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— ¿Comió algo?—Preguntó Ángel al ver a Eli salir de la habitación del chico, tres días, ya habían pasado tres días de los cuales parecía ser una tortura. Si bien, Severus ya no lloraba (o al menos no frente a ellos) su estado de ánimo estaba por el suelo. La tristeza en los ojos negros era visible, y ambos estaban seguros de una cosa. No permitirían que ningún miembro de la familia Biológica de Severus se acercara a él.

Eli asintió—Se tomó toda la sopa, y comió del pan—Comentó la mujer, ya era de noche y todos estaban listo para descansar—Hoy dormiré con él de nuevo, no me gusta que se sienta tan solo—Elizabeth entregó la pequeña bandeja que sostenía a su esposo—He pensado que lo mejor es que salga de su habitación. Podríamos llevarlo al Orfanato para que haga una visita o llevarlo con los Potter, James es su mejor amigo y eso le subiría el ánimo.

Ángel frunció levemente el ceño al escuchar aquello último pero tenía que admitir que su mujer tenía la razón—Mañana... podríamos hacerle una visita a los Potter y luego de eso dejarlo unas horas en el orfanato.

Eli asintió contenta—Perfecto, ahora ve a darle de comer a Stephan—La mujer soltó una risita—duerme con él, mira que le da miedo la oscuridad.

—Te estas aprovechando de esto—Se quejó ángel mientras se alejaba— ¡Yo quiero dormir con Severus!

La rubia sonrió y le saco la lengua a su esposo.

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James se contuvo de abrazar con fuerza a su novio una vez y lo vio cruzar la puerta de su casa. Los Pompadour habían decido visitarlos aquel día, y si bien, el habia querido visitarlo días atrás, no pudo. Su madre le habia dicho que Severus necesitaba espacio y que lo mejor era que sus padres le apoyaran.

—Oh, Severus amor, bienvenido—Euphemia acaricio el rostro del pelilargo con dulzura para luego besar su mejilla— ¿Cómo te sientes cielo?—Le preguntó—He preparado Pie de Limón.

Severus sonrió levemente al escuchar a la mujer—Yo... estoy bien—Le aseguro a ella, y quiso asegurarse y convencerse así mismo que se encontraba así—Gracias.

Euphemia le sonrió nuevamente, Fleamont dio unas cuantas palmadas al chico en la espalda y le hizo un guiño—Pues yo prepare carne asada.

Euphemia rodo los ojos al escuchar a su esposo, saludo a Eli y al pequeño Stephan el cual como de costumbre curioseaba cada rincón de la casa visitada.

—Sev...—Murmuro james, el de ojos negros le observo y estiro su mano para que el otro le agarra. El Gryffindor dio un fuerte apretón a los dedos del pálido— ¿Cómo... estas?

—Bien—Repitió y entonces ladeo la vista. Los adultos le observaban— ¿Q-que?—tartamudeo al sentir la mirada de todos sobre ellos.

—Nada, nada, James cielo sube con Severus—Le pidió Euphemia mientras tomaba asiento. Necesitaba saber en qué podía ayudar al niño de cabello negro y largo, Elizabeth le habia contando lo sucedido por teléfono pero no era lo mismo hablar en persona.

James asintió.

—Stephan, ve con tu hermano—Curiosamente la mirada de Ángel se posó en la de James—Ya sabes lo inquieto es.

Esta vez fue Severus quien asintió y junto Stephan siguió a James hasta la habitación. Al entrar Stephan soltó una chillido y sin ser invitado se subió a la cama del Gryffindor. James suspiro al ver al pequeño pero su vista regreso rápidamente a la de Severus—Sev, no estás bien.

—Lo estoy—Insistió Severus mientras se peinaba un largo mechón de su cabello—Aunque supongamos que aún me estoy haciendo la idea que casi toda mi vida fue una mentira y que mi madre en esta vida y en la otra nunca me quiso.

El viaje al pasado de Severus Snape IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora