La vida de Daniel seguía como siempre, las pesadillas seguían manteniéndolo despierto y el café lo había puesto más activo, las ojeras se le notaban y aunque tenía más tiempo para hacer los aburridos informes, el hecho de no dormir no le agradaba.
Habían pasado dos días desde que vio a William, realmente algo había pasado, algo grave como para internarlo en un lugar, puesto que ya sabía que en su casa no estaba, lo había constatado desde la caminata de esa mañana.
¿Dónde estás William? Se preguntaba.
Y eso fue lo que le preguntó a la mayoría de las personas que estaban en el caso, sin embargo, se encontraban reacios a responder. Vaya que era extraño, la gente habla, pero en esos momentos no querían hablar. Cuando por fin encontró a Stephen, este estaba iracundo, no sabía por qué, pero su gesto delataba su estado.
―Hola, Stephen, Humm, ¿sabes dónde está William? Por favor dime que sabes algo.
―Entra y cierra la puerta ―espetó Stephen.
―¿Qué está pasando? ¿Por qué estas así?
―Ay, Daniel, no te metas en asuntos que no entiendes, estoy demasiado ocupado, sí, y con la llegada del súper investigador federal, las cosas están peor ―Stephen tomo aire con desesperación―. Escucha Daniel, nadie puede decirte esto, pero sé que tú lo puedes ayudar, William está en el hospital psiquiátrico, mira te daré la dirección. Pero nadie te ha dicho esto, ¿está bien?
―Está bien ―dijo mientras cogía, atónito, el papel con la dirección.
―Ahora vete, antes de que él sepa que estas aquí.
―¿Quién?
―¿No me oíste? Vete. Ya tengo suficientes problemas como para que tú me des más.
Stephen tuvo que empujar a Daniel para que saliera de la oficina.
¿Qué estaba pasando? De repente todo se había vuelto muy complejo, William desaparece, alguien aparece y comienza a controlar todo, y por último el sereno Stephen Black se vuelve una furia.
Caminaba lentamente, trataba de comprender todo, sin embargo, era algo mucho más grande que él, pero, una voz serena, grave y acusadora lo sacó de sus pensamientos.
―¿señor Scott? ¿Qué hace usted aquí? Usted no está asignado a este caso.
―¡eh! Ah, Humm, hola, señor, est...esta...estaba buscando a William, somos amigos y hace días que no lo veo.
―Oh, ya veo, pues él no está aquí.
―Y ¿dónde está?
Alexander miró hacia otro lado, apretando la mandíbula y frunciendo el entrecejo.
―Debería de estar en su casa, ¿no? ―expresó el señor Reed.
―Debe ser, bueno creo que lo iré a buscar mañana, así que... adiós. ―Daniel sonrió, movió su mano y se disponía a salir.
―Espere señor Scott. Usted conoce bien a William, ¿cierto?
―Humm...sí ―dijo mientras apretaba su mano con el papel, dentro de su bolcillo.
―¿Le importaría quedarse un rato y platicar sobre su amigo?
―Sí, sí me importaría. Voy tarde.
―Oh, señor Scott...
―Daniel... Humm dígame Daniel.
―Daniel, estoy seguro que Morgan te dejara quedarte unos minutos.
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La pesadilla de Belltown
Mystery / ThrillerEl pueblo de Belltown está siendo azotado por un asesino con un traje y una mentalidad muy particular. El caso estará a cargo del detective William Bolton, con poca experiencia en el cargo, las situaciones que tendrá que enfrentar comenzarán a sobre...