Bum, Bum, Chao

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La tarde se pasó rápido.

Cenando, la banda se conoció un poquito más.

Por la noche, cada uno se fué a su habitación.

Roma se durmió a las 12. Tokio también.

Hacia las 3 de la mañana Roma se despertó con unos gritos.

¡Que soy más atracadora que la madre que me parió! - Gritó Estocolmo.

Roma se levantó de la cama, y escuchó una puerta cerrándose.

Roma se quedó en la puerta, y vió a Estocolmo en medio del pasillo.

¿Qué pasa? - Le preguntó Roma a Estocolmo. - ¿Estás bien?

No, no estoy bien. - Contestó Mónica.

Es que no me extraña, lo he escuchado todo. - Dijo Nairobi, saliendo de la habitación y situándose al lado de Mónica.

Mónica. - Se escuchó la voz de Denver.

Tú eres de la banda. - Siguió Nairobi.

Mónica, por favor, no me has entendido bien. - Dijo Denver.

Se te ha entendendido todo. - Contestó Nairobi. - ¡Antiguo! Que eres un antiguo. Vuelve a la cama.

¿Qué, qué dices? - Preguntó Denver. - No estoy hablando contigo.

¡A la cueva! - Replicó Nairobi.

¿Qué pasa chicas? - Preguntó Palermo, saliendo de la habitación.

Se miró a Roma, a quien tenía delante.

Tokio asomó la cabeza por detrás de Roma. Helsinki salió de su habitación, y Bogotá y Marsella de la suya.

Aquí, hasta el coño del patriarcado hijo. - Le contestó Nairobi a Palermo.

El patriarcado. - Repitió Palermo, haciendo un gesto afirmativo con la mano. - Viejo paradigma y sus múltiples machismos. Vamos a hablar de ello. ¿Sabés cuál es el verdadero patriarcado?

¿Cuál? - Preguntó Estocolmo, enfadada.

¡El que tengo acá colgado! - Gritó Palermo, mientras se sujetaba el paquete. - ¿Pero qué carajo les pasa?

Oye, oye. - Dijo Nairobi, enfadada.

¡Son las tres de la mañana! - Siguió Palermo.

Oye, tú cállate, que acabas de llegar. - Le dijo Roma.

¡Andáte a lavar los platos! - Gritó Palermo.

¡Tú no eres machista, tú eres gilipollas! - Le gritó Nairobi, y le tiró una zapatilla. Lo que provocó una tierna sonrisa por parte de Bogotá y Roma. - ¡Que te vayas a tu cuarto! ¡Atontao' de los pelos de los huevos!

Siguieron discutiendo unos segundos, hasta que alguien picó tres veces de manos.

Todos se callaron hasta que vieron que era el Profesor. Se lo miraron con cara de inocentes.

¿Sabéis qué hora es? - Les preguntó el Profesor, tocándose el reloj. - Son las 3 de la mañana, y a primera hora tenemos prácticas con lanza térmica a 3580 grados. Yo creo, que deberíais estar descansados.

Hubo un silencio.

El Profesor se los miró como si no hubieran entendido algo obvio.

A la cama. - Dijo.

Todos obedecieron, menos Tokio, Roma, Denver y Estocolmo.

Perdón, Profesor. - Dijo Estocolmo. - Es que hemos tenido una discusión de pareja. Bueno yo, yo me iba a dormir con Tokio y Roma.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora