.
Juan lanzó agua bendita diciendo:
—Esta es el agua que Dios ha bendecido, que ella sea para nosotros fuente de salvación y de vida, en el nombre del Padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén.
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El tercer lugar [Terror]
Terror✝El padre Juan Aguirre, un joven sacerdote Argentino de 29 años, es escogido para custodiar una misteriosa iglesia en Roma, cuyo párroco desapareció sin dejar rastro. La razón por la que fue escogido no fue casualidad, si no que tiene una razón, es...