Capítulo Veinticuatro.

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La alarma del celular de Carly suena ruidosamente en la habitación... Yo siempre me despierto sola y esa cosa me ha dado un susto enorme.

—¡Apaga esa cosa! — Le grito tapándome la cara con la almohada.

Carly toma torpemente su celular y apaga la alarma. —¿Te darás un baño?

Asiento. —¿Tú?

Ella niega y se talla los ojos. —Me bañé anoche...

Me siento en la cama y enciendo la lámpara... Vaya día el de ayer. Siento que me atropellaron.

—¿Te importaría hacerme la mochila? — Le pregunto mientras tomo torpemente la ropa que elegí anoche para ponerme. Hoy no quiero arreglarme mucho, sólo voy de jeans, camiseta y tennis negros; ni siquiera sé si vaya a maquillarme. Hoy sólo tenemos tres clases, así que no será un día tan pesado.

El agua caliente del baño me relaja pero no me quita su mirada de la cabeza. Esos ojos... Esos ojos me atraparon y ya no sé que hacer para que me suelten. No sé disimular que no está y que todo está bien. Lo extraño, quisiera haber podido despertar hoy con él, tomar un café antes de irnos y darnos un beso de despedida al llegar...
Creo que escribir me está haciendo mal. Escribir y leer tanto. Me llena la cabeza de mentiras y me hace engañarme a mi misma.

—¿Rye? ¿Estás bien? — La voz de mi amiga me saca de mis pensamientos.

—S-Si... — alcanzo a decir. —Y-Ya salgo...

Me enjuago el cabello y me enredo en la toalla para cubrirme del frío... Él sabe que siempre tengo frío y por eso siempre me tiene abrazada, o lo usa como maldad para pasarme las manos por los brazos. Siempre ha tenido las manos heladas.

Carly prácticamente me viste cuando salgo del baño. Se encarga de arreglarme un poco el cabello también. Ya tengo que recortarlo, el corte está perdiendo forma...

Me pinta un poco las pestañas para no verme tan mal... Cuando me miro en el espejo casi puedo jurar que soy yo, pero no es así. En el espejo hay una desconocida.

Los grandes círculos oscuros que cubren mis ojos casi me hacen creer que estoy enferma. Estoy más pálida de lo normal y tengo los párpados muy caídos; supongo que es el resultado de no dormir bien o de imaginar que quien estaba al lado de mi era él y no mi mejor amiga.

Carly me abraza por detrás de los hombros. Su acto me calma, pero solo puedo devolverle el gesto acariciando uno de sus brazos.

—Vas a estar bien, ya lo verás...

Asiento. —Sólo necesito tiempo...

Mi voz apenas es audible. Yo siempre me he caracterizado por tener una voz chillona y fuerte, pero ahora sueno como un pequeño ratón. No puedo creer que se haya llevado incluso mi voz con él... Se llevó todo de mi.

Mi amiga se encarga de hacerme comer algo antes de irnos. Consigo tomarme media taza de café y una manzana, aunque las náuseas me invaden por completo consigo mantener algo en el estómago por un rato.

Me obligó a ponerme los lentes, sino estoy segura que no veré nada del camino. El Sol aún no sale por completo, así que es mejor tener un poco de cuidado.

Me subo a mi auto y Carly Se recarga en mi ventanilla. —¿Segura que quieres ir?

Asiento con más fuerza que ganas. —Mis padres no pueden ver lo que sucedió aquí... No pueden verme así.

Me aparta un mechón de cabello de la cara. —Eres muy valiente... Te admiro mucho, Rye.

Me da un leve apretón en la mejilla y se sube a su auto. Cierro la ventana y dejó caer la cabeza contra el volante... Está orgullosa de mi por no permitirme que un idiota me haga daño...

Mi celular se ilumina en el tablero y lo tomó al instante... Es él.

Me alejo de la tentación y lo apago, por lo que la pantalla se oscurece y deja de sonar. Si realmente quería llamarme, lo hará de nuevo, pero en lugar de eso me envía un mensaje que leo desde la pantalla para no abrirlo.

»Me equivoqué de llamada.»

Me obligo a detenerme en un tramo de la carretera y saco de un tiro todo lo que tengo en el estómago. Lo último que necesitaba era esto. Imaginarlo con ella, saber que está con ella me revuelve una vez más el estómago de sólo pensarlo. Carly, que va un poco adelante de mi, se da cuenta y se detiene para ver si estoy bien, a lo que respondo que sí.

Me pasa mi botella de agua de la mochila y le doy un trago... Realmente esto no puede estarme pasando a mí.

Vuelvo al coche y mi fuerza de voluntad me hace llegar al estacionamiento... Su coche ya está ahí y me maldigo a mi misma por voltear a dónde no debía.

Se me olvidaba que Alexa nos espera en el estacionamiento. Él ya está con ella... Se ve muy normal y realmente no puedo culparlo. No le afectó tanto como a mí dejarme sola ayer.

Me meto unas mentas a la boca y tomo mis cosas del asiento del copiloto; luego me doy una última mirada en el retrovisor y me obligó a mi misma a fingir mi mejor sonrisa. Creo que no me veo tan mal. Cualquiera se creería el cuento de que estoy enferma.

Bajo del auto y Carly hace lo mismo. Pretendemos llegar como normalmente lo hacemos, riendo y contándonos cosas, pero Carly Se da cuenta de la falsedad de mi sonrisa y me aprieta una de las manos luego de susurrarme que todo va a estar bien.

Alexa nos mira y nos saluda con la efusividad de siempre. No me tengo a recibir su abrazo. Después de todo ella no tiene la culpa de que Jon sea un idiota... Ni de que esté jugando con ambas...

—¿Estás bien? Te veo algo... Enferma. — Noto la preocupación en su voz.

—Estoy bien, sólo es un resfriado. — Le aseguro con una sonrisa.

Jon se ríe por lo bajo... Es un verdadero idiota.

Saco un cigarrillo de mi bolsa y lo enciendo mientras vamos caminando hacia el salón. Jon me mira y se me acerca un poco, lo suficiente como para que quiera apartarlo de mi de un golpe.

—¿Ya desayunaste, al menos?

Me quito los lentes y se sorprende al verme. Claro, era de esperarse no encontrarme tan radiante como él. —: ¿Te importa, acaso?

—Más de lo que piensas.

Suspiro y vuelvo a ponerme los lentes para luego seguir fumando. —Déjame en paz.

Se adelanta sin decirme nada. Por mi, que se vaya al carajo si así lo quiere.

Always •|Jon Bon Jovi|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora