Las vidas de Ron y Kara son completamente diferentes desde que nacieron. Ron es un hombre bestia nacido en los barrios bajos de ciudad de Lina. Y Kara, una simple humana proveniente de una familia aristócrata con la vida resuelta.
Aunque son de mund...
—Descuida... Está bien. No tienes por qué pedir perdón —le sonrío sosteniendo su mano —Gracias por estar conmigo siempre.
—Qué más habría querido yo que... — no soporto verlo llorar en sus últimos momentos. —verte junto a quien en verdad amas.
—Ya no llores.
—Ojalá pudiera haber evitado que su padre.
—No lo digas —lo interrumpo —. No recordemos eso ahora.
Un año después de que me casé con Fergus, mi padre decidió suicidarme. Nadie sabe por qué lo hizo, pero debo decir que no lo sufrí como todos esperaban que lo hiciera. Lo que debí sufrir con mi padre, lo estoy haciendo ahora mismo con Riner.
—En este momento. Y desde siempre... —aprieto su mano con fuerza —tú has sido mi padre.
—Ahora más que nunca tendrás que ser fuerte. Para cuidarte. Y para cuidar a esa criatura que llevas ahí.
—Claro que lo haré.
—Escúchame —me acerco un poco —ya no tiene caso seguir dándole placer a alguien que ya no está. Y mucho menos a alguien que no hace más que llenartede sufrimiento —se está esforzando mucho —Sabes muy bien que puedes tomar una decisión benéfica para ambas. Tú eres suficiente para esa criatura. No te dejes vencer por nadie. Eres libre de hacer lo que quieras. Nadie puede decirte lo contrario. Solo tú misma. —Besa mi frente con dificultad —Llevamos años luchando juntos aquí. Pero ahora debes seguir sin mí. Y te aconsejo que vayas.
Siento que Riner me jala con la escasa fuerza que tiene. Me acerco rápidamente y lo abrazo. Es lo último que hacemos, abrazarnos hasta que los brazos de Riner ceden.
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