El ataque

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Hola Gente. Antes de todo disculparme por no actualizar la historia. Ayer fue mi cumpleaños y , obviamente, lo quería celebrar. Esa ha sido la razón de no haber actualizado. Espero que lo entendáis, y que me perdonéis. Ya podéis leer. Bai :).

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Cuando se quedaron solos, Bogotá pidió ir al baño. La enfermera no estaba, así que Nairobi y Roma estaban solas.

Oye Nairobi, una cosa... - Empezó a decir Roma.

Nairobi la miró.

Que ¿te acuerdas lo que te dije? - Siguió Roma. - Pues te tengo que decir que no te preocupes por mi. Tu amistad ya es mucho, y no te tienes que preocupar por mi si te gusta alguien. Te puede gustar quien quieras, yo ya soy feliz.

Roma le sonrió.

Nairobi le devolvió la sonrisa.

Gracias. - Dijo Nairobi.

¿Y cómo estás? - Le preguntó Roma. - Parece que bien.

Sí, bien. - Contestó Nairobi. - Con ganas de levantarme ya.

Roma se acordó de la silla que le estaba construyendo Bogotá, y sonrió.

¿Por qué sonríes? - Le preguntó Nairobi, sin poder esconder una sonrisa.

Nada, nada. - Se apresuró a decir Roma. - Ya lo verás.

Nairobi se la miró con una mirada llena de curiosidad.

Me das miedo. - Dijo, sonriendo.

Roma se rió.

Ya lo verás. - Repitió Roma.

Nairobi sonrió.

En ese momento se abrió la puerta y apareció Tokio.

Hola. - Dijo, entrando. - Vuelvo porque se me ha olvidado decirte algo, Roma.

Roma se giró hacia Tokio.

¿Qué pasa? - Preguntó Roma.

Ven, vamos afuera. - Le pidió Tokio.

Roma miró a Nairobi, quien le hizo un gesto para que fuera, y siguió a Tokio.

Era la primera vez desde el incidente en el ascensor que estaban solas.

Roma estaba incómoda.

Salieron de la habitación y Tokio ajustó la puerta.

Lo primero, - dijo Tokio - ¿cómo estás? Gandía te reventó la cabeza.

Sí, bueno, pero ahora no me duele tanto. - Contestó Roma, con una tímida sonrisa.

Roma se apoyó en la pared y miró a Tokio a los ojos.

Bueno, ¿y qué pasa? - Preguntó Roma, intentando sonreír.

El Profesor y yo hemos estado pensando, - empezó a decir Tokio - y creemos que Lisboa está viva.

Al escuchar eso, a Roma se le paró el corazón.

¿Enserio? - Preguntó, mientras un sentimiento de esperanza le volvía.

Tokio asintió.

El Profesor solo escuchó los disparos, así que podría ser una técnica de la policía. - Siguió Tokio. - Al enterarse de eso, el Profesor y Marsella investigaron la carpa de policía. Y, efectivamente, estamos muy seguros que Raquel sigue viva.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora