Sería mentira decir que las clases con Snape no le habían servido de nada. Imogen había mejorado bastante en el área de pociones, aunque todavía le quedaba un largo camino por recorrer para llegar al nivel que los T.I.M.O exigían.
-Potter, Black, muy bien trabajado- dijo Slughorn mientras les devolvía el pergamino- veo que las clases van sacando sus frutos.
-Sí, señor-respondió contenta- muchas gracias.
-¿Lo ves?- Regulus se dirigió a ella cuando el profesor se giró- no eres tan mala.
-Supongo que no. ¿Sigue en pie lo de esta noche?- susurró.
-Sí, a las 11 en la biblioteca- susurró también- procura que no te vean.
Imogen recogió sus cosas y salió del aula con Marlene.
-Veo que te llevas muy bien con el hermano de Sirius.
-¿Regulus?-Imogen miró a su amiga- sí, bueno. Todo el mundo le tiene un poco de miedo, pero puede llegar a ser agradable algunas veces.
-¿Agradable? ¿En serio es lo único que vas a decir sobre él?- Marlene casi le pega- ¡Por Merlín, Imogen! Está tremendo, como su hermano.
-Los Black son como realeza en el mundo mágico, Marlene-rió la chica- no pasará lo que quieres que pase. Además, ¿es que no piensas hablar de otras cosas este año?
-Al menos admite que el chico está bien.
-¡Qué pesada, chica!- se ruborizó- sí, ¿contenta? tengo los ojos en el mismo sitio que tú, puedo ver lo atractivo que es.
Y Regulus pasó por al lado de las dos chicas, en dirección al Gran Comedor.
-Mierda, Marlene- abrió los ojos de golpe- seguro que me ha escuchado.
-Seguro- se ganó un golpe de su amiga- anda, tonta, ¿qué mas da? No has dicho nada malo. Y ahora vamos a comer que me muero de hambre.
...
Los Merodeadores entraron en el Gran Comedor entre risas, llamando la atención de todo el mundo, como siempre. Le habían puesto un tinte de color rojo al zumo de calabaza que había en la mesa de las serpientes. En el instante en el que lo tomasen, su cabello se volvería rojo carmesí, como el del escudo de Gryffindor. No podían esperar a ver sus caras.
-¿Cómo está la mejor hermana del mundo?-preguntó James mientras se sentaba a su lado- ¿sigues cabreada con nosotros?
-No-Imogen miró hacia otro lado, sabiendo que si lo miraba sabría que le estaba ocultando algo- Bueno, tal vez sigo un poco molesta. Pero no importa ahora, ¿cómo estás tú, Remi?
-Estresado-la miró- pero estaré bien.
-Y yo os estaré esperando a la misma hora de siempre, donde siempre.
-¿Podrías traer chocolate?
-Por supuesto.
-Gracias- le pasó un brazo por los hombros.
-James, ¿te acordaste de escribir a papá y mamá?- su hermano se atragantó- lo suponía. Les mandé una carta por ti, no te preocupes.
-Y por eso te quiero tanto.
-Ajá- se escuchó un grito en la mesa de Slytherin.
Todo el mundo se giró para observar la mesa. El pelo de muchos de los alumnos se había vuelto rojo carmesí. Todo el mundo se reía ante el caos que los Merodeadores habían causado con su broma.
-¿Habéis sido vosotros, verdad?- asintieron- ¿Tinte en el zumo de calabaza?-asintieron- ¡os amo!-rió.
Regulus, que había bebido zumo, se acercó furioso hacia su hermano, sabiendo que esto era obra de él y sus amigos.
-¿Qué coño te pasa, Sirius?- estaba tan enfadado que Imogen pensaba que le iba a explotar la cabeza en cualquier momento- ¡madura de una vez!
-Lenguaje, Reggie, ¿qué diría Walburga si te escuchara?- se rió- te sienta bien el rojo, hermano. Deberías considerar dejártelo permanentemente.
-Cállate- miró a Remus- tú eres el más razonable, Lupin. ¿Cómo me quito esto?
-Um...no puedes, se va solo-hizo una pausa- en unos dos días.
-¿¡Dos días!?¡Por Salazar! Esto no se va a quedar así- miró a Imogen, que se estaba riendo- ¿tú también?
-Oh, yo no- intentó controlar sus carcajadas- pero me encanta. Os favorece, ¿has visto a Avery? ¡Su cara está del mismo color que su pelo! Esto es lo más- volvió a reír.
-Vosotros cuatro, conmigo. ¡Ya!- interrumpió la profesora McGonagall dirigiéndose a los chicos Gryffindor.
-¡Pero si nosotros no hemos sido!- la profesora levantó una ceja- está bien, ya vamos.
Y entre risas y vítores, los Merodeadores salieron del Gran Comedor.
...
La noche ya había caído e Imogen se preparó para ir a sus clases con Snape. Después debía ir a la biblioteca con Regulus y después a la enfermería para ver a sus amigos. Una noche movidita.
Cogió el chocolate, un libro y la capa de invisibilidad de su hermano, guardándolos en su bolso para usarlos después y se dirigió hacia el retrato de la Dama Gorda.
Al salir de la Torre de Gryffindor empezó a bajar las horrendas escaleras, dirigiéndose a las mazmorras para dar su clase.
-Está esperando una respuesta, Black- Imogen retrocedió al escuchar a alguien- debes decidir qué vas a hacer.
-¿Decidir?- reconoció la sarcástica voz de Regulus- ¿es que tengo elección? Pero todavía es demasiado pronto, no tengo 18, Rosier.
-Seguramente se hará el curso que viene, la guerra cada vez está mas cerca, debemos hacerlo cuanto antes- dijo algo que Imogen no llegó a escuchar- háblalo con tus padres.
Imogen sintió que alguien se aproximaba, por lo que rápidamente se echó la capa por encima. Cuando Evan Rosier pasó por al lado de Imogen a la chica casi se le sale el corazón por la garganta. No tenía ni idea de qué hablaban, pero algo le decía que no era algo que ella quisiera saber.
Miró su reloj, las 10 menos 5, debía correr si no quería llegar tarde.
-Hola, Snape- dijo cuando entró en el aula de pociones- ¿qué haremos hoy?
-Hoy vamos a estudiar la poción matalobos- la chica se tensó- ¿algún problema, Potter?
-No, pero es una receta muy difícil de hacer, incluso para un profesor. No entiendo por qué vamos a trabajarla.
-No he dicho que fuéramos a hacerla. He dicho que vamos a estudiarla.
-¿Para qué? No entra en mis T.I.M.O.
-¿Tengo cara de que me importe lo que entra en tus T.I.M.O?- continuó Snape- se hará lo que yo diga, ahora toma nota.
"No, tienes cara de amargado, Quejicus". Pensó la chica.
Y así tuvo que aguantar una hora de insinuaciones de Snape sobre la licantropía de su amigo Remus. Insinuaciones a las que ella simplemente rodaba los ojos, mencionando en varias ocasiones que había perdido la cabeza.
-Charla muy interesante, Snape-se levantó de la silla- pero me tengo que ir ya, es tarde.
Y antes de que Severus pudiera decir nada, Imogen abandonó el aula, dirigiéndose a la biblioteca mientras corría. Iba a ser una noche demasiado larga.
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it isn't in my blood [black]
FantasySus años en Hogwarts fueron los mejores de sus vidas. Pero las risas se fueron apagando cuando se vieron forzados a convertirse en los soldados de una guerra que amenazaba con arrasar con todo lo que alguna vez quisieron. Donde Imogen Potter conoce...