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Largos minutos después de haber salido de la casa Hale, con mis botas llenas de barro y un dolor de pies que me estaba destrozando, metí la llave en la cerradura de casa y exhalé un sonoro suspiro cuando entré en el recibidor

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Largos minutos después de haber salido de la casa Hale, con mis botas llenas de barro y un dolor de pies que me estaba destrozando, metí la llave en la cerradura de casa y exhalé un sonoro suspiro cuando entré en el recibidor.

—¿Dónde estabas? —me recriminó Viggo cuando me detuve en la puerta del salón y me lo encontré despanzurrado en el sofá.

Desde mi posición fui consciente del intenso olor a rabia que desprendía su cuerpo, por lo que dejando escapar todo el aire de mis pulmones y armándome de paciencia, me acerqué a él y coloqué una de mis manos en su hombro, percibiendo la tensión de sus músculos.

—Lo siento —murmuré esbozando una sonrisa, la cual se borró cuando nuestros ojos se encontraron—. He estado con Derek Hale, intentando sacarle información acerca de su hermana y del Alfa... Pero él no me quiere decir nada.

Cuando él negó imperceptiblemente con su cabeza, fruncí mis labios en un ridículo mohín antes de rodear el sofá y sentarme a su lado, exhalando un pesado suspiro cuando mis cansadas piernas se relajaron y terminando por apoyar mi cuerpo contra el suyo.

—No puedes faltar de nuevo a las clases —rezongó Viggo pasando sus manos por su cabello.

Una leve sonrisa se plasmó en mis labios cuando él rodeó mi cuerpo con su musculoso brazo y besó mi coronilla, sin embargo, cuando fui consciente de lo que su simple y concisa acusación implicaba, subí mis interrogantes ojos hasta él, que me dedicaba una tierna sonrisa.

—Me lo ha dicho tu profesor de Economía en la reunión de esta tarde.

—Mientras me saque buenas notas, no entiendo qué problema hay en que falte algunas horas —me excusé con tranquilidad, descalzándome y tirándome en el sofá para apoyar mi cabeza en los muslos de mi hermano—. Por cierto, ¿averiguaste algo?

El resto de la noche escuché atenta los diferentes datos que me iba exponiendo Viggo mientras sacaba papeles y más papeles de una carpeta azul.

Ante la imposibilidad de dormir esa noche ante la cantidad ingente de información que abrumaba mi cerebro, subí a mi habitación con la carpeta azul y comencé a colocar los diferentes expedientes en el escritorio de mi habitación.

En notas escribí la información más relevante de cada uno de ellos y los pinché con chinchetas en el corcho de mi pared.

Cuando el puzle estuvo completo, una diminuta sonrisa apareció en mis labios.

Hacía meses un ciervo había aparecido muerto en el bosque.

La hermana de Derek, Laura Hale, también había aparecido muerta.

El conductor del autobús, muerto.

El vendedor del videoclub... muerto también.

En la mayor parte de los escenarios había presente una espiral.

The Last Dawn |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora