Nairobi

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Roma se cayó al suelo.

A los pocos segundos llegaron Palermo y Bogotá.

¡Le ha dado! - Gritó Bogotá, asustado.

Palermo se acercó a Roma, y le cogió la cabeza.

¿Estás bien? - Le preguntó Palermo. - ¿La bala te ha atravesado el chaleco?

Roma lo miró a los ojos y negó con la cabeza.

Bogotá respiró, aliviado.

Apareció Estocolmo.

¿Qué ha pasado? - Preguntó.

Roma, de repente, empezó a llorar.

Todos se quedaron en silencio.

¿Qué te pasa? - Le preguntó Palermo, que seguía cogiéndole la cabeza.

No le he matado. - Dijo Roma, entre llantos. - Ahora nos matará a nosotros.

Le encontraremos. - Contestó Estocolmo.

¡Es un asesino, Mónica! - Exclamó Roma. - Irá a por Nairobi, y luego a por los demás. Y yo le podría haber dado.

Roma se sentó.

No pasa nada, tranquila. - Dijo Palermo, dulcemente.

Se acercó a ella y la abrazó.

Roma se quedó sorprendida, pero también lo abrazó: era lo que necesitaba.

Bogotá y Estocolmo se quedaron petrificados; Palermo y Roma se llevaban muy mal.

Roma se separó.

Tienes razón. - Dijo, más tranquila.

Vés a descansar, y no te preocupés. - Le contestó Palermo, con una sonrisa.

Roma lo miró a los ojos y asintió.

En ese momento, Palermo se dio cuenta que Roma tenía los ojos muy bonitos.

Palermo sonrió y Roma se levantó.

Palermo también se levantó.

Bogotá, llevátela con Nairobi. - Le pidió Palermo a Bogotá.

Bogotá asintió y se dirigió a los baños; donde estaba Nairobi.

Antes que Roma empezara a caminar, escucharon un grito.

¡Ayuda! - Gritó una voz femenina.

¡Nairobi! - Exclamó Roma.

Salió corriendo, dirección a las escaleras.

Los demás la siguieron, preocupados.

Llegaron a la planta de abajo, donde ya estaban Denver y Río.

Gandía tiene a Nairobi encerrada aquí. - Explicó Río.

Denver, Río, súbanse a las tuberías y traten de atacar a Gandía. - Ordenó Palermo.

Denver y Río obedecieron y salieron corriendo.

Roma se acercó a la puerta.

¿Nairobi? - Preguntó Roma.

Nadie contestó.

Solo unos golpes. Alguien estaba golpeando fuerte la puerta.

¿Qué está pasando? - Preguntó Bogotá, lleno de pánico.

En seguida lo supieron: Gandía estaba haciendo un agujero.

Le dió un golpe fuerte, y allí apareció la cabeza de Nairobi.

Roma ~ La Casa de Papel [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora