Después de lo sucedido, William fue lo más rápido que pudo al trabajo, aun se sentía mal a causa de la resaca, pero con lo que acababa de ver, como se sentía no era tan importante.
Unos minutos después, frente al departamento de investigación, se encontraba una muchedumbre, compuesta por personal de varios entes televisivos y varias personas enojadas. El mensaje había persuadido a estas personas. En medio de la gente se podían ver varios carteles con mensajes ofensivos para los investigadores, otros, con mensajes adoradores a su purificador, a ese maldito payaso.
El agente Bolton hizo todo lo posible por pasar entre la muchedumbre, mientras las personas lo abucheaban y le decían que no podían hacerle nada al nuevo defensor del pueblo, mientras los reporteros lo atacaban con preguntas sobre el payaso. Lo molestaron hasta tal punto que cuando estuvo cerca de la puerta, donde todos se amontonaban, decididos a no dejarle pasar, comenzó a apartarlos a codazos, y les gritó:
―USTEDES SON TAN ESTUPIDOS COMO PARA CREERLO, ÉL MATÓ PERSONAS, ¿SE LES OLVIDÓ LO GRAVE QUE ES ESO? EL NO SOLO ACABÓ CON LAS VIDAS DE ELLOS, ACABÓ CON SUS SUEÑOS, SUS ANHELOS, SUS FUTUROS. ¿QUIÉN ES ÉL PARA JUZGARNOS A SU PARECER? ¿QUIÉN ES ÉL COMO PARA HACERNOS TANTO DAÑO? DIGANM...
El discurso del investigador se vio brutalmente interrumpido, un objeto le pegó en la boca, haciéndole el daño suficiente como para que sus labios sangraran. Entonces, la multitud enmudeció y en medio de esta se escuchó un grito.
―¿Y QUIÉN ERES TU PARA DECIRNOS ESTO?
La puerta se abrió y desde allí alguien haló a William para que entrara.
―Estás loco, te paras allí y tratas de calmarlos, como si pudieras parar una ola con tus manos ―Le dijo Stephen.
William no trató de refutar el comentario del psicólogo, en cambio se quedó callado y lo siguió por las instalaciones.
―Las cosas están muy mal William, todo el mundo en parte está loco, no saben qué hacer y al parecer Kevin está pasando por una crisis. No tenemos nada que hacer, ¿Por qué te molestas en venir?
El comentario realmente tocó al agente, trataba de negarlo, pero en el fondo era así, realmente él ya no importaba en la investigación, se había convertido en un cero a la izquierda que ya no le importaba a nadie, ni siquiera a él mismo.
―Humm solo quería ver si podía ayudar en algo, pero...
―Vamos William, de verdad crees que puedes ayudar ahora, sé que hiciste todo lo posible por alentarnos, pero el problema te ha trascendido, y te está agobiando, no haces esto por encontrarlo, lo haces por sentirte bien contigo mismo.
―No, eso no...
―Sabes que es verdad William, esto ya no es una lucha entre tú y el asesino, solo es una lucha entre tu dolor y tus ansias de ser feliz, y mientras no resuelvas tu guerra, no lo encontrarás, créeme.
―Pero, escúchame...
―No, vete, ve y duerme, pasea, has lo que quieras con tal de que te alejes de esto, si sigues aquí tu guerra se pondrá peor, te pones en peligro y al tiempo nos pones en peligro a nosotros.
―Pues perdóname por hacerlo, sé que estoy mal y de esas cosas de la guerra interna, no se solucionarán haciendo lo que dices, no soy psicólogo, pero los problemas no se solucionan dejándolos pasar ―Luego de decir eso aceleró el paso.
Llegó a una habitación donde Connor Stewart y David Jenkins hablaban sobre el evento, William, colérico, entro a la sala.
―¡¿Ya lo encontraron?!
―De que hablas Bolton ―espetó Connor.
―Damien, ¿ya lo encontrado?
―Bolton el chico parece que desapareció de la faz de la tierra.
―Así que no lo han encontrado y están sentados aquí sin hacer nada.
El investigador se paró y se acercó a William.
