En el ascensor

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Hola, que tal. Ya sabéis que cuando yo escribo al principio de la historia es porque tengo algo importante que decir.

Bueno, pues esta vez os quiero informar que me está costando mucho ponerme a escribir. Es como que no me motiva tanto como antes. Supongo que es temporal; que de aquí unos días ya me volverán las ganas. Pero eso, simplemente que lo sepáis. Que si algún día veis que no escribo (o actualizo con menos frecuencia) no os asustéis. Ni os enfadéis.

Bueno, nada más que decir. Gracias por apoyar la historia, os mando un beso, chao :3.

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Roma llegó a la fundición, dispuesta a empezar a sacar oro. Nairobi y los 4 hombres estaban fundiendo oro. Bogotá se estaba cambiando el aire del traje de buceo.

Buenas. - Saludó Roma, al llegar abajo.

Nairobi y Bogotá sonrieron al verla, y los 4 hombres siguieron con su trabajo.

¿Qué tal con el micro del chaval? - Preguntó Bogotá.

Pues bien, ya está delante de la radio esa. - Contestó Roma.

Bogotá asintió.

Roma se apoyó en la pared, se intentó peinar un poco (no obtuvo buenos resultados) y dejó su M16 al suelo.

Nairobi iba a decir algo, pero no pudo. Ya que las puertas del ascensor se abrieron.

Todos lo que estaban allí abajo se giraron para ver quien era.

Apareció Tokio, sonriendo.

Iba vestida con un traje de buceo. Le faltaba la máscara de bucear y llevaba una bebida alcohólica en la mano.

Nairobi dió unos pasos hacia Tokio.

¡Nairobiii! - Dijo Tokio, abrazando a Nairobi.

Ella puso un cara de oler algo fuerte.

Buff. - Hizo Nairobi.

Roma y Bogotá se miraban la escena divertidos.

Nairobii, amiga. - Dijo Tokio, alargando las palabras. - Ya estamos las dos solteras. ¡Viva!

Eso ha dolido. - Pensó Roma, divertida.

Voy a... bucear. - Dijo Tokio, separándose de Nairobi.

No, ves arriba, toma un cafelito o algo. - Le contestó Nairobi.

Noo, café no... - Dijo Tokio. - Que vomito.

Pues.., pues vomita. - Contestó Nairobi.

Tokio soltó una risa y se acercó al tubo.

Nairobi se quedó quieta.

Cuando Tokio estuvo al lado de Bogotá, él la cogió en brazos y la alejó de la cámara acorazada.

Tokio hizo un sonido y se volvió a reír.

Noo, pero déjala. - Intervino Matías, mirándose a Tokio. - Que está muy graciosa.

Que pasa, morenaco. - Le contestó Tokio, en el hombro de Bogotá.

Bogotá vió a Roma.

Llévatela arriba. - Le pidió Bogotá.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora