¡Por fin lo había conseguido! Le daría una pastilla efectivamente buena para dormirlo, luego lo fotografiaría desnudo y ¡Bingo! Vendería todas esas fotos a paparazi a un muy buen precio, ella ganaría dinero y claro, el quedaría en ridículo delante de todo el mundo cuando salieran a la Luz – Se sonrió para sí misma estando sentada en la sala de estar de adentro de la casa. ¡Pero qué plan más descabellado para vengarse! – Pensó ahora desanimada – ¡Si, descabellado! Primero, porque No se atrevería a desnudarlo por más rabia que sintiera en contra de él y segundo… Bah! No Había segundo, pero verlo desnudo, simplemente seria... Demasiado para ella. Frunció el seño y dibujo en una servilleta un muñequito desnutrido y esquencle al que llamo Justin. Lo miro más de cerca y entonces le agrego uno detalles, luego sonrió al ver su obra maestra. Si, estaba perfecto. Le puso al dibujo, cachos y cola para que quedara bien representado que su esposo solo era un demonio disfrazado de humano. Se rio al ver su obra de arte nuevamente y pensó en algo mas para vengarse, su cabello, claro ¿Y si le cortaba el pelo?¿qué haría él? No se lo imaginaba grabando películas con su cabeza rapada y pelona Ja! ¡Seria tan divertido! Pero no, Su cabello no iba a ser suficiente para vengarse de cómo quedaría su imagen ante el mundo cuando amaneciera o quizás cuando atardeciera y mostraran esas fotos vergonzosas donde supuestamente “Había perdido su pureza” si, se supone que los casados hacen eso y no debería preocuparle pero… sería mucho más soportables si esas fotos del demonio no existiesen ¡Como lo odiaba a el por hacer que las tomaran!
…Justin la vio sonreír desde la piscina cuando se dirigía a nadar un rato ¿En Qué loca idea estaría pensando? – se pico por saber - ¿Debería tener miedo o no? La verdad era que tanta calma ya lo estaba espantando y agobiando pero ¿Qué más podía hacer? Nada, Solo esperar a ver que se le ocurría a esa mentecita aterradora para vengarse de él, porque estaba seguro que ella no se iba a quedar quieta. No después de lo de la “Mancha de pureza” y “Tu eres mi mujer ahora” – camino por el borde de la piscina y echo otro vistazo a la que era su esposa - A lo mejor se había pasado con lo de la sabana pero… se divirtió con hacerlo y eso no podía negarlo aunque ella lo obligara, no podría negarlo, su cara lo delataría.
…Esa chica, aunque fuera insoportablemente soportable también le hacía pasar buenos momentos. Miro el agua que con la luz del sol de la mañana se veía azul y refrescante y se tiro sobre ella mientras sonreía. Y si, el agua estaba fresca, justo así como se sentía él.
~ 15 Minutos más tarde ~
Él rubio Salió de la piscina con la toalla al hombro. Que nada hubiese pasado hasta ahora, No estaba tan mal después de todo. Solo se preguntaba si aun ella estaría pensando hacer algo en contra de él ¡Que carma! Desvió su vista hacia la casa, mirando por las amplias ventanas de cristales y la vio allí, en el mismo lugar, haciendo lo mismo. ¡Era preocupante que estuviera tan calma! O… ¿quizás no?
Se seco completamente y se cambio de ropa. Luego entró a la casa, más específicamente, fue hacia donde ella se encontraba. Sobre el sillón
-¿Qué estás haciendo? – Pregunto a Jane con serenidad, como si antes nunca hubiese hecho nada en contra de su dignidad, Por Dios ¡Era lo más cínico que podía existir! Ella levanto los ojos hacia él con el fuego ardiendo en ellos y oculto la servilleta con su dibujo mal hecho de él.
-¿Qué? – Respondió indiferente sin mirarlo - Te preocupa que algo contra ti
Justin sonrío.
-No me preocupa pero ¿Piensas quedarte todo el día en pijama y echada sobre ese sillón? – Jane frunció el seño por su comentario. Claro, por lo mucho que podía ella hacer ahí encerrada o mas bien atrapada con el, que era un ogro.
-¿Y qué te importa si lo hago? – Replico - ¿!porque te preocupas!? – la castaña puso cara de pocos amigos y volvió a rayar la servilleta, ahora poniendo más detalles a su dibujo. ¿Qué le importaba a él? ¿Ya no había hecho suficiente en contra de ella?
-Pensé que querías visitar algunos lugares… – hablo él sarcásticamente - pero si no quieres… – Jane paro oído y se mordió el labio de inmediato, pero no lo miro ¿Por qué lo hacía?¿Porque decía esas cosas? ¡Era tan malvado! Si, el tenia razón, ella quería salir allí, distraer su mente que ya estaba lo suficientemente enredada como para dejarla vivir – si no quieres, Mejor para mí – continúo Justin y Se dio media vuelta – Cuida bien del equipaje mientras no estoy, probablemente me voy a divertir mucho. – Justin camino hacia la puerta cuando escucho como los pasos de la castaña Apresurados hacia la habitación. Se hecho una sonrisa y se sentó en el mueble a esperarla. Por lo menos había conseguido convencerla de ir con él.
………………………..
Jane camino detrás de Justin con una sonrisa en su rostro. Si, estaba feliz de distraerse un poco y salir de allí, aunque fuera con el ogro de su marido, no podía ser tan malo después de que respirara aires frescos y nuevos. Cruzo el umbral de la puerta doble de madera cuando vio ese aparato destructor de dos ruedas sumamente peligroso frente a ella. Se detuvo en seco completamente desorientada. Y no, aquel aparato no era una motocicleta precisamente. ¿Qué hacia eso allí y porque?
Justin se monto en la bicicleta roja que estaba frente a él y espero a que Jane tomara la blanca que el habia elegido para ella. Ella ni se inmuto acercarse a la bicicleta. Prefirió quedarse allí en donde estaba.
-¿Qué pasa? – le pregunto al verle la cara y la expresión. No era normal en ella quedarse callada y quieta. El se inquieto aun mas mientras Ella se quedo callada con una mirada asesina, no sabia a quien dársela, si a La bicicleta o a Justin, De todas los medios de transporte que hay en este mundo ¿Justo tenía que elegir la bicicleta?
-¿No podemos ir caminado? – pregunto. Justin frunció el seño extrañado.
-La playa está muy lejos de aquí
-Es que…. – inquirió después de un momento - No me gustan las bicicletas.
Y si que no sabía mentir. Justin sonrío discretamente y la miro una vez. ¿Qué no le gustan? ¿No pudo inventarse una excusa mejor?
Y, La verdad era que Jane no sabía manejar a bicicleta. De hecho, las detestaba. Para ella, Eran solo una maquina de peligro extremo.
Justin suspiro sonriendo y la llevo a un parque solitario que estaba cerca de la casa.
-¿Por qué nunca aprendiste antes, eh? – le pregunto mientras caminaban hacia el parque con las bicicletas en las manos. Jane tardo en responder.
-Mi padre prometió hacerlo, alguna vez – la castaña sonrió falsamente mirándolo. Él se quedo en silencio al escuchar el tono de dificultad con el que ella hablaba. Esa vez, escucho dolor en cada una de sus palabras. eso lo conmovió o quizás lo sorprendió. Jane era tan fuerte que no se acostumbraba a verla débil – Pero no pudo hacerlo – continuo - Los accidentes llegan sin avisar.
-Mmm – no pudo decir más - ¿Fue en un accidente? – casi murmuro deteniéndose en seco (Habían llegado ya) Y la miro - ¿Cómo murieron tus padres?
-Sí – respondió ella en un susurro ahogado. El decidió no preguntar mas.
Justin dejo su bicicleta a un lado y se concentro en Jane.
-Yo te Sujeto – le dijo. Jane subió a la bicicleta y tomó la dirección entre sus manos ¿Por qué carajos le había hecho caso cuando le dijo “Te voy a enseñar a manejar”?¿! se Estaba volviendo loca acaso!? Ella ni siquiera quería aprender ese aparato y con ese profesor… ahora dudaba de que esa fuera una buena idea. – ¿me escuchaste? – agrego el – Yo te sostengo Tu solo preocúpate por llevar el equilibrio ¿Está bien? – La castaña asintió y coloco los pies sobre los pedales mientras Justin movió la bicicleta suavemente
-¡No me sueltes! – pidió atemorizada. – Espera, espera. – él se detuvo y ella coloco los pies sobre tierra. Dio un suspiro aliviada y Justin volvió a agarrarla.
