capítulo 21: "when I kissed the teacher"

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Se accedía al despacho del director por medio de una escalera de caracol de piedra en movimiento, que a su vez estaba oculta por una gárgola, que se hacía a un lado en respuesta a una contraseña.

-Pastel de limón- dijo la profesora McGonagall.

Los chicos fruncieron el ceño, aunque conociendo el carácter de Dumbledore, no les extrañaba tanto que tuviera esa contraseña.

-Buenos días- sonrió Albus- pasen, pasen. Gracias Minerva.

La directora de Gryffindor asintió y se marchó.

-¿Caramelos?- ofreció.

-¡Son como esos que me regalaste, Lily!- exclamó Imogen sin poder ocultar la emoción ante algo muggle.

-Sí, querida- Imogen se ruborizó ante su entusiasmo- son de limón.

Cogió uno mientras agradecía y se lo metió en la boca. Todos miraban expectantes a que les dijera por qué los había citado en su despacho. No solía citarlos allí, sino que dejaba que si había algún problema se encargaran los directores de las casas.

-Director- dijo finalmente James- no queremos ser groseros, pero...¿ha pasado algo grave?

-La paciencia nunca fue su virtud, ¿verdad?- le sonrió amablemente- los he citado aquí porque quería hablarles sobre una cosa.

Todos se enderezaron y se pusieron rectos, rezando porque no les fuera a castigar por la broma que le gastaron a principio de curso a Snape.

-No- sonrió- no voy a castigarles.

Suspiraron aliviados.

-Al contrario, les vengo a pedir un favor- los miró uno a uno- estamos en un punto de la guerra donde la esperanza de muchos se ha ido por completo...No hay más que observar las comidas. Todos los alumnos en silencio. Nadie se atreve a decir nada, están aterrorizados por si en el periódico aparecen los nombres de algún conocido.

>>Y, entre tanto silencio, el Gran Comedor se llena de risas en la mesa de Gryffindor. Vuestras risas.

Ninguno entendía el punto del profesor.

-Nuestro peor enemigo está en nuestra cabeza- miró a Imogen- el miedo se ha instalado en la mente de los alumnos. 

-Perdone, profesor, pero creo que no pillamos muy bien su punto- dijo Sirius un poco confuso.

-Su carisma y capacidad de hacer reír a los demás con sus bromas es admirable. Quizás se necesite de eso ahora más que nunca- sonrió- confío en que puedan traer un poco de felicidad y luz en estos momentos tan oscuros.

-Nos está dando vía libre para...- James fue entendiendo.

-Así es, James- asintió- os estoy dando vía libre para bromear todo lo que quieran. Para que hagan a los demás disfrutar un poco y olvidar por un rato lo que pasa más allá de estos muros.

La cara de los Merodeadores se iluminó. ¿Bromas sin castigos? Paraíso.

-Obviamente- continuó- agradecería que no comentarais esto con nadie. No es muy ético que vuestro director os incite a romper los códigos, sobre todo teniendo a los dos premios anuales entre vosotros.

-No se preocupe, profesor- dijo James- no nos pasaremos, pero intentaremos hacerlos reír.

-No esperaba menos de vosotros- asintió.

Cuando todos iban a salir, Dumbledore le pidió a Imogen que se quedara.

-Imogen- la miró- nada pasa en estos terrenos sin que yo me de cuenta... lamento terriblemente lo de Regulus. Ojalá hubiera podido evitarlo.

it isn't in my blood [black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora