Epílogo.

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—¡Feliz Cumpleaños!

—¡Jon!

—¡Levántate!

—¡Son las ocho de la mañana!

Le quitó la sábana de encima, dejándola con la adorable pijama que le había regalado la noche anterior; un precioso mameluco rosa.

—Amor... Mi cumpleaños puede esperar... — Metió la cabeza debajo de su almohada, lo que le hizo mucha gracia al joven músico.

El más alto la tomó por un pie y la arrastró con cuidado por la cama hasta tenerla debajo de el. —Levántate, es una orden.

Abrió un ojo de una manera algo cómica, pero a pesar de eso, lo veía con una mirada bastante traviesa.

—¿Ah, si?

—Pervertida.

Subió sus piernas y las enredó en su cadera. —Amas a esta pervertida.

—Más que a mí vida. Pero debes levantarte o perderemos la reservación. — se levantó de la cama y se acercó al clóset. —Aquí adentro está lo que vas a usar hoy. Hace demasiado frío.

—Espero que sea algo que yo usaría.

—Si, bueno... También yo. — Le confesó en una carcajada.

—¡Oye!

—¡Vamos, bella durmiente! ¡Tienes media hora!

Sonrió y se levantó de la cama a darse el baño más rápido que pudo para luego arreglarse con lo que él había elegido. Algo le decía que sí ponía atención a como se vestía. Le había encantado lo que había elegido.

Cuando bajó a la recepción encontró a su chico dando un par de autógrafos a unas chicas que pasaban por ahí, y se quedó pasmado mirándola cuando la vió.

—¿Que me miras, eh?

—Ehh... Y-Yo... No te miraba a ti. — Respondió fingiendo desinterés y cruzando los brazos.

—¿A quien mirabas?

—A... Al amor de mi vida, que curiosamente, va vestida igual que tú.

Le sonrió y premió su amorosa declaración con un beso. —¿Nos vamos?

Se tomaron de las manos y salieron del hotel con dirección al restaurante en el que tenían la reservación. Casi todo Londres reconoció al joven que había logrado un lleno total dos noches antes con su banda. Era toda una estrella y a ella no le molestaba. Le molestaban todas esas chicas que llegaban a colgarse del cuello de su novio, de como le quedaban las marcas de pintalabios rojo en las mejillas y de como intentaban besarlo. Él, por su parte, estaba encantado de tener todas esas atenciones, pero no lo satisfacían como la atención de su novia y nada le daba más gracia en el mundo que ver sus rabietas.

—Limpíate esto. — Le reprochó, limpiando el rastro de color rojo en una de sus mejillas.

—Se veía lindo.

—Sigue caminando y no te partiré la cara.

Se rió escandalosamente y la tomó por la cintura, acercándola a él, apretandola... Justo como sabía que le gustaba.

Pronto, ella comenzó a intentar zafarse de él.—Quédate quieta.

—Oh, vamos... No empieces con eso.

—Será mejor que controles tu boca.

—¿O qué? ¿Me harás el amor aquí en la calle, o qué?

—No dudaría en hacerlo si no hubiera tanta gente.

—Te creo capaz, así que te aconsejo que sigas caminando antes que me hagas perder la cordura.

Always •|Jon Bon Jovi|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora