Nació con una clara marca en su futuro. Lo más importante para ella es su hermano, pero todo cambia en su llegada a Beacon Hills. Siempre han sido ellos dos, nunca han necesitado a nadie más, pero esas defensas que se habían autoimpuesto se derrumba...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esa noche no pegué ojo.
Tenía mis nervios a flor de piel y mi mente no dejaba de rememorar la asquerosa experiencia que habíamos vivido en la estación de policía, llegando a la conclusión de que debía hablar con Scott lo más pronto posible.
Su decisión de aliarse con Gerard debía tener una explicación. Explicación que me urgía conocer.
Por eso, esa mañana me levanté como un resorte de la cama y rápidamente me preparé, dispuesta a hablar con el moreno cuanto antes, pero la presencia de mi hermano en la cocina me obligó frenar mis intenciones, haciendo que me preparara un café y que me sentara frente a él, envolviendo la taza con ambas manos mientras el peculiar aroma de la preocupación que emanaba de su cuerpo golpeaba con fuerza mis fosas nasales.
—¿Qué te pasa?
—Han encontrado el cuerpo de Matt ahogado en el río —comentó él.
Mis labios se apretaron en una tensa mueca cuando fui consciente del grave tono de su voz, dejándome claro que no era algo que le hiciera mucha gracia.
Yo me limité a dar un primer sorbo al amargo líquido mientras sentía la penetrante mirada de Viggo sobre mi rostro, sabiendo que esperaba que dijera algo, pero estoy segura de que lo que se deslizó de mis labios era muy distinto a lo que él quería escuchar.
—Qué se joda. Merecido se lo tenía.
Sintiendo la penetrante mirada de mi hermano sobre mí, subí mis ojos hasta los suyos y esbocé una inocente sonrisa para quitarle peso a mis palabras, pero cuando Viggo alzó una de sus cejas en un incrédulo gesto, supe que no había funcionado.
—¿Qué?
—¿Sabes lo que significa eso? —preguntó él.
Ante su pregunta me encogí de hombros, sacando el paquete de tabaco del bolsillo trasero de mis jeans y me llevé un cigarrillo a los labios, ignorando descaradamente la reprobatoria mirada que me estaba dedicando él.
Lo que no sabía era si se debía a que fumara delante de él, o a que demostrara ese pasotismo hacia el tema de Matt.
—Si lo que dijo el veterinario es cierto, ahora Jackson encontrará un nuevo maestro y volveremos a encontrarnos como al principio... o incluso peor.
—He llegado a la conclusión de que la única forma de salir de ésta es matando a Jackson, así que da igual quién sea su maestro.
Sin necesidad de decir nada más, volví a encogerme de hombros antes de sumirnos en un incómodo silencio en el que solo se escucharon nuestras respiraciones. Tras eternos minutos en el que me dediqué a tomar mi café, llevé de nuevo mis ojos hacia mi hermano, que observaba su desayuno como si fuera lo más interesante que había visto en su vida.
—Scott se ha aliado con Gerard.
Las palabras se deslizaron de mis labios antes de que pudiera controlarlas en un murmullo prácticamente inaudible mientras escaneaba con atención el endurecido rostro de mi hermano.