―Hacemos más de lo que tú has hecho, novato, ¿Qué podemos hacer? Los asesinatos seguirán hasta que él se canse o se descuide lo necesario, pero en este punto estamos atados, entiéndelo William, no es como si fuéramos a tocar una puerta y encontráramos a un asesino. Como lo veo esto durará años.
William se sentía defraudado, apretaba su mandíbula incesantemente y cuando el investigador dejó de hablar, él salió de la sala, a los demás les pareció gracioso, porque rompieron a carcajadas. "así que nadie hará nada, ¿solo esperar? ¡Pendejadas!" Pensó mientras se dirigía a su despacho, una vez allí, despejó su tablero y comenzó a revisar todos los documentos sobre el caso que se encontraban en su poder.
―Si nadie hará algo, entonces yo lo haré por mi cuenta.
Comenzó a tratar de descubrir donde se encontraba Damien White, buscó mapas y los puso en el tablero, en el, por medio de alfileres, fue marcando las casas de las víctimas, los lugares donde se encontraron los cuerpos y donde decían los archivos que había vivido Damien. Terminó llenando el tablero de fotografías e hilos rojos, una red de información que solo él podía entender. En ese momento, cuando observaba su creación, buscando un patrón que le revelara algo, se percató de que tenía un nuevo correo. Él pensó lo peor y tenía razón, el asesino se había vuelto a comunicar con él.
Motivación
Hola Will.
Como ves soy un hombre de palabra, ahora, gracias a ustedes tengo una jugada de ventaja, ¿Cuándo la cobrarás? Vamos, deja de comportarte como un pequeño niño y enfréntame, o enfréntate, ¿cómo va eso? ¿ya sabes quién es Evan? Tal vez.
Seguiré esperando Will, pero eso no significa que pararé, sabes que esos animales necesitan un controlador, y ya que la justicia no lo ha hecho, la carga queda en nosotros, nosotros somos los que tenemos que luchar nuestras guerras, y tú ¿Qué has hecho? Acorralarte en un rincón mientras bebes, te estas convirtiendo en uno de ellos. Estas bebiendo Will, lo sé. A este paso tendré que reprenderte y créeme que te dolerá mucho, tanto que llorarás como el niño que eres, el niño que no se ha perdonado.
William sintió como todo se desmoronaba, el poco ego que se había formado para confrontar la aversión, se caía al piso y allí se enterraba. Su percepción del mundo cambió, y el miedo predominó todo, trató de moverse y se precipitó al suelo, se volteó y se quedó con la espalda en el piso frío, viendo como el pulcro techo permanecía estable, en contra posición a su estado. No sabía qué hacer, no sabía cómo seguir, estaba solo, Emily se había ido, Stephen se había hartado y Daniel no podía estar allí. Varios minutos pasaron, tantos que parecían horas para William, sentía odio, desesperación, pavor, impotencia y al final todo eso se convirtió en un grito, un grito que representaba toda su ira, ¿seguiría lamentándose como un niño? O ¿tomaría la ira de un hombre?
Tenía que distraerse, tenía que calmarse y su garganta deseaba un trago, sí un trago que le quitara la conciencia, que lo hiciera olvidar todo, que importaba el dolor de cabeza el día siguiente.
En ese instante la puerta se abrió, y vio esa nariz roja, junto a esos temibles ojos verdes. Veía como se acercaban a él.
―Oh vamos, Will, no puedo creer que estés haciendo un berrinche, quieres cambiar, pero no haces nada, entonces ¿cómo piensas atraparme? Tick Tock, el tiempo corre, la vida corre, y la muerte aventaja a todos. Prepárate para lo peor Will.
―WILLIAM, WILLIAM ―gritaba Stephen, mientras lo sacudía de los hombros.
―Juro que voy a encontrarte ―dijo con dificultad y luego cayó sin conciencia.
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La pesadilla de Belltown
Mystery / ThrillerEl pueblo de Belltown está siendo azotado por un asesino con un traje y una mentalidad muy particular. El caso estará a cargo del detective William Bolton, con poca experiencia en el cargo, las situaciones que tendrá que enfrentar comenzarán a sobre...