Capítulo Cuarenta y Uno.

267 14 2
                                    

Una semana después.















Jon.

Ha pasado exactamente una semana... Una jodida semana sin escuchar su voz, sin sentirla cerca de mí y me está matando por completo.

El día que tomamos el vuelo a penas podía respirar... El aire que respiraba estando cerca de Alexa no era tan puro como yo quería. Me asfixiaba. Estuve a punto de pedirle que no viniera conmigo, pero no soy tan cruel como para arruinar la emoción de alguien, aunque se trate de ella.

Richie me jaló hasta el avión y trató de hablar conmigo de no sé que cosa, pero Alexa no lo dejó terminar y se lo agradezco un poco. No tenía ánimos de hablar de ella. No quería saber nada de ella. Quería...

Nada tenía color. Respiraba por inercia, no porque quisiera hacerlo. Todo parecía moverse, tan normal como siempre, pero me sentía fuera de mi órbita.

Alexa, por su parte, sólo pensaba que podía hacerme sentir bien físicamente y lo intentó un par de veces, pero fue ahí donde me di cuenta que sin mi adorada Rye, la vida no me daría para más. A mis 19 años estaba deseando dejar de respirar si ella no estaba cerca de mí. Me estaba consumiendo. Todo mi ser se estaba consumiendo con ella.

Cuando llegamos dejé que Alexa se perdiera por las calles mientras yo me perdía en los tragos calientes de licor que pasaban por mi garganta. Quise ahogar su recuerdo, pero cada vez que cerraba los ojos, la imagen de los suyos me atacaba como si fuera una pequeña presa para ella. Todavía podía recordar su cuerpo rodear el mío, lo escandalosa que es y traté de romper todo lo que todavía me quedaba de ella estrellando los vasos y las botellas contra la pared, pero lo único que conseguí fue dejar una mancha de humedad en cada una de las paredes. Su recuerdo seguía ahí y me estaba ahogando.

El tercer día lloré tanto como jamás había llorado. Entendí que la tenía clavada en el pecho y que nada ni nadie podría separarnos. Que nos pertenecemos. En cualquier vida, en cualquier tiempo y en cualquier lugar.

No salí de mi habitación en todo el día. Solo veía todas las fotos que teníamos juntos y por un momento deseé que nos hubiéramos tomado más fotos. ¿Porqué tuvo que engañarme? ¿Tanto me odiaba como para hacerme eso?

Richie llegó a sacarme de la cama para ir a grabar, así que lo hice, pero no sentí esa vibración que sentía siempre. Todavía me sentía vacío. Estaba dejando de amar lo que hacía así como había empezado a dejar de amarla a ella, pero esto último me fue patéticamente imposible. Dejarla de amar es como dejar de dormir, e irónicamente, alguien muere más rápido por no dormir, que por no respirar.

El cuarto día finalmente salí de mi habitación y pude hacer un esfuerzo por comer algo, aunque me fue prácticamente imposible, así que me refugié en mis letras... Pero no pude siquiera hacer salir una palabra de mi cabeza.

—Jon...

Richie asomó la cabeza por mi puerta. Para mí suerte era él y no Alexa.

—¿Qué?

—Viejo, es hora de que salgas...

—Déjame sólo. — Le respondí apenas en un susurro.

—En el fondo sabes que ella no lo hizo.

—A nadie le importa ya, Richie...

—A ti te importa. Y sé que la seguirás esperando, así como ella te esperará a ti.

—¡Deja de hablar de ella! — Por primera vez en días pude hablar tan alto como de costumbre, pero debo admitir que sentí un raspón gigante en la garganta. —Ella ya no existe para mí, ya no está aquí, así que deja de recordarmela.

Me sonrió. Este tipo siempre encuentra el modo de comprendernos, y por eso es nuestro mejor amigo.

—A mi no me engañas, Jon. Puedes engañarte tu mismo todo lo que quieras, pero a mí no me vas a engañar.

Salió de mi habitación y nuevamente estrellé una botella contra la pared. Me senté en el suelo a llorar como un niño al que le quitan el juguete que más ama. Cómo un niño castigado, como un niño que extraña a alguien.

El quinto día salieron de mi cabeza unas cuantas palabras... «Ahora, las fotos que dejaste atrás son solo recuerdos de una vida diferente. Algunos nos hicieron reír, otros llorar, y otros te hicieron decirme adiós... Daría todo por volver a pasar mis dedos por tu cabello, tocar tus labios, tenerte cerca... Cuando digas tus oraciones, intenta comprender que he cometido errores, pero solo soy un hombre...»

Mojé la hola con todas mis lágrimas y decidí esconderla hasta que estuviera lista. No quiero que Alexa ni nadie la vea. Esto es lo que me queda de ella y así se quedará hasta el final de los tiempos.

Ese día Richie fue a mi habitación por mi. Dijo que todos teníamos una cita para que nos arreglaran el cabello. Siento que me vendría bien, así que no perdí nada dejando que me hicieran lo que quisieran. Lo dejaron un poco arriba de mis hombros y el alboroto que tenía desapareció. No sé ve tan mal... Ya no me siento tan mal.






































Si lloré, y muchísimo :(
Espero que les haya gustado ♥️
¡Últimos capítulos!

Always •|Jon Bon Jovi|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora