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Severus sonrió levemente una vez y entró al caldero chorreante, James estaba allí, de pié esperándolo con un ramo de margaritas. Con las mejillas sonrojadas y con algunas miradas sobre él, Severus se acercó a su ahora prometido. James estaba guapísimo, tenia una camisa blanca y pantalón marrón, y sobre esto una túnica de color gris, algo parecido a lo que él llevaba aunque lo único que cambiaba era que su pantalón era negros y su túnica era de color verde oscuro.

--James—murmuró Severus al ya tenerlo al frente.—Hola.

--Severus—respondió el chico con lentes de media luna. Con las orejas enrojecidas James entregó el ramo de flores a su novio y este lo recibió, Severus sonrió y ambos nerviosos, como si fuera la primera vez que se encontraban compartieron un pequeño beso.—Hola.

Severus soltó una risita al sentir cómo James le agarraba de la mano y entrelazaba sus dedos con los de él,a palma de James estaba sudorosa, Potter estaba nervioso y para su sorpresa el también se sentía así, se podría decir que oficialmente aquella era su primera salida como novios, como pareja, como prometidos.

--¿Nos quedaremos toda la tarde aquí?—Preguntó con burla Severus y jalándole por la mano lo arrastró hacia Diagon. El callejón estaba abarrotado como siempre pero se podía caminar--¿Qué tal si comemos un helado?—Propuso el pelilargo a su novio, Pompadour llevaba en su oreja su arete de pluma favorito y había hechizado su cabello con un truco para que solo le llegará a la cadera y no hasta las rodillas (el cual hasta ahora era su largo actual).

James asintió y juntó a Severus subieron los escalones para llegar y empujar la puerta para entrar a la heladería.

--¡Bienvenidos!—Una chica con un sombrerito gracioso los recibió tras el mostrador, sus ojos se posaron sobre la joven pareja y con ternura los observó--¿Qué desean, chicos?

--Un cono de chocolate—Pidió Severus a la chica y luego se giró a James a la espera que este también hiciera su orden.

--vainilla—Pidió también y esta asintió con rapidez y comenzó a servir sus ordenes.

--Chocolate—entregó el cono a Severus, el pelinegro tuvo que romper el agarre de su mano con James para agarrar el helado, ya que con la otra sostenía el ramo de flores que este le había regalado.—vainilla—Dijo entregando al chico de lentes—Serian un galeón y siete Sicleks.

James asintió y buscó el bolsillo de su túnica el dinero pero—Espera...—murmuró a la chica mientras se rebuscaba los bolsillos, las mejillas de james ardían ¡No encontraba el dinero! ¿Dónde lo había dejado? –He...—Busco en los bolsillos de su pantalón pero... el dinero no apareció.

--Ten..—Severus entregó el ramo de flores a James y del bolsillo de su túnica sacó dos galeones entregándose a la mujer, esta observó con cierta pena al chico de lentes.

--Tu cambio—Le dijo y entregó a Severus diez Sicleks como vuelto—¡gracias por venir!

Cuándo James salió de la heladería junto a Severus su rostro se encontraba completamente abochornado. Había dejado el dinero en casa, seguramente entre alguna de las túnicas que había escogido antes de salir. Su nerviosismo le había jugado una mala pasada, su objetivo de querer impresionar a Severus en aquella salida....—Lo siento—Dijo a su novio—El dinero..

--No importa, James..—le tranquilizó Severus con una sonrisa, había sido divertido ver a Potter perder la calma por solo dos galeones—Siempre invitas tú.

El de lentes asintió aun así, en aquel momento deseaba que la tierra se abriera y se lo tragara, su mamá le había dado dinero suficiente para complacer a Severus con lo que fuera aquel día y él... estaba arruinando todo.

El viaje al pasado de Severus Snape IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora