Ron:
No sé qué me pasó. Pero en mi interior había una voz que me decía "protégela".
Mi cuerpo se mueve por sí solo, y para cuando me doy cuenta, estoy delante de Kara, recibiendo el golpe de su padre por ella.
No puedo evitar mi instinto de gruñirle, haciéndolo retroceder.
—Mientras yo esté aquí, la protegeré de todo y de todos. No me importa quién sea —Digo morándolo a los ojos.
—¡Esa niña es mi hija! ¡y no dejaré que un vagabundo como tú entre en mi casa y venga a contradecir mi autoridad!
—Recuerda que tenemos un trato. — dice Kara.
—¡Suficiente de chantajes! ¡harás lo que yo te digo! ¡Cuando yo lo diga!
—Primero muerta antes de dejar que me vendas a quién sabe quien.
Kara pasa de su padre y sale de la habitación sin decir una palabra. Esta muy molesta, y yo aun sigo pensando en mi extraño comportamiento.
—¡Riner!
—Si señor.
—No toleraré este comportamiento en mi hogar.
—¿Señor?
—Por el bien de nuestro apellido, me veo obligado a cumplir con los ridículos caprichos de Kara. La otra familia vendrá en dos días. Será tiempo suficiente para que le enseñes a comportarse.
—No soy un perro.
—Y a saber cuál es su lugar aquí. —El hombre se para frente a mí — ya no estás en tus preciadas calles, muchacho. Ahora estas en un lugar en donde le servirás a humanos que están por sobre ti... —quiero morderlo, decirle cualquier cosa para que no me haga quedar como una basura; pero Riner pone su mano sobre mi hombro como un gesto para que no diga nada. Luego la pone sobre mi cabeza y me hace mirar el piso.
—Sí, señor. Esto no se volverá a repetir...
—Más te vale que no. Porque a partir de hoy, tu responderás por él. Y si él falla, te irás también. Sin importar que le hayas servido a mi madre por tantos años. ¿He sido claro? —miro por el rabillo del ojo a Riner. Está resignado. Humillado.
—Si señor. Como usted ordene.
—Bien entonces. Aún así deberás ir a mi estudio esta tarde.
—Si señor... —el hombre me mira esperando una respuesta.
—Si... —Riner ejerce presión en mi cabeza —si, señor...
—Aprende rápido —se ríe y luego se marcha.
Hay un largo momento de silencio. Me dejo caer sobre la cama. No se si serviría de algo hablarle a Riner.
—No debiste arriesgar tu trabajo por mí.
—No lo hice por ti.
—No comprendo.
—Hay muchas cosas que no comprendes aún, Ron.
—Entonces dime, ¿por qué siguen aquí si los trata a todos tan mal? Yo me habría largado hace mucho.
—Todos aquí aguantamos los malos tratos solo por una persona.
—¿Kara? ¿Qué tiene ella de especial?
—Ella te defendió sin siquiera conocerte. Enfrentó a su padre sabiendo los problemas que le traería. —cierra la puerta de la habitación y continúa hablando —todos los omegas que trabajamos en este lugar, estamos aquí solamente por la señorita Kara, y por nadie más. Irnos significaría darle la espalda a la señorita, cuando ella nunca nos la ha dado a nosotros. —me mira fijamente a los ojos —ahora dime. ¿Qué te llevó a recibir el golpe por ella?
—Yo... no lo sé. Solo sentí que debía hacerlo. Para cuando me di cuenta ese tipo ya me había golpeado. Algo en mi interior me decía que debía cuidar de ella.
—Que interesante...
—Dime, por qué debía ser yo quien hiciera este trabajo.
—Porque aunque no lo creas, eres alguien importante con respecto a la señorita.
—¡¿Sería mucho pedir que fueras más claro?! ¡odio que los demás hablen con rodeos!
—Vístete.
—¿Qué?
—No podemos perder más tiempo. Solo tendrás dos días para aprender las reglas y aprender a comportarte en este lugar.
—¡Ya dime de una maldita vez por qué me buscabas a mí para esto!
—Ron. Si logras hacer que el señor te deje quedar aquí, prometo responder tus preguntas.
—Pero...
—Ahora vístete. Te espero en la biblioteca. —sale rápidamente de la habitación sin dejarme tiempo de hablar.
—¡Espera! ¡maldición! —corro a ponerme los harapos que traigo e intento seguir a Riner —ah, mierda.
Vi en qué dirección se había ido, pero no por qué puerta había entrado. Aunque no quiera, estoy obligado a vagar por los pasillos hasta dar con la biblioteca.
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Un lazo irrompible (Editado)
FantasyLas vidas de Ron y Kara son completamente diferentes desde que nacieron. Ron es un hombre bestia nacido en los barrios bajos de ciudad de Lina. Y Kara, una simple humana proveniente de una familia aristócrata con la vida resuelta. Aunque son de mund...