Por si acaso

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Nairobi cayó lentamente, delante de la mirada de preocupación de Roma.

El peluche de Axel cayó a unos metros de Nairobi.

Roma corrió asustada hacia Nairobi.

¡Ayuda! - Gritó Roma, para que sus compañeros fueran allí.

¡Nairobi! - Dijo Roma a su amiga, preocupada.

Estoy destrozada por dentro. - Dijo nairobi, como pudo.

No digas eso, te curaremos. - Contestó Roma.

Nairobi asintió.

Roma... - Dijo Nairobi, mientras Roma escuchaba pasos apresado que se acercaban. - Cuando salgas de aquí, ves a Axel, dale mi dinero y cuéntale quien fue su madre.

Lo harás tú. - Le contestó Roma, esforzándote a sonreir.

Nairobi dejó caer su cabeza lentamente hacia atrás y cerró los ojos. Roma le aguantó la cabeza con una mano, mientras con la otra le tapaba la herida. Nairobi abrió los ojos, y vió a su amiga preocupada por ella. Nairobi sonrió, sabiendo que podía contar con Roma.

En ese momento, se abrieron las puertas de la habitación.

Roma desvió la mirada de los ojos de Nairobi, para mirara a sus compañeros.

¿Qué ha pasado? - Preguntó Helsinki, alarmado.

Una poli embarazada la ha llamado, ha sacado a su hijo y la han disparado por la ventana. - Contestó Roma, del tirón.

Bogotá se quedó parado, en shock.

Los demás rodearon a Nairobi.

¡Una camilla! - Gritó Helsinki.

Bogotá y Denver salieron corriendo de la habitación, en busca de una camilla.

Apareció Palermo.

Van a entrar. - Dijo, alarmado. - Helsinki, Río conmigo.

Ahora no Palermo, que estoy con Nairobi. - Le contestó Helsinki,mientras tapada la herida de Nairobi.

¡Gordo, vení conmigo! - Le gritó Palermo.

¡Ahora no! - Replicó Helsinki.

Ya voy yo. - Dijo Tokio, levantándose.

Palermo se la miró. Río, Tokio y Palermo salieron de la habitación, dispuestos a hacer que nadie entrara al banco.

A los pocos segundos llegaron Denver y Bogotá, este último aún en shock.

Subirla a la camilla. - Ordenó Helsinki. - La llevaremos a otra sala.

Entre todos los que estaban, subieron a Nairobi a la camilla. Roma seguía haciendo presión sobre la herida, para que no saliera tanta sangre.

Nairobi le cogió la mano a Bogotá y, con Helsinki delante, empezaron a desplazar a Nairobi.

Helsinki iba delante, Bogotá le daba la mano a Nairobi (con cara de preocupación), Roma hacía presión sobre la herida de su amiga, y se miraba a Bogotá y Nairobi con una sonrisa, y Denver iba al final, empujando con fuerza la camilla.

Llegaron a la habitación muy rápido. En el momento que entraban, escucharon a Palermo gritar ("¡Fuego") y, seguidamente una fuerte explosión.

Los de la banda se miraron entre sí, pero rápidamente se volvieron a ocupar de Nairobi.

En un momento, mientras los demás buscaban los maletines, Roma se quedó con Nairobi.

Oye Roma... - Dijo Nairobi, casi susurrando.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora