Las vidas de Ron y Kara son completamente diferentes desde que nacieron. Ron es un hombre bestia nacido en los barrios bajos de ciudad de Lina. Y Kara, una simple humana proveniente de una familia aristócrata con la vida resuelta.
Aunque son de mund...
Nuestra vida ha mejorado bastante desde que volví a mi hogar, desde que volví a estar con Ron. Amo estar con él, amo verlo con Rayna como si fuera de su propia sangre.
Amo cada día que pasa.
—Ahora todo está bien —digo apoyada en la ventana —Espero que estés feliz, ahora que vivo tranquila y satisfecha con quien de verdad amo.
—¿Dijiste algo? —pregunta Ron, que está jugando con Rayna.
—No, nada —sonrío.
Con el tiempo, Ron se mudó con nosotras a la mansión. Cada noche lo miro dormir junto a mí, abrazándome como si temiera que al despertar descubriera que nada fuera real.
—Aún estás despierta —murmura con voz perezosa —¿Qué te pasa?
—No es nada —le digo —vuelve a dormir —beso su frente.
Todos los días Ron va a trabajar desde temprano y vuelve por la tarde algo cansado, pero eso no le impide pasar tiempo con Rayna o conmigo. Casi llora cuando Rayna lo llamó "papá" meses después.
Nuestra vida es simplemente perfecta. Aunque en ocasiones, me preocupa que Fergus aparezca en la puerta de mi casa. Tengo miedo de volver a verlo.
—No te preocupes —dice Ron cada vez que me ve preocupada mirando hacia la entrada —no se atrevería a venir así como así —acaricia mi cabeza y luego me besaba —. Además, le saldría bastante caro si me echara en cara que no soy el padre de Rayna —. Guiña un ojo y se ríe.
—Te amo tanto —lo abrazo.
—Kara... —se pone nervioso de un momento a otro. —yo... —comienza a buscar algo en su bolsillo —quería saber sí... —no entiendo bien lo que está pasando. Algo se le cae del bolsillo y por el balcón —dame un momento. Quédate aquí —sale corriendo y lo veo reaparecer justo bajo el balcón.
—¡¿Estás bien?!
—¡Ah, sí, solo dame un momento! —oigo cómo algunos se ríen de él. Me parece divertido, pero intenté no reírme.
Definitivamente Ron es mi alma gemela, y el Lazo que me une a él es tan fuerte, que es imposible que se rompa.
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