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Al entrar nuevamente, Sebastián le mostró su habitación a Alex, el cual por reflejo vio otra la cual se notaba un poco descuidada, despertando sus instintos de curiosidad.

-¿Sucede algo?- Pregunto Sebastián al ver algo distraído a Alex

-¿¡Ah!?, no yo solo mi-miraba la puerta de ahi- Dijo Alex levantado cuidadosamente su mano y señalaba la puerta antes mencionada.

-Tranquilo chiquillo, es mejor que alejes esa curiosidad que tienes, si quieres que estemos bien

- S-si lo siento

-Bueno ya que sabes donde está tu habitación, es mejor que me acompañes a mí despacho-Dijo el hombre tomando la mano de Alex, guiándolo al lugar mencionado - Quédate aquí y no salgas, voy a arreglar algunas, mientras tanto descansa.- Lo sentó en un pequeño sofá que era muy cómodo, probablemente se quedaría dormido.

-S-si gra-gracias

Una vez que salió de la habitación Alex se quedó un poco pensativo pero el miedo que le provocaba ese hombre no paraba de retumbar en sus pensamientos, con lentitud se levantó del sillón y comenzó a recorrer aquel cuarto, habían muchos libros que parecía interesantes tomo unos cuantos para revisarlos y ver si podía encontrar uno que llamara de manera plena su atención.

Todo hubiera quedado hasta ahí, de no haber sido porque en uno vio varios retazos de revistas que formaban un rostro, era uno similar al suyo y en las próximas páginas habían más, luego todo se tornó a fotografías de él semanas atrás e incluso meses antes, luego leyó como se relataba todo lo que él quería hacerle, cómo quería tocar su cabello, su cuerpo, su piel sobre la suya, sentir ese líquido carmesí desbordar por su cuerpo destrozar aquellas paredes que lo acunarían durante todas las noches, tenerlo por el resto de su vida hasta que la muerte convirtiera su amor en eterno y así ya sea en el cielo o en el infierno un sitio al fin solo para los dos.

- él v-va a ma-matarme- Alex soltó aquella libreta y comenzó a llorar, era este su fin no podía escapar el ya lo había lastimado demasiado y si en algún punto lo dejara sin caminar, podías solamente romper sus piernas era obvio que tenía una fuerza descomunal no podía luchar contra eso, no tenía nada.

De pronto los pasos empezaron a escucharse lo que lo alarmaba cada vez más y es así que rápidamente colocó encima de aquella libreta los libros que ya tenía, tomando uno al azar y que pareciera estar leyendo.

-Pequeño, te traje un pedazo de pastel- Al entrar Sebastián vio unos cuantos libros en el suelo y a Alex sosteniendo uno

-P-perdón fui im-imprudente, solo quería en-encontrar uno que m-me gustará- Trataba de controlar sus lágrimas y que no se desbordaran por sus mejillas.

-No te preocupes, se lo mucho que te gustan los libros, trataré de conseguirte varios que se adapten a ti, ¿Revisaste todos estos?- Dijo dejando el pastel en su escritorio para luego señalar los libros en el suelo.

-N-no s-solo unos cuantos

- Bueno entonces toma tu pastel, yo me encargaré de recoger esto

-no te preocupes por esto, p-puedo hacerlo.

-Tranquilo- Dijo Sebastián agachándose y levantó los libros, el miedo y el cosquilleo en su cuerpo crecían a medida que tomaba los libros mientras hacía algunos comentarios de los mismos. Hasta que tomo la libreta, se quedó en silencio, ante la nula reacción Alex comenzó a tener miedo

- L-lo s-iento, yo solo to-tome los libros, ¿S-sucede algo?

- ¿Lo viste todo?- Estaba enojado solo con sus expresiones lo demostraba

- No s-solo una p-parte, el resto pe-pensaba revisarlo, l-luego de terminar este libro- Dijo el joven evitando la mirada de Sebastián

- Porque tratas de mentirme, ni siquiera te di permiso para que te levantarás aún así trate de ser complaciente contigo, sabes algo no me importa que lo hayas leído porque de todas maneras vamos a estar juntos y en algún punto tendrías que saberlo cariño. -Menciono mientras con su mano acariciaba su nuca.

Alex estaba petrificado, su mente parecía nublarse pero la realidad lo golpeó cuando el hombre lo acerco a él y le plantó un beso.

-Mgh...ah- El beso era tan salvaje que no lo dejaba respirar-¡Basta!- Dijo el chico quien tuvo la osadía de morderlo, provocando que el hombre se alejara

-Jajaja así que nuestro niño trata de hacerse el valiente

-N-no quiero que me toques, quiero irme porque no lo entiendes

-Voy a llevarte a mí habitación estás muy alterado pequeño

-No, m-me diste una habitación qui-quiero ir ahí. N-no quiero quedarme contigo, me das mi-miedo- Pero no lo escucho y trato de acercarse- ¡Te dije que no!

- A mí nadie me alza la voz - Dijo propinandole un golpe en la mejilla que lo tumbó al suelo- y menos tu pequeño ahora más te vale que te calmes o lo haré a mí manera

Dicho esto fue llevado a la habitación de Sebastián, dónde sería tratado con "cariño".

-N-no lo hagas-Dijo el chico al ser depositado en la cama

- No te preocupes, solo voy a enseñarte mí pequeño

Secuestro M- pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora