Capítulo - 40

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No way out
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Brown y Harris van en el tren de regreso a casa.

No emiten ninguna palabra, no hay nada que decir después de presenciar el ataque psicótico de Jarvis.

Miran en dirección a la ventana viendo pasar todo tan rápido, sin enfocarse realmente en algún punto. No les importa su alrededor, solo se dejan caer en su semblante decaído y un mal sabor de boca.

Principalmente la rubia, que se siente culpable de que un chico que ha sufrido lo suficiente desde el encuentro sangriento con el enmascarado, retrocediera en su recuperación de intentar dejar el pasado atrás. Así como ella lo intentaba.

Ir a ese sanatorio definitivamente había sido una terrible idea. Estaba segura de ello.

Jeremy en cambio está más inmerso en que todo el viaje fue un desastre, al no haber obtenido lo que quería. Sin embargo, estaba decidido a lograr su objetivo, y más al ver a Tommy tan paranoico. Merecía justicia y debía obtenerla. Por él, y todas las víctimas.

Creía que eso le daría la paz que quería. ¿Eso buscaba o era algo más?

Tan perdidos en su mundo que olvidan el exterior. Así como no recuerdan siquiera encender de nuevo sus celulares para percatarse de las múltiples llamadas que habían; los habían apagado para ahorrar la batería de regreso.

Y tampoco se dan cuenta cuando el transporte anuncia que han llegado a su destino hasta que un encargado se les acerca. — Jóvenes, el viaje ha concluido. — informa inclinado hacia ellos.

— ¿Ya llegamos? — pregunta confuso el joven. ¿Tan pronto?

El tiempo se había ido volando mientras estaba pensativo.

— Sí, hemos llegado. — anuncia el hombre.

Ambos toman sus pertenencias que reposan a su lado y se ponen de pie para abandonar el lugar.

— Gracias. — murmura la chica.

— Que pasen una buena noche. — menciona en respuesta.

Los dos chicos descienden junto a los escasos pasajeros que quedaban; ya la mayoría se había marchado y ellos no lo habían notado.

Una vez recorren la plataforma hasta las afueras de la estación, se detienen para encender sus teléfonos pues les servirán para pedir un servicio de taxi.

Al encender el aparato se dan cuenta de las muchas notificaciones que llegan, emergiendo una tras otra masivamente.

¿Por qué tienen tantos? Solo se habían marchado algunas horas.

— ¿También tienes muchos mensajes? — interroga a Harris.

— Sí. — musita asintiendo.

Observa la infinidad de llamadas así como mensajes.

[¿Dónde estás?]

[¿Estás bien?]

[Contesta, Jeremy.]

[ Estamos muy preocupados, ¿dónde están?]

[Responde si están bien, por favor.]

No comprende qué sucede y estaba por averiguarlo, cuando un mensaje llega en ese momento.

[¿Dónde están?]
Quieres contestar alguno de los mensajes o llamadas al menos.
Charlie P.

[¿Qué pasó?]
Jeremy H.

𝗙𝗢𝗥𝗘𝗦𝗧 𝗪𝗛𝗜𝗦𝗣𝗘𝗥𝗦┃𝗝𝗮𝘀𝗼𝗻 𝗩𝗼𝗼𝗿𝗵𝗲𝗲𝘀  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora