Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]

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Cuando acabaron la clase del Aikido, estaban todos muy emocionados.

Se instalaron en las habitaciones. La habitaciones estaban todas en el mismo pasillo, y eran (prácticamente todas) para dos personas. Tenían 2 camas individuales cada una.

Se las dividieron rápido. Mónica y Denver se instalaron en una. Juntaron las dos camas individuales, creando una de matrimonio, y pusieron la cuna de Cincinnati al lado. Raquel y el Profesor hicieron lo mismo. Nairobi y Helsinki se instalaron en una, y se pusieron cada uno en una cama. Bogotá y Marsella entraron a la habitación más apartada. Tokio y Roma entraron en una, al lado de la de Nairobi y Helsinki, y vieron que una de las camas era ligeramente más ancha que la otra. Tokio se quedó con la ancha. Palermo se metió en una que estaba delante de la de Tokio y Roma. Él fué el único con habitación individual.

Después de instalarse en las habitaciones, salieron a comer.

Llegaron a una mesa, y se sentaron. Palermo en una esquina.

Empezaron a comer, hablando de Cincinnati.

¿Cómo se llama? - Preguntó Raquel, que no sabía el nombre.

Cincinnati. - Contestó Denver, orgulloso.

Nooo. - Dijo Bogotá, riendo.

Los demás se rieron.

Nombre de ciudad, como la família. - Dijo Denver.

Se lo miraron con ternura.

¿Y por qué Cincinnati? - Preguntó Palermo.

Bueno, es que aquí el amor de mi vida, - contestó Denver, mirando a Estocolmo - quería llamarle Cintia. Ya que pensaba que era una niña.

Es que solo me hice una ecografia. - Explicó Estocolmo.

Y, ¿y te acuerdas como fué? - Le preguntó Denver, feliz. - En ese sitio que parecía un mecánico de motos.

Mónica se rió.

Es muy mono. - Dijo Raquel.

Sí. - Contestó Denver.

Tokio se miró a Cincinnati con cara de pena. Nairobi y Roma lo notaron.

¿Y queríais niño o niña? - Preguntó Roma, interesada.

Vamos a ver, que eso no se prefiere. - Contestó Denver.

Mónica lo miró incrédula.

¿Perdona? - Dijo.

Mónica les explicó una anécdota. Denver quería un niño y, al enterarse de que sería un niño, empezó a gritar por todo el hospital.

¡It's a boy! - Siguió Mónica, entre risas. - No lo paraba de repetir. Creo que se enteró toda Indonesia.

Todos se rieron.

¿Así que han estado en Indonesia? - Preguntó Palermo.

Sí, sí. - Contestó Mónica. - ¿Y vosotros?

Pues nosotros de fiesta, todos los días. - Contestó Nairobi.

Y en Argentina. - Añadió Helsinki, mirándose a Palermo.

¡La mascota! - Exclamó Nairobi. - Helsi, enséñales la mascota.

¿Mascota? - Preguntó Roma.

Va, si, enséñala. - Dijo Bogotá.

Helsinki se levantó de la mesa, y se llevó las manos a la cintura.

Todos malinterpretaron lo que les iba a enseñar.