Nació con una clara marca en su futuro. Lo más importante para ella es su hermano, pero todo cambia en su llegada a Beacon Hills. Siempre han sido ellos dos, nunca han necesitado a nadie más, pero esas defensas que se habían autoimpuesto se derrumba...
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Cuando terminé de hablar el rostro de mi hermano era un auténtico poema.
Se notaba a leguas que estaba furioso, sin embargo, no tenía claro si era conmigo o con la terrible situación que estábamos enfrentando.
No sólo no teníamos ni idea de cómo ayudar a Jackson, sino que era evidente que los cazadores, quienes se habían llevado a nuestra Beta, estaban detrás de nuestras cabezas, y a eso se le sumaba la reciente presencia de la manada de Alfas en la ciudad.
¿Podía ir todo peor?
Si no era así, que alguien viniera a abrirme los ojos porque me daba la sensación de que íbamos de mal a peor.
—¿Quieren que te unas a ellos? —preguntó Viggo, hablando por primera vez lo que me llevó a asentir con mi cabeza—. ¿O nos harán daño? —yo volví a asentir—. ¿Y consideraste que era una buena idea callarte esta información?
—Me pareció lo más adecuado en el momento, pero no puedo seguir sola —mascullé, escondiendo mis ojos de su furiosa mirada—. No quiero unirme a ellos, pero tampoco quiero que os hagan daño... a ninguno de vosotros.
Mis labios se arrugaron en un puchero cuando Viggo tomó una sonora bocanada de aire y apresó su mentón entre dos dedos antes de comenzar en frenéticos círculos frente a mí, hasta que segundos después volvió a detenerse frente a mí y me dedicó una seria mirada.
—De acuerdo, de acuerdo —resopló él—. Lo primero es encontrar a Elizabeth. Luego detendremos a Jackson, acabaremos con Gerard, y luego solucionaremos ese problemilla con la manada de Alfas.
—Lo que estás diciendo suena muy bien, pero es prácticamente imposible —murmuré, golpeando insistentemente el suelo con mi pie—. El tema de Beth es obvio, la tendrán en el mismo lugar que tuvieron encerrado a Derek semanas atrás, pero ¿cómo piensas detener a Jackson? Es algo que llevamos investigando durante semanas y no hemos encontrado nada que pudiera darnos una pista... y los Alfas... dudo seriamente poder salir de esta enteros, son fuertes... lo noté al instante, y Deucalion... No va a ser fácil, Viggo... Si ese hombre lidera una manada de Alfas, es por algo.
—Mi mayor preocupación es que tú estés bien... Me da igual lo que tenga que hacer para conseguirlo, ¿comprendes? Se nos acaba el tiempo, Nealie, y mi único objetivo es tu bienestar —masculló él clavando sus ojos en mí, provocando que una extraña sensación se expandiera en mi pecho—. A partir de ahora solo hay una salida posible y es pasar por encima de los que nos entorpecen el camino. Es evidente que nadie va a tener ningún tipo de consideración con nosotros, ¿por qué deberíamos tenerla nosotros con ellos?
Sabía lo que me estaba diciendo... Estaba dejándome claro que haría cualquier cosa por mí, incluso sacrificarse como un imbécil... Y a pesar de que se lo agradecía, realmente temía la seguridad con la que estaba hablando.
Porque sabía que lo haría.
Si en algún momento la vida de ambos corría peligro, él se sacrificaría por mí, y era algo que me negaba a aceptar, porque del mismo modo que él había dejado en claro en numerosas veces que no soportaría perderme o que me sucediera algo, él era lo único que me motivaba a seguir adelante. Perdería completamente mi cabeza si en algún momento llegaba a sucederle algo.
