Capítulo 57

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Kara:

En cuanto Riner se marcha, Fergus no tarda en aparecer junto a mí.

—¿Por cuánto tiempo se va? —Pregunta con desinterés.

—No por mucho tiempo —respondo sintiendo escalofríos.

—Aun no comprendo porqué no quisiste que fueramos también.

Termino volviendo adentro en completo silencio, dejando a Fergus en la entrada.

—Porque si voy, no querré volver jamás  —Siento mis ojos inundarse, y no me queda más que limpiarme disimuladamente.

—Kara.

—Padre —Me detengo en el pasillo —¿qué pasa?

—¿Estás llorando?

—No es nada. Estoy bien.

—Necesito hablar contigo ahora.

—¿De qué se trata?

Ambos vamos a su despacho. Él se sienta en su silla y yo hago lo mismo frente a él, del otro lado del escritorio.

—¿Entonces?

—Tanto Joseph como yo estamos un poco preocupados por ustedes dos.

—¿Preocupados?

—Me he enterado de que tu matrimonio con Fergus no ha sido consumado aun.

—¿Y eso qué?

—Es importante que el matrimonio sea consumado lo antes posible. Que tú y Fergus tengan un hijo al cual dejar todo lo que hagan.

—¿Me haces casarme y ahora quieres que tenga un hijo de Fergus? ¿En verdad crees que puedes disponer de mí a tu regalado antojo?

—Es tu obligación como...

—No me hables de obligaciones, padre. Nunca fue mi obligación darte una mejor vida. Nunca fue mi obligación casarme con alguien a quien no amo. Nunca fue mi obligación hacer todo esto.

—¡Kara! —Golpea la mesa con ambas manos y se levanta. Yo apenas me muevo.

—¿Sabes? Hace tiempo que ya dejé de discutir contigo como un animal rabioso —Me levanto con tranquilidad —Luego de dejar que hagas lo que se plazca conmigo, me di cuenta que puedo hacer lo que yo quiera sin la necesidad de desafiarte.

Mi padre me mira furioso. Pero yo apenas demuestro importancia.

—Ya no soy una niña, padre. Ya no es como antes, que tú podías entregarme al mejor postor que te asegurara dinero y ser conocido por otros.

—Me debes el estar en donde estas ahora.

—Lo único que te debo es el haber hecho de mi vida un infierno hasta que me entregaste a Fergus. Felicidades, ahora la arruina alguien más.

—¿Acaso habrias preferido quedarte allá? Rodeada de bestias y posiblemente viviendo con una en medio de la basura?

—Habría preferido mil veces eso que el estar aquí ahora mismo —le doy la espalda y camino hacia la salida —Si no tienes nada más que reclamarme, me retiro a mi habitación.

No sé si tiene algo más que decirme, pero antes debque posiblemente abra la boca, salgo del lugar y cierro la puerta detrás de mí.

Camino a un paso constante, sin mirar a nadie, y sin hacer contacto visual con nadie hasta llegar a la habitación que comparto con Fergus.

—De haberme quedado allá, me habría quedado con él, sin importar lo que pasara. Habría sido feliz contigo.

Al dia siguiente, Fergus y yo nosnquedamos solos en casa, ya que mi padre y Joseph tuvieron que salir por negocios.

—¿De verdad intentarás evitarme hasta que Riner vuelva? —dice Fergus.

—No hago eso —respondo calmadamente —Riner llegará mañana en la mañana y...

—¿Crees que no sé que esperas que no llegue solo? —Guardo silencio —¿Crees que no te escucho balbucear el nombre de ese sujeto?

—No sé de qué me hablas.

—Te hablo de esto —me enseña unas cartas —no sé quién demonios es ese tal Ron, pero ya deberías olvidarlo de una buena vez. Hace cinco años que estás aquí, y ahora estás casada conmigo. Así que mas te vale olvidarlo de una buena vez si no quieres...

—¿Qué me vas a hacer? —lo interrumpo —¿Harás todo por la fuerza?

—No me retes, Kara. No quieres conocer ese lado.

Fergus se pone de pie para acercarse y besarme a la fuerza.

—Me voy a trabajar. Nos vemos en la noche.

Hacía ya mucho tiempo que dejé de tenerle miedo a la oscuridad. Pero ahora, con Fergus exigiéndome todo el tiempo, cada noche se ha vuelto un campo de guerra en el que debo estar alerta.

Me agradan estos dias en los que no hay absolutamente nadie, porque soy libre de hacer lo que se me de la gana e ir a donde se me de la gana.

—Estoy tan cansada de todo esto... —Tomo las cartas que me han enviado de casa —Pero me alegra saber que almenos tú sí has podido mejorar tu vida en todo este tiempo. Saber que tienes una mejor vida que yo.

Al llegar la noche, ya no estoy dispuesta a seguir batallando.

Solo espero que valga la pena, y que nunca se entere que le estoy mintiendo sobre mis periodos fértiles.

Durante la mañana, despierto mucho antes que Fergus para dar vueltas por la casa hasta llegar a la terraza. Entonces lo veo llegar.

—Mi niña, ¿qué haces despierta tan...? —no lo dejo terminar y solo me abrazo a él —Kara...

—Que bueno que regresaste —digo casi en un murmullo. Él me olfatea y abraza con más fuerza.

—Todo va a estar bien, hija. Todo estará bien.

—¿Cómo está él?

—Tiene una mejor vida que antes.

—Al menos es feliz.

—Yo diría que está satisfecho con la vida que tiene ahora.

—Al menos no tiene que vivir todo este infierno.

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Un lazo irrompible (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora