I will carry you with me
_______________><________________Habían llegado los padres al pueblo, su semblante decaído, sus rostros denotaban tristeza y pesar.
Venían a llevarse el último recuerdo físico de su amada progenie.
Ya no estaban, ya no escucharan sus voces, ya no los verían, ya no sentirían su cariño. ¿Hay dolor más grande que perder un hijo? Definitivamente no.
Pero su destino estaba escrito al haber invadido el territorio del enmascarado. No tenían escapatoria, no del asesino de Crystal Lake.
Se encontraban reunidos en la comisaría, les explicaban lo sucedido para quienes no podían creer que habían perdido a sus hijos. Algunos se dejaron llevar una vez más por el llanto al escuchar los detalles que tenían según los policías. Otros se quedaron callados, perdidos en su mundo. Y los demás, estallaron en negación otra vez.
— Lamentamos sus pérdidas, pero fue un accidente que no se pudo prever. — expuso el sheriff.
— ¿Cuándo podremos ver a los, sobrevivientes…? — preguntó con dificultad el director de la escuela, quien también se dispuso a acompañar a los padres.
— Aún siguen sedados, pero sólo los padres o tutores podrán estar con ellos. — explicó otro oficial.
— ¿Y los restos de… — continúa un padre pero se interrumpe a sí mismo, imposible de terminar la pregunta.
— En la funeraria, — responde el alguacil, entendiendo a lo que se refiere — y se les acompañará. — señalando a sus subordinados — Las pertenencias están aquí, pueden pasar a recogerlas.
Cada uno se acercó a la persona que estaba de pie junto a las posesiones de los chicos.
La señora Arden esperaba nerviosa su turno, haciéndose la fuerte gracias al apoyo de su amiga. Ambas veían como los demás sollozaban al pasar por su lado. Otros simplemente con la mirada perdida se arrinconan en una esquina.
En cuanto llegó su turno su corazón se aceleró aún más. — Norah Arden, — tragó saliva antes de proseguir — mi hija es… Leyna Arden. — el oficial anotó en su nombre y le entregó una bolsa.
Inmediatamente la abrió y encontró el pedazo de blusa chamuscada que llevaba el día que partió, también estaba parte de la chaqueta y otras cosas más. Sus lágrimas salieron conforme trataba de identificar lo de su hija. La mujer Paxton le puso una mano en apoyo y ella lo agradeció.
Buscó más y levantó la vista a su amiga. — El relicario no está. — frunció el ceño al no haber encontrado el obsequio que le pertenecía a la abuela de la joven.
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Maureen tenía sus vigilantes atentos a los visitantes.
Tenía que estar alerta si alguno de ellos llegara aventurarse más de la cuenta en el bosque, en busca del lugar del fallecimiento de sus hijos.
No podría ocultar a más cadáveres en tan poco tiempo y sabiendo que la mayoría de los adultos poseen poderosas influencias. Llamaría demasiado la atención si desaparecen en el mismo lugar que los chicos.
Aunque eso podría ser preocupante, ya había encubierto más muertes antes.
Sin embargo, lo difícil no era lidiar con ellos sino con la muchacha que aún no despertaba y estaba en una cabaña en el interior del bosque.
Era sencillo deshacerse de un cuerpo o varios pero tener que mantener oculta a una persona viva era complicado.
Había algunas opciones sobre la reacción de la castaña al despertar: que entrara en pánico e intentando huir la asesinara, o que en un momento de locura ella se quede sin problemas. Que era realmente difícil que en una situación así, ella mantuviera una postura calmada.
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𝗙𝗢𝗥𝗘𝗦𝗧 𝗪𝗛𝗜𝗦𝗣𝗘𝗥𝗦┃𝗝𝗮𝘀𝗼𝗻 𝗩𝗼𝗼𝗿𝗵𝗲𝗲𝘀
Fanfictionᴜɴᴅᴇʀ ʙʟᴜᴇ ᴍᴏᴏɴ, ɪ ꜱᴀᴡ ʏᴏᴜ. ᴛʜᴇ ᴋɪʟʟɪɴɢ ᴛɪᴍᴇ. ᴜᴘ ᴀɢᴀɪɴꜱᴛ ʏᴏᴜʀ ᴡɪʟʟ. ʜᴇ ᴡɪʟʟ ᴡᴀɪᴛ ᴜɴᴛɪʟ. ʏᴏᴜ ɢɪᴠᴇ ʏᴏᴜʀꜱᴇʟꜰ ᴛᴏ ʜɪᴍ. ᴡɪʟʟ ᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏᴏ ꜱᴏᴏɴ. ꜰᴀᴛᴇ.┃𝐅𝐎𝐑𝐄𝐒𝐓 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑𝐒 A menudo, un mito cobra vida sólo en las historias que la gente cuenta entre sí...