Capítulo - 20

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I hear you
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Días transcurrieron y la misma extraña rutina que había surgido, seguía en una cabaña oculta en el denso bosque.

Jason cada día salía por ciertos momentos a dar sus rondines en el área.

Sus grandes pasos resonaban al crujir en las hojas y ramas secas, los animales lo acompañan en su recorrido al rondar cerca de él. Ninguno de estos le tenían miedo, estaban acostumbrados a verlo. Coexisten juntos en una especie de acuerdo mutuo.

Al no haber mucho movimiento en el bosque, volvía a su hogar. Además el hecho de que ahora no tenía que tardar demasiado para cuidar a la joven inquilina. A la que se estaba acostumbrado a atender; se había vuelto parte de su vida.

El dejarla sola no le hacía sentir preocupación alguna de que escapara, pues era imposible.

Primero, porque estaba herida y a penas se podía levantar. Segundo, porque estaba encerrada, y aún si lograra salir, llevaba al tercer punto: el bosque entero era una trampa mortal para quien no conociera el camino correcto.

Voorhees quien era el que las colocaba, y Huxley, quien debido a que vigilaba el lugar, conocían los peligros del bosque. Mucho menos los policías, ellos no acostumbraban a rondar el bosque, no había muchos de ellos en el pueblo y no era algo prioritario.

Así que era prácticamente imposible que escapara ilesa.

Todo esto hacía pensar que ¿ella podría hacerlo algún día? ¿Escapar?

Quiera o no, Leyna en algún momento entendería que debía huir; porque él empezaba a creer que no quería dejarla ir.

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Fuera de Crystal Lake también intentan volver a la rutina.

A los señores Paxton que apreciaban demasiado a las Arden, no ha sido sencillo no ver a la muchacha. La conocían desde que era pequeña y la trataban como una segunda hija.

Por eso, ahora como promesa de apoyo incondicional, debían estar para Norah quien día a día le costaba levantarse siquiera para lo básico. Aún no podía sobrellevar la terrible perdida.

Norah Arden escuchó el sonido del piano, creyó que estaba alucinando pero realmente alguien tocaba una melodía y la había escuchado muchas veces antes.

Sintió que su corazón se acelera al recordar quien era la persona culpable de ello. Leyna. Su Leyna.

Bajó corriendo tan rápido como pudo y llegó al área donde estaría el instrumento musical.

Cruzó el umbral, esperando ver a su pequeña sentada de espaldas a ella y viendo su maestría en el piano.

Entonces observó a una joven delgada y castaña como su hija, el movimiento de sus manos acorde a la melodía.

Unas lágrimas se asomaron por sus ojos y su corazón pareció detenerse. ¿Era ella? ¿Estaba aquí?

Quería caminar hacia ella pero sus pies no se movían más de la impresión. Quiso esperar y ver que el espejismo se esfumara o si era un sueño, que no despertara.

Pero la realidad era que el momento fue solo una ilusión. Un efímero momento de felicidad. Una jugada de la mente y su herido corazón.

La persona tocando el instrumento detuvo el sonido.

Y allí vio que no era su hija, su Leyna. Sino Charlene.

Todo fue un engaño propio de su dañada cabeza. Ambas jóvenes tenían el cabello similar y el cuerpo delgado, casi la misma estatura. Simplemente se confundió.

𝗙𝗢𝗥𝗘𝗦𝗧 𝗪𝗛𝗜𝗦𝗣𝗘𝗥𝗦┃𝗝𝗮𝘀𝗼𝗻 𝗩𝗼𝗼𝗿𝗵𝗲𝗲𝘀  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora