Capítulo Cuarenta y Cinco.

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Aquel vuelo de once horas no había sido fácil en lo absoluto. Apenas y había dormido, además de tener la mala suerte de quedar junto a una pareja con un niño recién nacido. Ese día, aparentemente, no podría ir peor.

El avión aterrizó en Londres a las 3 de la madrugada, y su amigo y cómplice no faltó a su cita para ir a recogerla.

Esperaba verla recuperada, con una pequeña sonrisa, pero fue todo lo contrario. Apenas y abría los ojos y unos grandes círculos negros estaban dibujados debajo de ellos. Apenas sintió cu calor cuando la abrazó y se dio cuenta finalmente de que ambos habían sufrido igual durante el tiempo que habían estado separados. Una prueba más del amor inmenso que se tenían.

—¿Cómo te sientes?

—Mas muerta que viva. — Le respondió en un suspiro.

—Todo va a estar bien, sólo tenemos que asegurarnos que no se entere que estás aquí.

—¿Qué tal va todo?

—Pues... No estoy seguro... Él está algo... Lastimado, es todo.

Suspiró en respuesta. No sabía si creer aquello. Estaba comenzando a pensar en las distintas soluciones que daría si llegaban a encontrarse. ¿Debería aparentar que no lo conocía o seguir su vida como siempre? De cualquier modo, su vida antes de él era una cosa y no tendría porqué cambiar después de él. Excepto que había una diferencia. Después de él, sólo había eso. Después.

En el trayecto hacia el hotel, su joven amigo se enfrascó en comenzar a contarle todo cuanto habían visto y ella escuchó cada detalle. Omitieron muchas cosas con respecto a Jon. Estaba tan herida que la lastimaba incluso escuchar su nombre.

—Te ha extrañado mucho...

—No me siento lista, Richie.

—Sólo quiero que lo sepas. — Le tomó cariñosamente una mano y le sonrió. —Él se sintió igual o peor que tú. Había días en los que juraba que la tristeza había acabado con él... Se la pasó bebiendo los primeros tres días que estuvimos aquí... A duras penas pude hacer que saliera de su habitación, pero ya no parece él mismo... Si de algo te sirve, él también te extrañó mucho.

Se encogió en su asiento. —No puedo creer que haya pasado esto... ¿Tanto me odian?

—No seas tonta, no te odian... Ella simplemente quería lo mismo que tú tienes, alguien que la quiera y la proteja... Sólo eligió una forma equivocada de pedirlo.

Se limpió una lágrima que caía por su mejilla y miró por la ventana. El aire frío había empañado las ventanas y se había filtrado por todo el auto, haciéndola temblar.

Pronto llegaron al hotel y Richie se encargó de conseguirle una habitación cerca de la suya. Sabía lo mucho que Jon iba a buscarlo y no podían darse el lujo de arriesgar así la situación. Un golpe más acabaría con ella.

Finalmente, dos puertas a la izquierda de Richie fue que ella encontró un lugar seguro.

Salió al balcón con el abrigo Puesto y encendió un cigarrillo. Se dedicó un buen rato a mirar pasar a las personas en la acera de enfrente. Muchos iban solos, algunos acompañados o con niños, y de pronto quiso saber si alguien allá abajo se sentía tan triste como ella.

Volvió adentro sólo a tomar su carpeta y su bolígrafo para seguir escribiendo. Se sentó en el piso del balcón y escribió lo que había sentido ese día, como lo había hecho en días anteriores. El poema estaba casi terminado y eso hacía que se sintiera un poco mejor. Quería escribir sus penas para el mundo. De ese modo, toda la gente sabría que no está sola. Así sabrían que no son los únicos que sufren por esa razón.

























Dato curioso: Ese poema SÍ existe :3
Cuéntenme si les gustaría leerlo♥️
Espero que les haya gustado ♥️
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