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—Lie

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—Lie...

El ahogado susurro de Viggo al adentrarse a la habitación llegó a mis oídos antes de que sacudiera ligeramente mi hombro desnudo, liberando con rapidez el agarre de la cadena que permanecía en torno a mi cuerpo.

—Lie —insistió mi hermano, envolviendo mi torso entre sus brazos para impedir que cayera al suelo.

Con sumo cuidado cubrió mi cuerpo desnudo con una manta mientras yo mantenía mi rostro escondido tras mi pelo, observando con mis ojos humedecidos los jirones de la ropa que había llevado el día anterior en el suelo.

—Tranquila —susurró mi hermano, frotando mis brazos con sus manos para después sacarme a trompicones de la habitación hasta el baño.

Yo no levanté mis ojos del suelo en ningún momento, sintiendo con placer cómo los primeros rayos de sol que entraban por las ventanas calentaban mi piel a medida que caminábamos a través de la casa, dándome a entender que hacía largos minutos que había amanecido.

—¿Vas a ir a clase hoy? —murmuró Viggo ayudándome a entrar en la bañera.

Un leve estremecimiento recorrió mi cuerpo cuando el agua tibia me envolvió y mi hermano humedeció lentamente mi cabello para enjabonarlo mientras yo pasaba con lentitud la esponja por mi piel.

—Ey, Lie... ¿Vas a ir a la escuela?

Yo asentí lentamente con mi cabeza, sabiendo que debía ir sólo para saber cómo le había ido la noche a Scott. Tenía que saber si Stiles había podido contenerle.

—De acuerdo, hoy te llevo yo.

—No es necesario, Viggo —murmuré, notando mi voz enronquecida.

Sabiendo que tenía que ir a trabajar y bastante iba a tener ya con lo suyo, pues se le notaba a la perfección que no había pegado ojo en toda la noche, me negaba a sumarle la carga de estar pendiente de mi bienestar, por lo que no queriendo enfrentarme a su mirada volví a centrar mis ojos en mis muslos.

Las sensaciones que ahora me embargaban eran indescriptibles.

Después de haber logrado durante años controlarme durante las noches de luna llena, en tan solo minutos había vuelto a la casilla de salida del tablero.

A pesar de que Viggo seguía hablando yo me limitaba a ignorarle, y creo que él lo sabía porque poco tiempo después de mi última respuesta dejó de intentarlo para dejarme sola en el baño.

¿Acaso ahora todas las noches de luna llena serían así?

Porque no estaba segura de poder sobrellevarlo y mantenerme lo suficientemente cuerda para abordar un mes más. Sin embargo, era consciente de que de nada me servía seguir hundiéndome en mi propia miseria como lo estaba haciendo.

The Last Dawn |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora