Capítulo 42

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Ron

Por la hora y el momento, supongo que Jack estará un poco estresado con la cantidad de borrachos que deben de estar dentro.

Al entrar, todo es igual que siempre. Las mesas llenas de omegas y humanos que beben gustosos hasta que el alcohol se les sube a la cabeza y comienzan las peleas.

Me rio un rato al recordar viejos tiempos. Luego camino hacia la barra y me siento. Me siento un poco cohibido de hablarle.

—Hoy será una noche pesada — dice dándome la espalda mientras busca una jarra —¿En qué puedo?

—Hola, Jack... —es extraño. Siento como si no lo hubiera visto en mucho tiempo. Levanto mi bolsa. — Yo, lo siento.

—Rony... —pone su mano entre mis orejas. Lo miro —bienvenido de vuelta.

—Gracias —vuelvo a bajar la cabeza.

—¿Quieres beber algo? —niego con la cabeza.

—No, gracias —me levanto —Jack — me siento tonto al pedirle algo después de cómo me había portado con él — ¿puedo vivir aquí otra vez? —Jack guarda silencio. Algo me hace pensar que se opondría.

—¿Qué pregunta es esa? —lo miro —sabes que siempre eres bienvenido aquí.

Vuelvo a bajar la mirada. Siempre odié que los demás me vieran con los ojos brillantes o derramando lágrimas. Me siento muy feliz a pesar de todo lo ocurrido en el último tiempo.

Jack me dice que puedo ir a la habitación que tenía con mi papá. Está intacta. Sacudo el polvo de la ropa de cama, me siento y coloco la fotografía en la mesa que estaba junto a la cama.

—Mañana voy a empezaré desde cero —digo mirando a mi padre en la fotografía.

Estoy un poco cansado por la caminata, pero aun así no puedo dormir. No puedo dejar de pensar en Kara y en los demás. ¿Qué estarán haciendo en este momento? ¿Qué estará haciendo esa víbora de Erick?

—Deja de pensar en eso —me digo, volteándome para buscar el sueño y dormirme de un vez —Ya no son tu problema —me siento un poco triste sin saber bien por qué —ya no los volverás a ver —me cubro hasta la cabeza con las mantas —ya no volverás a verla —cada vez me deprimo más —Pero es por su bien y lo sabes.



—Deja de pensar en eso —me digo, volteándome para buscar el sueño y dormirme de un vez —Ya no son tu problema —me siento un poco triste sin saber bien por qué —ya no los volverás a ver —me cubro hasta la cabeza con las mantas —ya no volverás a ver...

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Un lazo irrompible (Editado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora