𝗙𝗢𝗥𝗘𝗦𝗧 𝗪𝗛𝗜𝗦𝗣𝗘𝗥𝗦┃𝗝𝗮𝘀𝗼𝗻 𝗩𝗼𝗼𝗿𝗵𝗲𝗲𝘀

Capítulo - 19

Are you safe
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Persistía el ambiente tenso en la habitación con la joven y el hombre.

Aún con el buen gesto por parte del enmascarado, no fue suficiente para tranquilizar a la muchacha y transmitir lo que quiere. Seguridad. Ella está a salvo.

Leyna seguía con el temor a flor de piel. Había pasado por mucho. Tenía esa apariencia de un animal herido y al que le tomaría tiempo confiar de nuevo en alguien.

Y siendo sinceros, él menos que nadie podría dar esa confianza que ella busca.

Suspira derrotado y baja la mano para mejor cargarla devuelta a la cama y que descanse.

Pero ese movimiento altera más a la chica.

— ¿Qué haces? No, aléjate… — solloza.

Voorhees ignora su demanda y la toma con mucha delicadeza de las piernas y su espalda.

Arden emite pequeños gritos y murmuraciones para que no la dañe, quiere zafarse de su agarre pero sus dolencias hacen limitante sus movimientos.

Jason la recuesta de nuevo con mucho cuidado. La observa temblorosa y agitada, esperando atenta cualquier ataque.

Espera a que se calme pero parece no suceder.

No hay forma de explicarle en palabras que no le hará daño, así que sólo podía demostrarlo.

Caminó en dirección a la salida, no sin antes darle una mirada más y cruzar el umbral. Desapareciendo de la vista de ella.

Quedando aliviada y confundida por su acción.

¿Qué se supone haría el hombre con ella?

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Leyna se puso a ver más detalladamente su alrededor.

Analizando sus opciones.

Bueno, las probables opciones para escapar. No se quedaría a averiguar las intenciones del enmascarado.

El lugar lucía avejentado y rústico en su mayoría. Había una ventana cerca de ella, con varias divisiones cruzadas como una cuadrícula, sin cortinas y con los cristales sucios pero no lo suficiente para no traslucirse los finos rayos de luz lunar.

Noche. Así que era de noche. Pudo averiguar.

¿Cuánto llevaba ahí? ¿Era la misma noche aún? No tenía idea.

Quiso tocar su cabello para saber por medio de la grasa capilar, era un buen método para intentar adivinar al menos si era la misma noche o llevaba varios días ahí. Pero al intentar alzar su brazo un dolor la hizo retorcerse. Es imposible.

De verdad Lindsey la había molido a golpes, probablemente hasta le hubiera roto algunas costillas. Cosa que era cierta según el diagnóstico de la mujer.

Recuerda nuevamente los acontecimientos de su ataque, como flashes tan vívidos como si lo repitiera. Sintiendo cada golpe, como su piel se desgarra y el ardor de sus heridas.

¿Qué le había hecho para atacarla así? No hizo más que regresar uno que otro comentario a sus insultos pero, ¿había algo tan grave para valer la pena de casi asesinarla? No podía encontrar una respuesta coherente.

Sólo quería volver a casa y salir de esa pesadilla.

Había pasado un magnífico día al llegar a Crystal Lake. Estuvo extasiada por la belleza del lugar, disfrutando del aire puro y la maravillosa vista nocturna, el canto de los pájaros y demás insectos, así como de la buena música propia mientras dibujaba.