Por la mañana Roma se despertó con el sonido de alguien picando a la puerta.
¡Vamos! - Dijo la voz del Profesor. - ¡Roma, Tokio levantaros!
Roma abrió los ojos y se levantó. Mientras Tokio seguía en la cama medio despierta, ella se duchó y se vistió.
Salió del cuarto de baño.
Tokio, vístete. - Le dijo Roma a Tokio.
Voooy. - Dijo ella, desde la cama.
Tokio se levantó y se vistió de militar. Tokio y los demás se meterían al banco disfrazados de militares. Roma entraría como civil, haciéndose pasar por visitante del museo. Roma y otro chico, que era soldador, llamado Matías entrarían como si fueran a visitar el banco.
Así que Roma se visitó normal.
¿Hoy es cuando entramos? - Preguntó Tokio, levantándose.
Roma asintió.
¿Me puedes ir a buscar el disfraz de militar, mientras me ducho? - Le pidió Tokio a Roma.
Roma asintió.
Pero date prisa. - Dijo, antes de salir.
Al salir se encontró la puerta de la habitación de Palermo abierta. El argentino estaba hablando con Helsinki.
Palermo desvió la mirada de Helsinki y la fijó en Roma. Ella lo miró a los ojos. En ese momento le vino a la cabeza la imagen de la noche anterior, cuando había visto a ese hombre en calzoncillos.
Roma le desvió la mirada y se fué a buscar el disfraz de Tokio. Había sido raro pasar por delante de Palermo y no empezar a discutir con él.
Roma llegó al comedor.
Allí estaban el Profesor, Lisboa, Denver y Mónica, desayunando, ya vestidos.
Hola, buenos días. - Dijo Roma. - Vengo a buscar el disfraz de Tokio, me ha pedido que se lo de.
Sí, están allí. - Contestó el Profesor señalando una montaña de ropa. - Por cierto Roma, tengo que hablar contigo.
Roma asintió.
Ves a darle el disfraz, y nos vemos afuera. - Dijo el Profesor.
Vale. - Contestó Roma.
Se fué a la habitación, volviéndose a cruzar con Palermo.
Abrió la puerta y entró. Tokio seguía duchándose.
¿Roma? - Preguntó Tokio desde el baño.
Sí, dime. - Contestó Roma.
Entra el disfraz, por favor. - Dijo Tokio.
Roma entró y le dejó el disfraz en una silla.
Oye, me tengo que ir que el Profesor quiere hablar conmigo. - Dijo Roma.
Vale, nos veremos en el comedor. - Contestó Tokio.
Roma asintió y se fué del cuarto de baño.
Salió de la habitación y se encontró a Palermo sentado en la cama. Helsinki ya no estaba. Palermo parecía triste o malo.
¿Estás bien? - Preguntó Roma, intentando no empezar una discusión.
Palermo se la miró extrañado. Para él también era raro y difícil no ponerse a pelear con Roma.
Sí, sí, gracias. - Dijo el argentino. - Solo un poco cansado.
Roma asintió y se fue.
Llegó al comedor, pero allí solo estaban Denver y Estocolmo.
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Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]
FanfictionQuién diría que de ser una chica a la que le gusta disfrazarse y arreglar objetos, pasaría a formar parte del atraco más grande de la historia. El Profesor había puesto 3 normas, pero las normas están para romperse, ¿verdad? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~...