Capítulo 20

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Ron:

Por un momento titubeé en lo que debía hacer.

¿Debo hacer caso a Erick por el bien de la familia de Kara o simplemente hacerme caso a mí mismo y proteger a Kara como ella confía en que lo haré? No estoy seguro, pero el ver a aquel chico levantar la mano, y el olor a miedo que desprende Kara, me hace tomar la decisión de forma inmediata

Detener la mano.

—¡¿Pero qué...?! —Reclama el idiota.

Gruño con fuerza.

—¡Suéltame! —dejo que se suelte de mis garras —perro asqueroso.

—No vuelvas a tocarla. —le enseño los colmillos.

—¡Haré lo que se me de la gana con ella! Porque para tú información, el trato está hecho, y ella se casará conmigo. Por el bien de su nombre. — estalla en risas como un demente.

—Eres un desquiciado. Que asco me das.

—El sentimiento es mutuo, amigo... perro callejero.

—Ya basta... —dice Kara con un tomo de voz que no había oído antes en ella —Ron... no más.

Apenas volteo, veo que su rosyro está oculto en sus manos, las cuales intenta hacer que dejen de temblar.

—Ya no más, por favor —le doy la espalda al zopenco millonario y me paro frente a Kara.

—Kara... —coloco mi mano sobre su cabeza —no llores, todo está bien.

Ella levanta la mirada. Sus ojos llenos de lágrimas se encuentran con los míos. Ella se abalanza sobre mí apretando con fuerza mientras llora. Está asustada.

—Tsk. Tampoco fue para tanto. Eres una niña llorona.

Lo miro fijamente.

—Lárgate de un vez —digo entre gruñidos.

El chico se marcha diciendo un montón de maldiciines y otras idioteces que ignoro con facilidad. Toda mi atención está en Kara y en hacer que deje de llorar.

<<Ella me hace ser alguien diferente, como si no fuera el yo de siempre>>

—Kara, volvamos adentro —le digo con una voz tan suave que no parece mía.

—Quiero entrar cuando... cuando esté más calmada. Tendré que... tendré que enfrentar a mi padre y a... esa familia tan desagradable...

—Creo que los dos estaremos en problemas... —me río un poco.

—Gracias por protegerme.

—Para eso estoy aquí ¿No?

—Lamento haberte traído a este lugar. Fui muy egoísta.

—Kara, de no haber sido por ti, habría muerto hace unos días. Y como lo veo yo, me salvaste la vida. Ahora me doy cuenta de eso. —digo mientras acaricio suavemente su mejilla.

—Solo fue para salvarme a mí misma. —dice sollozando.

—Es desde tu punto de vista.

Ya había caído la noche cuando Kara dejó de sollozar. Le di su espacio y permanecí parado a un metro de distancia de ella.

Volteo para vigilar a nuestro alrededor, y veo que Riner viene hacia nosotros caminando algo rápido.

—¡¿Qué es lo que ha pasado?!.

—No fue nuestra culpa —digo de inmediato.

—¡El muchacho ha vuelto diciendo que lo agrediste mientras caminaba con la señorita!

—¡Viste lo desagradable que han sido con todos nosotros! ¡¿y aun así le crees?!

—¡No es nuestro deber creerle o no! ¡Nosotros servimos y acatamos las órdenes!

—¡Pues bien! ¡yo cumplía con la orden de proteger a Kara! ¡pero no golpeé a ese maldito idiota!

—Sí sabes que será tu palabra contra la suya, ¿verdad?

—No. —dice Kara, levantándose y secándose una última lágrima —será mi palabra contra la suya.

—Señorita, su padre ya está muy molesto, y no creo que...

—Hace mucho que dejó de importarme si mi padre está molesto o no, Riner. Ron solo estaba cumpliendo con su deber, pero no golpeó a ese idiota.

—El idiota intentó golpearla — explico.

—Dios mío... —dice sorprendido.

—Lo único que hizo Ron, fue detener su mano antes de que me tocara.

—Será difícil convencerlos de eso. Lo más probable sería que... —Riner me mira preocupado —hagan que Ron y yo nos vayamos...

—¡No es justo! —protesta Kara —¡él solo hacía su trabajo!

Erick llega sin que me de cuenta. Todos lo miramos a la espera de que diga algo.

—El señor exige la presencia de la señorita Kara en su estudio de inmediato. Y ustedes dos han quedado bajo mi cargo para decidir su destino en este lugar. —Riner y yo intercambiamos miradas —ahora vamos, no hagamos esperar más al señor.

Erick se acerca a Kara para tomarla del hombro, pero ella lo evita y comienza a caminar dejándonos atrás.

Érick voltea a mirarnos calmadamente.

—Debemos hablar sobre este lamentable incidente.

—Debemos hablar sobre este lamentable incidente

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Un lazo irrompible (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora