Las cajas Rojas

790 44 10
                                    

Roma dejó a Nairobi y a Bogotá hacer su trabajo. Ya tenían al gobernador, así que ella lo tenía que ir a buscar para que el gobernador abriera la caja fuerte de dentro de la cámara.

En esa caja fuerte habían muchas cajas rojas llenas de secretos de estado. Los secretos de estado eran secretos que dejaban muy mal al gobierno español. Si esos secretos se hicieran públicos, se hundiría el gobierno de España y todos los anteriores.

Y ese era el plan. Según el Profesor la policía intentaría entrar al banco, y ellos ya tenían algo preparado. Harían que los escoltas personales del gobernador salieran con las cajas por todo lo alto para que la policía no entrara.

Así que Roma se quitó el traje de buceo, se puso el mono rojo, se montó en el ascensor y se fué en busca del gobernador.

Llegó a donde estaban los rehenes y se encontró a Denver, Palermo (con una venda en los ojos), Tokio y Estocolmo vigilándolos.

Ya la hemos abierto, pasamos a la siguiente fase. - Le dijo Roma a Denver.

Denver asintió.

Voy con ustedes. - Dijo Palermo, quien estaba cogido a Denver.

Pero si te vas a caer. - Le contestó Roma.

Voy con ustedes. - Repitió Palermo.

Cabezota. - Susurró Roma.

Se acercó al gobernador.

¿Es usted el gobernador, verdad? - Le preguntó Roma.

El hombre asintió.

Perfecto, venga conmigo. - Le dijo Roma.

El hombre no se movió, así que Roma lo cogió suavemente por el brazo, y se lo llevó.

Vamos abajo. - Le dijo Roma a Denver.

Los cuatro (Roma, el gobernador, Denver y Palermo) se metieron en el ascensor. Descendieron en silencio, y llegaron abajo.

Al abrirse las puertas, apareció Bogotá.

Vamos, gobernador, nos tiene que hacer un favor. - Dijo Bogotá.

¿Qué me van a hacer hacer? - Preguntó el gobernador.

Tranquilo, fiera. - Bromeó Roma. - Será fácil. No se preocupe.

Bogotá cogió al gobernador del hombro, y se lo llevó. Los demás les siguieron.

Hola, gobernador. - Dijo Nairobi, al lado de una máquina. Se dirigió a sus compañeros. - Ponerle el traje.

Denver, Matías y uno de los soldadores le pusieron el traje de buceador al gobernador.

Bogotá se puso el suyo, con la ayuda de Roma, por si acaso.

Roma, cuéntale al gobernador lo que tendrá que hacer. - Le pidió Nairobi a su amiga.

Ella asintió y se dirigió al gobernador.

A ver, gobernador, - empezó a decirle Roma al hombre - usted ahora va a ponerse esta máscara.

Denver le pasó la máscara de buceo al gobernador, y él la cogió.

Va a entrar allí adentro con mi amigo Denver, - siguió Roma - y va a abrir la caja fuerte del final.

¿La de los secretos de estado? - Preguntó el gobernador.

Así es. - Contestó Roma. - ¿Alguna pregunta?

Hubo un instante de silencio.

No lo voy a hacer. - Soltó el gobernador.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora