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Mi corazón parecía a punto de escapar de mi pecho mientras recorría con mis ojos sus duras facciones. Era evidente que cualquier otro aspecto había quedado en un segundo plano.

Estaba demasiado ocupada sintiendo su duro pecho contra las palmas de mis manos como para preocuparme por Jackson, Lydia o cualquier otro asunto sobrenatural.

Poco a poco, sintiendo cómo tanto mi respiración como la suya se volvían más pesadas, e incliné hacia él y acerqué lentamente mi rostro hasta el suyo para rozar suavemente mis labios contra los suyos, provocando que él rápidamente sacara sus manos de debajo de su cabeza y las llevara hasta mi cintura, consiguiendo que mi piel se erizara ante tan sencillo gesto.

Un intenso estremecimiento sacudió mi cuerpo cuando sus cálidas manos se colaron bajo la camiseta y recorrió mis costados en un lento camino hasta rozar mis senos, retrocediendo rápidamente en su actuar cuando un placentero suspiro escapó de mis labios, que se entrecortó cuando apresó mis labios en un brusco beso.

Mientras él se dedicaba a explorar mi cuerpo con sus manos yo devoraba su boca con placer, disfrutando de su sabor mentolado y dejando escapar algún que otro gemido cuando sus dedos se clavaban en mi carne, hasta que en una de esas sus garras se deslizaron por la piel de mi espalda, arrebatándome un ahogado quejido.

—¿Estás bien?

Yo me limité a asentir levemente con mi cabeza, ignorando el ligero ardor que comenzaba a surgir en la zona herida y volví a besar sus labios mientras mis dedos acariciaban con suavidad su rostro.

Cuando su boca se trasladó a mi cuello y apresó mi piel entre sus dientes, exhalé un gemido y molí mis caderas suavemente contra él, buscando calmar la necesidad que comenzaba a correr por mis venas.

Él dejó escapar una ahogada risa cuando volví a atacar sus labios con hambre, provocando que instantáneamente me enderezara sobre él y le fulminara con mis ojos.

¿Le parecía gracioso?

Acompañando mis acciones con un bufido, me levanté de encima de su cuerpo y sacudí mi ropa, perdiendo toda calentura en el acto.

¿Qué demonios era lo que pasaba con él? Vale, quizás había parecido una auténtica desesperada... Pero era muy injusto no poder controlar las reacciones que provocaba en mí y que él, lejos de comprenderme, se limitara a reírse.

Acomodando mi pelo, me agaché a recoger mi bolso y me lo colgué al hombro, dedicándole una escueta mirada.

—Ya nos veremos —murmuré, viendo extasiada sus labios hinchados.

Abandonando cualquier intención de acercarme nuevamente a él y seguir disfrutando de sus apetecibles labios, comencé a alejarme en dirección a la escuela, sin embargo, no llegué muy lejos.

The Last Dawn |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora