1 de septiembre. 11 de la mañana. Andén 9 y 3/4. Eso sólo significaba una cosa para Imogen Potter y Regulus Black: volver a casa.
Sin embargo, Imogen, al sentarse en el compartimento que compartía con su hermano James y sus amigos, no pudo evitar sentir ese toque de amargura típico de las despedidas.
Regulus no pudo sentirse más aliviado. El verano en Grimmauld Place había sido un tormento. Las discusiones entre Walburga Black y su hijo Sirius eran cada vez más constantes y fuertes, por lo que no pudo evitar disfrutar de la paz que había en el compartimento de prefectos.
-Así que ahora eres prefecta, ¿eh? Espero que no seas como Remus y le quites puntos a esos Slytherins- dijo Sirius mientras devoraba una rana de chocolate.
-Sí claro, siempre que lo merezcan, lo haré- respondí, ganándome una mirada de odio por parte de él.
-Bueno, Lunático, ahora podrás pasar más tiempo con mi hermana-comentó James, subiendo y bajando las cejas.
-De verdad, James, no entiendo ese afán de emparejarnos a Lunático y a mi desde el año pasado, ¿qué te pasa? llevamos siendo amigos desde los diez años y nunca has intentado emparejarme con ninguno de ellos.
Estaba molesta. James llevaba intentando que Remus e Imogen tuviéramos algo desde el curso pasado, no paraba de lanzar pullas, insinuando cosas que tanto Lunático como Imogen sabían que no eran ciertas. Obviamente sabía que él era atractivo, no era ciega, pero eran amigos. Sólo amigos.
-No es nada, simplemente digo la verdad.
-Cualquiera que sea tu plan para que esto pase, ahórratelo, hermano. Lo hemos hablado miles de veces, Remus y yo somos amigos.
-Intenso-comentó Peter, incómodo ante la pequeña discusión entre los Potter.
-Además, ya sabéis que yo no estoy listo para una relación-dijo Remus.
-Oh, por favor, Lunático, no empieces con todo el rollo de que no mereces ser feliz por tu pequeño problema peludo. Es una excusa barata-respondió Sirius.
Remus era un hombre lobo, y por eso pensaba que tales cosas como el amor, formar una familia algún día o tener una carrera eran imposibles para él. Se sorprendió bastante cuando fue elegido prefecto el año pasado, no pensaba que se lo mereciera. Pero lo hacía. Era una persona espléndida. Un buen hijo, un buen alumno y un buen amigo. El hecho de que se transformara en otra cosa durante la luna llena no significaba que fuera un monstruo. El merecía ser feliz, pero no lo aceptaba.
-Remi, no eres un monstruo. Todos lo entendemos, espero que algún día tú también lo entiendas- continuó Imogen- Ahora, vámonos al compartimento de prefectos, quiero saber quién más lo es este año.
-Ve yendo tú, ahora te alcanzo-Remus esperó a que Imogen cerrara la puerta del compartimento para dirigirse a James- ¿estás loco? No sé que es lo que te traes en mente, pensé que después de verano se te habría pasado la tontería.
-Lunático, sólo ha sido un comentario.
-Uno de miles, James, sabes que me incomoda que hagas eso. No entiendo por qué se te ha metido en la cabeza la idea.
James lo miró fijamente. No quería admitirlo, pero sabía que lo correcto era sincerarse con su amigo.
-El año pasado escuché una conversación entre dos chicas sobre mi hermana- todos le miraron, expectantes- decían que había cambiado mucho desde tercero . Que estaba, bueno, ya sabéis... mejor, que muchos iban detrás de ella. No soy tonto ni ciego, sé que mi hermana es guapa y que tarde o temprano iba a acabar teniendo novio. Si ese futuro novio es uno de vosotros, que os conozco y os tengo vigilados, mejor.
-Cornamenta, no puedes obligar a las personas a tener sentimientos sólo porque te niegas a aceptar que tu hermana ha cambiado- dijo Sirius- además, me ofende que no pensaras en mí para esto.
-Antes muerto, Canuto. Te quiero, hermano, pero tu fama te precede. Lo siento, Lunático, quizás he sido demasiado pesado- se dirigió a Remus.
-¿Quizás? Está bien James, pero no puedes forzar a dos personas para que se gusten. Cuando se enamore de alguien, será cosa suya, no tuya.- se levantó para ir a la zona de prefectos- nos vemos luego, chicos.
Cuando Remus encontró a Imogen, ella estaba conversando animadamente con Ada Smith, una prefecta de Hufflepuff. Inspeccionó un poco la zona para ver quienes eran los nuevos prefectos, y no se sorprendió al ver a Regulus junto a otros Slytherins, era un buen alumno.
Cuando llegaron a la estación de Hogsmeade se montaron en los carruajes para dirigirse al castillo. Una vez en el Gran Comedor, como todos los años, esperaron a los de primero año y después tuvo lugar la Selección, continuada con el banquete.
-Espero que este año no me toquen muchas clases con Ravenclaw, Agnes está cada año más insoportable-dijo Imogen mientras cogía un poco de puré.
-¿Agnes Wilkinson?- preguntó Marlene McKinnon.
-Sí, si no recuerda unas cinco veces al día que Charity Wilkinson perteneció a su familia, no lo hace ninguna. Creo que está obsesionada.
-Pues yo espero que nos toque con las serpientes, ¿has visto a Black? Está guapísimo.
Imogen se giró para echarle un vistazo al hermano de su amigo. No podía mentir, era bastante guapo y elegante. Característica común dentro del linaje de los Black.
-Pues como todos los Black- respondió la chica Potter.
-¿He escuchado mi nombre?- se inclinó Sirius para ver a su amiga, haciendo a ambas amigas reír.
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it isn't in my blood [black]
FantasySus años en Hogwarts fueron los mejores de sus vidas. Pero las risas se fueron apagando cuando se vieron forzados a convertirse en los soldados de una guerra que amenazaba con arrasar con todo lo que alguna vez quisieron. Donde Imogen Potter conoce...