Estaban Roma y Bogotá en el baño, hablando.
A ver dime, ¿qué te pasa? - Le preguntó Roma, entre curiosa y preocupada.
Emm, bueno nada, nada. - Contestó Bogotá.
Roma lo miró a los ojos.
Bueno, sí hay algo. - Dijo Bogotá. - Es Nairobi. Como sabes, me gusta, pero yo creo que no le gusto. Ella para mí es todo, y se lo quiero decir, pero cuando estoy a su lado no me salen las palabras. Y eso es malo porque no quiero perder a alguien tan importante para mí.
Hubo un rato de silencio.
Eso es muy bonito, Bogotá. - Le dijo Roma, con una sonrisa.
Bogotá sonrió.
Ya, pero no sé como decírselo. - Contestó.
Si quieres, os puedo dejar solos algún día y podéis hablar. - Propuso Roma.
Ya, pero me quedaría en blanco. - Contestó Bogotá.
¿Tú quieres estar con ella, verdad? - Le preguntó Roma.
Bogotá asintió.
Pues si no se lo dices, ella no lo sabrá. - Finalizó Roma.
Quizás tengas razón.
Roma asintió y abrió la puerta del baño.
¿Qué te pasaba? - Le preguntó Nairobi a Bogotá, al salir del baño.
Nada, que estaba muy cansado. - Contestó Bogotá, un poco más animado.
Bueno, es que ya es hora de dormir. - Dijo Nairobi.
Vaya día hemos pasado. - Dijo Roma, entre aliviada y cansada.
Bogotá asintió.
Oye, tengo un poco de hambre. - Dijo Nairobi.
Yo hoy solo he comido unas galletas. - Añadió Roma. - ¿Queréis que baje a buscar cena?
Ya voy yo, tú quédate aquí. - Contestó Bogotá.
Ah, pues vale. - Contestó Roma, con una sonrisa.
Bogotá salió del cuarto, y la enfermera, Nairobi y Roma se quedaron solas.
Oye Roma, - dijo Nairobi - ¿te quedarás a dormir en esta habitación?
Ah, pues no sé. - Contestó Roma, a quien la pregunta le había tomado por sorpresa. - O aquí o en otra habitación con Tokio, para que ella no esté sola.
Sí, bueno. - Dijo Nairobi.
¿Quieres que me quede? - Le preguntó Roma.
Nairobi iba a contestar, pero Roma no le dejó.
¿O quieres que me vaya y te deje aquí solita con Bogotá? - Preguntó Roma, con una sonrisa.
Nairobi sonrió.
La enfermera también se quedará, así que no estaríamos "solitos". - Contestó Nairobi.
La enfermera asintió, y Roma sonrió.
Yo me quedaré aquí porque mañana Nairobi ya se podrá levantar. - Dijo la enfermera.
Ah, es verdad. - Dijo Roma. Se dirigió a Nairobi. - ¿Emocionada?
Bueno, la verdad es que me quiero levantar ya. - Contestó Nairobi. - Pero no sé como lo haré.
Roma le iba a contar el invento de Bogotá, pero era un secreto, así que no lo hizo.
Bueno, ya lo veremos. - Contestó Roma.
En ese momento entró Bogotá con cuatro bolsas.
Hola, he cogido una bolsa para cada una. No sé de qué son. - Dijo, entrando.
Bogotá las repartió y Roma abrió la suya.
Arroz con pollo. - Dijo. - Y... ecs, que asco; hay tomate.
¿No te gusta el tomate? - Le preguntó la enfermera, abriendo su bolsa.
Roma negó con la cabeza.
Lo odio. - Dijo.
A mí me encanta. - Contestó Bogotá.
¿Quieres el mío? - Le preguntó Roma.
Bogotá se encogió de hombros y Roma le dió su cajita llena de tomates.
Empezaron a cenar.
Tuvieron tranquilidad.
Estuvieron hablando, como buenos amigos.
Al acabar, Roma decidió irse a dormir con Tokio (para que ella no se quedará sola). Se despidió de Nairobi y Bogotá y salió de la habitación.
Por el camino se encontró a alguien.
Ei, Roma. - Dijo alguien detrás suyo.
Roma se giró y se encontró con Palermo.
Emm, hola. - Contestó Roma, que no se esperaba a Palermo.
¿Qué tal está Nairobi? - Preguntó Palermo.
¿Acaso te importa? - Le preguntó Roma.
Hombre pues sí, es una compañera de equipo. - Contestó Palermo.
Cuando le decías lo de que se fuera a lavar los platos no parecía importante. - Dijo Roma. - Bueno, que sí que está bien. Mañana ya se levantará de la cama.
Me alegro. - Contestó Palermo.
Roma se lo miró con desconfianza.
¿Por qué eres tan majo? - Le preguntó Roma.
Pues porque vos también sos muy amable, y somos compañeros. - Contestó Palermo.
Roma lo miró incrédula.
Bueno, te tengo que pedir un favor. - Dijo Palermo.
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Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]
FanfictionQuién diría que de ser una chica a la que le gusta disfrazarse y arreglar objetos, pasaría a formar parte del atraco más grande de la historia. El Profesor había puesto 3 normas, pero las normas están para romperse, ¿verdad? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~...