Denver, Roma y Palermo llegaron al baño del despacho del Gobernador.
Bogotá ya había tirado la puerta abajo, así que estaban listos.
¿Profesor? - Preguntó Palermo, a través de su comunicador.
El Profesor les explicó el plan. El objetivo era sacar a Gandía sin matarlo.
La banda se dividió en dos grupos. En uno estaban Río, Denver y Roma. Y en el otro los demás.
Siguieron el plan rigurosamente, hasta que pudieron tirar la puerta abajo.
El plan era que no le pasara nada a Gandía, pero el hombre estaba tumbado en el suelo.
Tokio parecía orgullosa, y estaba atada por el cuello.
La banda entró a la habitación.
Al verlos entra, Tokio se levantó de la silla.
Atada como un perro te lo cargaste igual. - La riñó Palermo. - La puta madre, a ver si tiene pulso, el tipo.
Sí tengo pulso, sí. - Contestó Tokio. - Ah, perdona, que te interesa más Gandía.
Palermo le dirigió una mirada desafiante y Roma se rió.
Pues ahí anda, un poco pachuchillo el hombre. - Explicó Tokio.
Helsinki le acercó los dedos al cuello.
Está vivo. - Dijo.
Bien. - Contestó Palermo.
¿Alguien me va a soltar o qué? - Preguntó Tokio.
Río cogió unas pinzas y se acercó a ella.
¿Cómo estás? - Le preguntó.
Tokio lo abrazó.
Se quedaron un rato abrazados, mientras la banda sacaba a Gandía.
Se lo llevaron a una habitación; la misma donde había estado Nairobi.
Lo ataron a una silla, y esperaron la llamada del Profesor durante unos 10 minutos.
Palermo. - Dijo el Profesor, por el comunicador de Palermo.
Lo escucho, Profesor. - Contestó él.
Estaban todos en la habitación. Helsinki estaba curando a Gandía, Estocolmo le ayudaba, Tokio y Denver estaban de pie. Roma, Río y Bogotá estaban sentado en el sofá.
Estaban todos enfadados y tristes, mirando al asesino de Nairobi a la cara.
Palermo, ¿como está? - Preguntó el Profesor.
Está consciente. - Explicó Palermo.
Estado decisivo general. - Dijo el Profesor.
Tiene el brazo completamente inmovilizado, perdió mucha sangre, respira con lo justo; está hecho un trapo. - Contestó Palermo.
¿Pero se recuperará? - Preguntó el Profesor.
Si yo fuera su madre estaría prendiendo velas, señor. - Contestó Palermo.
Ya le digo yo que se va a recuperar. - Dijo Bogotá. - Me voy a encargar personalmente.
Todos lo miraron; tenía el oso de peluche de Nairobi en sus manos.
Solo tengo que sacarlo de aquí y estar con él seis meses. - Siguió Bogotá. Levantó la mirada hacia Gandía. - Pero yo a tí te curo. Te doy sopitas. Te pongo fuerte. Y cuando estés como un roble, ¿sabes lo que va a pasar? Que te voy a matar. Te voy a matar a golpes...
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Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]
FanfictionQuién diría que de ser una chica a la que le gusta disfrazarse y arreglar objetos, pasaría a formar parte del atraco más grande de la historia. El Profesor había puesto 3 normas, pero las normas están para romperse, ¿verdad? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~...