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Rápidamente los tres bajamos del Audi y nos encaminamos detrás de Stiles hacia su casa, quién llamó a su padre a gritos mientras subíamos las escaleras de la casa hasta su cuarto

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Rápidamente los tres bajamos del Audi y nos encaminamos detrás de Stiles hacia su casa, quién llamó a su padre a gritos mientras subíamos las escaleras de la casa hasta su cuarto.

Stiles no perdió el tiempo. Abrió uno de los anuarios y lo dejó sobre el escritorio mientras su padre, que acababa de llegar al cuarto, nos observaba a todos sin poder disimular la confusión que bañaba su rostro.

Sin molestarse en dar explicaciones, el castaño agarró a su padre y le hizo un rápido resumen de quien era el asesino y de cómo lo habíamos descubierto mientras Viggo y yo compartíamos una mirada cómplice al ser conscientes de que el sheriff no daba crédito a ninguna de las palabras de su hijo.

—Así que éste es el asesino —comentó con una tranquilidad pasmosa el sheriff, provocando que mi ceño se frunciera levemente.

—Sí —zanjó Stiles.

—No —refutó el sheriff.

—Sí —insistió Stiles.

—No —volvió a negar el sheriff cruzándose de brazos.

Yo deslizaba mi mirada de uno a otro como si se tratara de un alucinante partido de tenis.

—Noah... replantéate la situación, piensa en lo que sabemos —intervino mi hermano, sin embargo, fue cortado rápidamente por Stiles.

Yo me limité a sentarme en la cama del castaño, clavando mis codos sobre mis rodillas y entrelazando mis dedos frente a mis ojos, pensando en cual debía ser el mejor modo de convencer al hombre sin hacer pública la existencia de lo sobrenatural.

Lo cual, pensándolo bien en frío, era prácticamente imposible.

—Scott... ¿te crees esto?

La pregunta del sheriff, bañada en ese incrédulo tono de voz, me sacó de mis pensamientos, haciendo que mis ojos rápidamente viajaran al rostro del hombre, que nos observaba a todos y cada uno de nosotros como si nos hubiera salido otra cabeza.

—Es muy difícil explicar cómo lo sabemos, pero tiene que creernos —aseguró Scott, centrando su penetrante mirada en el rostro del hombre—. Sabemos que es Matt.

—Sí, cogió el coche de Harris, ¿de acuerdo? Escucha, sabía que si encontraban huellas de neumáticos y que si la mayoría de las víctimas fueron con Harris lo arrestarían.

—De todas formas, ¿a nadie se le ocurrió comprobar las huellas encontradas? ¿O confiscar el coche y analizar las pruebas? Un pelo, huellas dactilares... no sé, ¿algo? —pregunté.

A pesar de mi inocente... ¿sugerencia? ¿Pregunta? Fue imposible no ganarme varias miradas fulminantes, entre las que se encontraban las de Stiles y Viggo, de hecho, este último no se molestó en contenerse y golpeó suavemente mi cabeza con su mano.

—Cállate.

—Es suficiente. Permitiré una remota posibilidad, ¡pero dame un motivo, ¿por qué este chico quiere muertos al equipo de natación del 2006 y a su entrenador? —interrumpió el sheriff.

The Last Dawn |Derek Hale x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora