―¿Sabe usted quien pudo tener algo con los Grey, como para hacerles daño? ―preguntó el agente Bolton a los vecinos de los Grey, los Green.
El hecho de que el asesino tuviera en su poder a un pequeño niño lo sumió plenamente en el desconsuelo y la desesperación, las pesadillas volvían y más de una vez, en sus sueños, veía a un niño corriendo detrás de él, hasta llegar a una cerca, siempre que llegaban allí el sueño terminaba. A veces pensaba que era más un recuerdo que un simple sueño y no sabía si tenía alguna relación con el niño que había visto en la fosa.
―Los Grey no eran malos, no creo que les quisieran hacer daño... aunque pensándolo bien... Dylan Grey era un estúpido, realmente me daban ganas de golpearlo en la cara ―Dijo el señor Green.
―Pero, ¿qué hacía para...?
Su frase fue interrumpida por la intromisión de Kevin.
―¿Qué hacía el señor Grey? Bolton, no te necesito aquí, vete, puedes tomar fotos o medir cosas.
De alguna forma estaba empeñado en hacerlo todo él, seguía con su maldita arrogancia de creer que no necesitaba su ayuda y que el caso no era algo más que rutina, William se fue iracundo, en el fondo volvía a sentirse inútil, que sobraba en la investigación, pero si no hacía algo, ese niño... En su mente se gestó el pensamiento de su muerte y la tristeza lo destrozó. Se sentía raro, tenía ese sentimiento de tristeza en él, que no tenía explicación. Recordó el niño de sus sueños. "Sera alguno de esos sueños en los que cuando suceden, te das cuenta que lo habías soñado" pensó, eso le dio un poco de estabilidad, entonces lo sacaría de allí ¿cierto?
La casa estaba en perfecto estado. Fotografió todas las habitaciones sin importar que, no quería que Kevin le digiera directamente que no servía para algo. Observó la habitación con la cama desordenada y la lámpara de la mesa de noche en el suelo, alrededor de pequeños cristales, salpicados de sangre, al parecer habían golpeado a alguien con ella.
―¿William?... Kevin me dijo que viniera a ayudarte ―dijo Stephen.
―Bien. Puedes buscar sangre o cosas que creas importantes... ¿Kevin ya terminó de hablar con los Green?
―Si, terminó decidiendo que se llevaría al señor Green.
―¿crees que él lo hizo?
―No lo sé, parece que tiene un motivo, pero no creo que tenga la fuerza suficiente para secuestrar a una familia completa, además sé que ambos, Kevin y tú creen que este hecho está conectado con el anterior. Una cosa es querer pegarle en la cara y otra es secuestrar a la familia completa ―dijo mientras ponía las señalizaciones antes de que William tomara la fotografía.
El agente Bolton revisaba cada parte de la alcoba y encontró una mancha de sangre detrás de uno de los zócalos.
―Hazme el favor de cerrar las persianas, mientras voy por algo.
William se fue por un tiempo. Eran cerca de las cinco y treinta de la tarde cuando volvió con una especie de bombilla, el cuarto se encontraba a oscuras y recostado en la puerta se hallaba el psicólogo. Los dos entraron en la habitación y una vez cerrada la puerta, William encendió la bombilla, su potente brillo violeta iluminaba toda la habitación. En el lugar donde estaba la lámpara rota se encendieron los restos de sangre, allí y en varios lugares del piso y la pared, el lugar parecía ser testigo de un brutal asesinato, sin embargo, ninguno parecía reciente, exceptuando los restos sobre la lámpara.
―Por dios, al parecer los Green tenían razón... ―expresó Stephen.
―¿En qué tenían razón?
―Por lo que el señor Green dijo, al parecer Dylan tenía un serio problema de pareja, desconfianza, dijo que la pareja casi siempre se mantenía enfrentándose debido a la creencia de que lo engañaba. Es peor de lo que pensaba, esto representa una conducta violenta llevada a un nivel muy alto.
William se quedó callado ¿tenía que ayudar a alguien así? Su egoísmo salió a la luz, pero trataba de controlarlo.
―Trataré de recoger muestras para comprobar la historia, recogeré todo lo que haya en esta habitación.
―Bien, yo me iré a buscar pruebas que me ayuden con el perfil. ―Una vez dicho esto salió de la habitación.
Bolton procedió a recoger las muestras de sangre, y las embolsó, "por lo menos recogí algo que pueda tener valor para la investigación" pensó, y salió de la habitación, en aquel momento Stephen lo alcanzó.
―Espera, encontré este guante bajo la cama del niño, creo que es importante ¿no?
William no recordaba haber revisado bajo la cama del niño, de hecho, la habitación del niño no parecía de gran importancia, solo una cama sin organizar y algunos juguetes tirados, los había fotografiado claro, pero ¿revisó bajo la cama?
Sacó una bolsa, se puso uno de sus guantes de látex y puso la evidencia en la bolsa.
―Lo revisaré mañana, por ahora estoy cansado ―dijo. Luego suspiro―. Que descanses.
El psicólogo asintió y William salió de la casa, fue hacia su auto y condujo hasta el departamento de investigación, sacó las evidencias de su bolso.
Saludó cordialmente al celador que se dispuso a abrirle la puerta, una vez dentro se dirigió a su despacho, dejó todo sobre su escritorio, se frotó la cara y se dio cuenta de que estaba que caía dormido. Tomó la cafetera y bebió una taza de café negro, la cafeína le dio un poco de energía como para llegar a su casa sin morir en el intento.
Salió del despacho y en el pasillo se encontró con Daniel.
―Hola, William, ¿entonces? ¿A dónde vamos hoy?
―Hola, hoy no quiero, Daniel, estoy muy cansado, solo quiero llegar a mi casa para dormir.
―¿Estás bien?
―Sí ―dijo William mientras se restregaba los ojos.
―¿Estás seguro? ¿cómo sigues con las pesadillas?
―Estoy bien, sólo estoy cansado.
―Sabes que me puedes contar lo que sea. Mi boca es como una bóveda, solo se tiene acceso a lo que contiene, cuando su dueño lo pide.
―Muchas gracias por preocuparte, enserio estoy bien. Hasta luego.
Se dieron la mano amistosamente y su amigo lo acercó a él terminando en un abrazo, en el que William solo puso la mano en la espalda de Daniel.
Una vez en su auto, volvió a tirar el bolso en el asiento trasero y se dispuso a conducir hasta su casa, luchando contra el impulso de cerrar los ojos. Cuando volvió a estacionarse en su casa, cogió su bolso y salió del auto.
Entró a su casa y como siempre, dejó el arma cerca de la puerta principal. Se fue con el bolso hasta su cuarto y allí lo tiró a la cama. Buscó el teléfono y llamó a Emily, conversaron un largo rato, sin importarle lo cansado que estaba, tenía que distraerse. Hablaron sobre cómo había sido su día, hablar con ella le quitaba las preocupaciones de encima y eso era el paraíso. Luego de colgar se desvistió y se fue a dormir en ropa interior.
Para su fortuna, el sueño llegó rápidamente, sin embargo,en cualquier momento, todo se podía convertir en pesadillas.
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La pesadilla de Belltown
Mystery / ThrillerEl pueblo de Belltown está siendo azotado por un asesino con un traje y una mentalidad muy particular. El caso estará a cargo del detective William Bolton, con poca experiencia en el cargo, las situaciones que tendrá que enfrentar comenzarán a sobre...