-Ahí vamos – repuso y puso en marcha la bicicleta otra vez mientras Jane hacia todo esfuerzo posible por no caerse y mantenerse en pie. Si, al parecer Era imposible para ella mantenerse equilibrada ¡Era tan complicado! Tanto, que Justin empezó a desesperarse por no tener ningún resultado positivo ¿Era tan tonta? ¡Por favor solo era una bicicleta! Solo decía “despacio, detente, espera”! se estaba fastidiando ya! 2, 3, 4 veces se cayó de la bicicleta. Justin dio un suspiro y la tomo otra vez, pero esta vez tampoco dio resultado. Pego una suave patada a la bicicleta y miro a Jane quien volteo a verlo ¿Sorprendida? ¿Era enserio?¿una patada?
-¿Eres idiota? – le soltó exasperado. Jane frunció el seño al tiro ¿Disculpa? ¿Le dijo idiota? – Debes tener piedras en cerebro para no poder andar en bicicleta – ella se mordió el labio para no decir insultos… estaba empezando a molestarse.
-Andar en bicicleta no tiene nada que ver con el cerebro
-Por supuesto que sí o ¿Cómo crees que funciona?
-No tengo piedras en el cerebro y fuiste tú quien quiso enseñarme ¿yo te lo pedí?
-Eres mi esposa – replico – debes saber al menos andar en bicicleta.
-Soy tu Esposa falsa, falsa – recalco - No necesito aprender andar en ese aparto peligroso. – Justin frunció el seño molesto.
-¡Bueno ya! – respiro y se echo fresco con la mano. ¡Que calor hacía! – Ahí vamos otra vez, súbete. Y ¡Hazlo bien esta vez!
Jane inspiro desesperada. “Súbete””tienes piedras en el cerebro” ¿Cómo es que podía ser tan mandón? Se subió nuevamente y agarro la dirección de esa “Cosa”.
Cuando Justin la sostuvo y ella puso los pies en los pedales, todo salió mal otra vez Pero esta vez tuvo otro resultado.
-¡Espera! – pidió ella
-Con cuidado! Dijo el y fue tarde para ambos.
Jane había caído al suelo y de su rodilla empezó a brotar sangre. Sangre que salía de una brecha que se hizo en su rodilla al caer al suelo.
Dos segundos pasaron antes de reaccionar. Jane se tapo la herida con sus manos Mientras Justin la miró. No sabía si avergonzado o retraído porque fue justo allí cuando se dio cuenta y se sorprendió tanto como pudo hacerlo al verla. Sus mejillas estaban rojas al igual que su nariz y de sus ojos brotaban lágrimas que recorrían esas mismas mejillas coloradas. Se sonrió falsamente y se sintió extraño. Y pensar que Esa era la primera vez que la escuchaba y la veía llorar.
-A ver – repuso mientras se agachaba para observar su herida.
-¡No! – Jane le aparto la Mano de un manotazo. Estaba furiosa con el
- Vamos – Agrego sereno – es solo un pequeño rasguño. No te paso nada mas
-¿!Quien te dijo que estoy llorando por eso, Tonto! – La miro confundido y se apoyo sobre sus rodillas.
-¿Entonces por qué lloras?
-Es por ese estúpido aparto – respondió entre sollozos fuertes y señalo a la bicicleta - ¿Por qué tengo que ser humillada por esa estúpida bicicleta? ¿Por qué? – Chillo mas - ¡Es tu culpa! ¡Todo es por ti! ¿Por qué vine aquí? ¿Por qué acepte ese estúpido contrato y me case contigo?¿!por qué!? - Justin se quedo mirándola mientras la escuchaba llorar. Era increíble. Una chica tan inllevable ¿también podía llorar de esa manera? ¿podía sentirse tan mal solo por no aprender a manejar bicicleta?
-Ya no llores – Le pidió. No le gustaba escucharla llorar – Te comprare un helado ¿si? – Jane paro sus sollozos y lo miro aun lagrimeando.
-¿Estás bromeando? – se quejo - ¿Crees que soy una niña?