Capítulo 3

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Kara:

Desperté al mediodía, la fiebre había disminuido rápidamente. Me sentía muy débil, pero aun así me levanté envuelta en una manta y salí de mi habitación en busca de alguien que me pusiera al día con lo que había pasado, ya que apenas podía recordar los días anteriores.

-¡¿Ursa?! ¡¿Ren?! ¡¿Alguien?! -nadie responde.

De pronto, paso por fuera de una de las tantas habitaciones supuestamente vacías, y siento una ligera presión en el pecho.

No es lo mío andar husmeando por las habitaciones de la mansión. Pero aquella sensación me obliga a enterar.

<<Hay alguien>>. La presión se hace un tanto más fuerte mientras me acerco a la cama.

-Así que sí eras tú... -murmuro.

No es lo que me había imaginado. El sujeto huele a alcohol, su ropa está sucia, y su abdomen está rodeado por vendajes manchados de sangre en un costado.

-¿Así que tú eres la niña rica que debo cuidar? -dice con los ojos entre cerrado -¿por qué siento una presión en el pecho cuando estás cerca? Es como si... me llamara a estar contigo... -estira su mano hacia mí. -se siente bien estar a tu lado... -me sonrojo.

<<Hay lágrimas secas en su cara...>>.

No entiendo bien lo que me quiere decir. Y no sé si estaría bien llevar a cabo una conversación con él.

-No se preocupe, señorita...

-Riner...

-Está sedado y le administramos varios fármacos para combatir la infección. Es normal que se comporte de esa manera. Aunque...

El chico abre los ojos de golpe y se gira al lado opuesto de la cama dándonos la espalda.

-Está...

-Sí. Se bebió una botella de un licor muy fuerte. Habría sido raro que no lo hiciera... -suspira algo irritado -debí haber puesto un cubo a cada lado de la cama. Tendré que llamar para que limpien.

-Te he causado muchos problemas, discúlpame.

-No es su culpa. No he dormido por estar pendiente de que este sujeto no muera ahogado por su propio vómito. Pero veo que no era un problema. - dice de brazos cruzados.

-Supongo que ya no tienes de qué preocuparte -digo mientras miramos al omega volver de un golpe a su posición inicial. - podrías ir a dormir ahora...

-Supongo que si, pero antes le cambiaré los vendajes. Será mejor que vuelva a su habitación.

-Está bien...

-¿Ocurre algo?

-No es nada. Ya me voy. Si ves a Ursa ¿Podrías decirle que vaya a mi habitación?

-Como usted diga.

Miro un momento al chico antes de irme. Y en cuanto volteo, me detiene tomándome de la muñeca.

-No te vayas... -coloco mi mano sobre la suya. -no quiero...

-Tranquilo... -le digo con una sonrisa -no pasa nada... -<<¿Qué estoy diciendo...?>> -todo estará bien...

-Eso... me gustaría... -dejóacaer su mano y acabo por dormirse. -mucho...

Al día siguiente me siento de maravilla. Puedo levantarme sin dificultad, y ya no necesito que me sigan cuidando. Salgo y caminé por el pasillo hasta detenerme fuera de la habitación en donde se encontraba ese omega.

Un lazo irrompible (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora