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El lunes llegó con rapidez y se me pasó del mismo modo que el fin de semana.

Volando.

Apenas pisé la escuela, Allison llegó corriendo a disculparse conmigo por no haberme llamado el viernes después de dejarla en compañía de Derek Hale, lo cual, hasta yo misma había olvidado por completo, diciéndome que, a los pocos minutos de llegar a casa, Stiles había llamado a su puerta para preguntar si se encontraba bien, y que eso, sumado a las explicaciones que tuvo que darle a su madre, había provocado que se olvidara de avisarme.

Yo simplemente le dediqué una sonrisa, restándole importancia al asunto, y me apresuré a llegar a mi primera clase del día, ignorando al resto del mundo durante toda la mañana.

Y en ese momento me encontraba ahí, sentada en las gradas del campo de lacrosse, viendo cómo Scott comenzaba a perder los papeles.

Inevitablemente le di una nueva calada al cigarrillo que mantenía entre mis labios y exhalé el humo antes de respirar hondamente, rodando mis ojos al ser consciente de que Derek Hale no andaba muy lejos. No por nada, su delicioso olor llegaba a mis fosas nasales desde algún punto a mi derecha.

¿Qué clase de fetiche tenía ese hombre?

Estaba en todos los lugares a los que iba, por Odín...

—¡MCCALL VA A REPETIRLO! —anunció el entrenador.

Se mascaba la tragedia y no estando dispuesta a presenciar una auténtica masacre, negué con mi cabeza en un gesto reprobatorio antes de levantarme de mi lugar y reacomodar el tirante del bolso en mi hombro.

¿A quién demonios se le ocurría jugar a lacrosse cuando se era un hombre lobo recién mordido incapaz de controlar sus nuevas habilidades?

Dos pitidos del silbato llegaron a mis oídos mientras saltaba con agilidad hasta el suelo, pasando junto a varias chavalas que admiraban a los jugadores, y caminaba lentamente hacia el aparcamiento. Sin embargo, detuve mis movimientos cuando el sonido de un cuerpo caer al suelo llegó a mis oídos, provocando que inevitablemente girara mis ojos hacia el campo para ver al hombre lobo novicio arrodillado en el suelo junto al otro jugador.

—Mierda —susurré.

Planteándome seriamente el ir a sacar al chaval de delante de todos esos ojos curiosos o salir huyendo de la escena antes de que todo pasara a mayores, detuve mi cuerpo automáticamente ya que parecía dispuesto a correr hacia el inestable adolescente.

Mientras sopesaba los pros y contras que provocarían mis acciones, Stiles actuó más rápido que yo, acercándose a su amigo y llevándoselo de la vista de los demás, consiguiendo que le brindara un inmenso agradecimiento mental y les siguiera con tranquilidad, dedicándole una suave sonrisa al general Hale, quien había observado todo con su rostro impasible.

The Last Dawn |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora