Capítulo 60

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Kara

1 año después...

No puedo seguir aguantando a Fergus.

Las discusiones se volvieron peleas en donde él acababa agrediéndome de algún modo.

Cuando supo que estaba esperando, dijo que todo sería mejor, pero no fue así. Y con la muerte de Riner, pareció sentirse con mayor libertad de hacer lo que quisiera.

Después de un tiempo, comenzó a salir cada noche para estar con una mujer diferente pensando que yo no me daba cuenta. Ni siquiera le importó nuestra pequeña de 5 meses. Siempre hallaba la forma de hacer de mi vida un infierno. Y un día cualquiera, simplemente me fui cuando él se encontraba trabajando.

Dejé una nota sobre la cama, diciendo lo mucho que lo despreciaba; y que si se le ocurría buscarnos, lo denunciaría por sus años de abusos.

—Ya verás que a donde vamos, seremos muy felices —abrazo a mi hija mientras iniciamos el viaje de vuelta a ciudad de Lina —mi pequeña Rayna.

Volvemos a casa, y para mi sorpresa, Ursa y Terry nos reciben con los brazos abiertos. No puedo creer que luego de casi 10 años, aún siguen aquí.

—Bienvenida, mi niña hermosa —dice Ursa, abrazándome con cuidado, ya que tengo a Rayna en los brazos —te extrañamos tanto.

—Yo también los extrañé mucho.

—Nos ha tomado por sorpresa —dice Terry —nunca creímos que llegaría así nada más.

—Discúlpenme. Es solo que.

—¡Terry! —lo regaña—No hay por qué disculparse, mi niña. Esta es tu casa. Este es su hogar.

—Sí, tienes razón —comienzo a reír y luego a llorar riendo. Estoy tan feliz de haber vuelto, que no puedo contenerme.

Entrar a la mansión me trae muchos recuerdos, tanto felices como tristes.

En cuanto entro a mi habitación, recuesto a Rayna sobre mi cama con almohadas a su alrededor para que no vaya a caer mientras duerme, abro la ventana para ventilar el lugar, y salgo a recorrer los pasillos.

—Nada ha cambiado.

—Quisimos mantenerla tal cual... —me doy vuelta —sabíamos que algún día usted regresaría.

—¡Kanna! —hay una chica, una omega ciervo junto a ella —¡¿Naly?! —Corro a abrazarlas —¡Has crecido tanto!

—Tiempo sin verla, señorita Kara.

—Por favor, solo díganme Kara. Quisiera dejar las formalidades a un lado. —no puedo dejar de sonreír —¿Qué han hecho durante todo este tiempo? Quiero oír todo lo que quieran decirme.

—Me encantaría quedarme, pero... — dice Naly —tengo que cuidar a... —Mira a Kanna —mi hermano. Volveré más tarde. —me da un abrazo —Adiós señori... Kara, nos vemos más tarde.

La actitud de Naly me parece muy extraña, y no puedo evitar preguntar.

—¿Hermano? Pero...

—¿Por qué no nos sentamos por aquí? Así la pondré al tanto de todo.

—¿Por qué no nos sentamos por aquí? Así la pondré al tanto de todo

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Un lazo irrompible (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora