En la boca de Justin, la bebida supo más dulce de lo que se esperaba que fuera. Generalmente el jugo de naranja era un poco más cítrico y menos almibarado, pero ese estaba un poco pasado de azúcar. Hizo a un lado el vaso verde que sostenía en sus manos y tragó el líquido dulzón, que irrumpió en su garganta como filo y por un momento lo hizo arrugar la frente. No le gustaban mucho las bebidas demasiado dulces, le hacían revolver el estómago.
Dejó su mente en blanco un segundo y miró el líquido amarillento en el vaso, realmente estaba siendo pretencioso en ese momento ¿No? El jugo o las naranjas no era que tuvieran mucha importancia como para cuestionarlos. Observó a la azafata, Una chica delgada de cabello rubio recogido en un peinado bastante perfecto y un vestido azul oscuro, retirarse lentamente por el pasillo corto de fuselaje del avión y miró por la ventana las nubes blancas que se hacían dispersas ante él. Ante su vista el cielo se emprendía interminable e inmenso. Las naranjas no tenían ninguna importancia, en cambio, el viaje que había emprendido hacía apenas unas horas sí.
Los Ángeles lo esperaban.
Y la película también.
Le echó un ojo a Zayn, quien después de darle lata un rato sobre <<Que tan bien debía analizar el guión y aprenderlo>> como si él nunca hubiera hecho una película antes o peor aún, como si no fuera un excelente actor, se quedó dormido en la silla junto a él. El viaje era largo y extenuante, y sin mucho más que hacer, y por evitarse el pensar, buscó en el bolso pequeño que llevaba con él la carpeta azul que contenía el escrito del guión. Quería leer un poco más de su personaje, aunque ya había leído la mayor parte de él. Y quería también distraer su mente de cosas que lo agobiaban. Más esto que lo demás. Quería dejar su vida real para entrar en la del personaje y olvidarse – Aunque fuera un momento – de sus problemas propios.
Esta vez estaba viajando en un avión privado en vuelo non – stop, sin paradas. Zayn junto con la mayor parte del Elenco de la película estaban allí con él haciendo el ambiente algo relajado y sin presiones, por decirlo de algún modo. La mayoría de los actores eran jóvenes, más o menos como él y aunque habían despegado hacía menos de dos horas – Hora y media para ser exactos - se gastaban bromas entre ellos a cada rato.
A Justin le gustaba esa vibra. Lo hacía sentir enérgico de una u otra manera. Colocó sus ojos en el guion cuando escuchó la voz de “Zack Davis”, uno de los actores del reparto, provenir de un puesto más delante del suyo acompañada de una risotadas por parte de los demás. Justin apartó sus ojos de la carpeta azul y alzó la cabeza. Entonces vio a Zack y Mattew, un chico de cabello rojizo que también hacía parte de reparto, hablar. Y a un lado de ellos, sentada, con unos auriculares puestos en cada oído y una expresión no sabría decir si divertida o preocupada en el rostro, a la chica. Marie, “Marie Dallas” “Dallas como la ciudad. Ella era su coestrella. Era una chica, a su concepción, bonita, de contextura delgada y un poco más baja que él. Tenía el cabello de un café intenso que combinaba perfectamente con su piel canela y parecía ser una chica alegre. Justin la había visto por primera vez esa mañana cuando estaban abordando el avión por la parte trasera del aeropuerto para evitar paparazis. Él No la había conocido antes, ni siquiera como actriz. Pero sus ojos cafés le recordaron Inmediatamente a Jane. Ella, Marie, le había sonreído con simpleza esa mañana.
Justin regresó su atención a la carpeta azul del guion y buscó el capítulo cuatro para re – leerlo.
Se perdí en la tinta negra del número cuatro y empezó:
<< < Jasón – el personaje principal masculino – se acerca a Jamie – el personaje principal femenino – de una manera bastante abrumadora y poco confiable. Están en la superficie de un yate lujoso pagado por el cantante. Un viaje en yate que, por ser irónico, da inicio a su luna de miel. Jasón está furioso, porque, además de que Jamie por poco lo hace quedar en ridículo en la boda, lo había llamado infantil.
Jasón: ¿A quién le dijiste infantil?
Jamie retrocede y se ríe, pero no parece feliz.
Jamie: A ti, estúpido
Las mejillas de Jasón se ponen rojas de la irritación.
Jasón: ¿Estúpido? ¿No sabes que este estúpido es tu marido?
Jamie: Falso. Marido falso.
Jasón se ríe más molesto que feliz y da otro paso hacía ella. Se desabotona la camisa lenta y seductoramente haciendo que Jamie estalle escandalizada. Haciéndola pensar ¿Qué carajos está haciendo?
Jason: ¿Te demuestro que no soy un niño? – Jasón ríe demostrando que disfrutada viéndola incomoda.
Jamie da un paso atrás para mantenerlo a raya y se encuentra acorralada con la barandilla superior del yate cuando él se ha quitado completamente la camisa.
Jamie: Déjate los Juegos – Jason no presta mucha atención a su advertencia al verla nerviosa y claramente perturbada y se lanza hacía ella. Ella da un paso atrás en defensa y torpemente cae por la borda. Al agua. >>>
Justin cerró la carpeta azul y se echó a reír entre divertido e incrédulo. Le había pasado la primera vez que leyó la escena y seguía pasándole cada vez que la leía.
La sensación de Deja Vu que le dejaba la lectura de esa escena la sentía palpable en su piel. Como si hubiera estado en el sol por horas y luego se tocase la piel insolada. Como si antes ya la hubiera vivido. Y… la había vivido ¿No? Se decía a sí mismo que la vida era lo suficientemente buena como haberle dado el don de la actuación y el don de actuar, pero también era lo suficientemente loca como para ponerlo a representar un papel como ese. Un “Karma” por darle nombre a la situación. Jane. La escena tenía el color de ella. << Karma>> se repitió. Estaba seguro de que era otro juego del destino. El destino que quería tatuarle aún más a Jane en la piel. Porque no encontraba otra explicación para ello. Rió aliviado, pensando que al menos tenía la seguridad de que haría bastante bien el papel puesto que ya, de mentira o de verdad, lo había hecho una vez, Solo que ahora no terminaría enamorado de nuevo, aunque técnicamente eso era lo que pasaba en el guion.
Jasón terminaba enamorado de Jamie.
Zayn despertó atolondrado cuando Justin dejó ir ese pensamiento y se acomodó en la silla moviendo lentamente el torso que tenía doblado sobre el brazo acolchado de esta. Le dolía todo el jodido cuerpo. El cuello, los brazos, la cadera y ni que decir de las piernas, que las tenía entumecidas. Miró a Justin con los labios fruncidos gruñendo en cada movimiento y él rió cálidamente.
-Al menos pudiste despertarme ¿No? – Se quejó Zayn, ahora erguido en la silla y levantó los brazos, pasándolos por su cabeza – Me duele hasta la madre Justin.
El rubio dejó escapar su risa en una carcajada.
-Es el precio que pagas por decirme <<No>> ¿Recuerdas?
Zayn negó, obviamente recordando lo que él quería decirle con eso e hizo una expresión en el rostro de ofendido. Pero era falsa.
- Me alegra ver lo poco resentido que eres “Amigo” – Le soltó en voz una voz irónica que el ojos miel no alcanzó a creerse – Dios quiera que no me necesites después.
Justin le dio un golpe tenue en el hombro, como diciéndole “Esto preparado para ello” y Apartó sus ojos de Zayn para volver a leer el guión.
No había leído la primera palabra cuando Zayn lo interrumpió, curioso.
-¿Y qué te parece?
Justin frunció los labios.
-Bastante loco – rió - Pero me gusta.
El chico de cabello negro satisfecho por la respuesta se quedó callado un momento, medio pensativo, medio ido y lentamente miró en dirección a Marie. La chica del cabello café intenso estaba sentada a unas tres sillas más delante de ellos.
-¿Crees que ella haga bien el papel de Jamie? – Preguntó inaudible, más como un pensamiento propio que una pregunta que quisiera sacar a relucir por ahí. Justin frunció el ceño extrañado por Zayn y sin quiera darse cuenta desvió los ojos hacía la chica también. Dejó su vista en ella por un momento largo. No se había fijado antes, pero ella estaba usando un short que resaltaba bastante bien el color canela de sus piernas. Los auriculares seguían en sus dos oídos solo que ahora parecía bastante intranquila. Justin se preguntaba si era que le pasaba algo. Iba a apartar su vista de ella para responder la pregunta de Zayn cuando ella lo miró tomándolo desprevenido. Esos ojos cafés, que le recordaban tanto a Jane, se quedaron en él por un segundo que se hizo eterno.
No le dio tiempo a la chica siquiera de espabilar, él le quitó la mirada de encima antes de que pasara más tiempo y regresaron sus ojos a Zayn. Se quedó callado intentando adivinar si era que Zayn estaba jodiendolo o preguntaba en serio. Tal parece que no jodía.
-Su supone que tú eres el director. – respondió. - ¿Por algo la escogiste a ella, no?
Zayn se giró hacía el rubio.
-Es que estoy nervioso Justin – Le soltó. El chico casi quiso reír al escucharlo ¿Zayn Malik nervioso? Era increíble. Justin pensó que quizá debió haber grabado aquella frase en ese instante ya no tendría otra oportunidad de oírle decir eso, pero dejó de lado esos pensamientos tontos al ver que la cara de Zayn mostraba lo desconfiado que se sentía de todo - Es mi primer trabajo – Agregó el ojos oscuros - y te preguntó porque tú eres su coestrella y ya has trabajado antes en esto. Ella actúa tan bien y sus características físicas son tan semejantes al del personaje femenino que me cuesta creer que he encontrado a la chica ideal.
Justin dejó escapar un poco de aire.
-Entonces no te cuestiones – Le pasó un brazo por el hombro y sacudió el cabello de Zayn como si él fuera su hermano menor – Lo harás bien Zayn – Lo animó - Al fin y al cabo todo lo que haces te sale bien.
Zayn se soltó del brazo de Justin aliviado y volvió a reír como siempre.
-Entonces esperemos que mi suerte no cambie. – Se puso de pie estirando los brazos al aire y señaló con los ojos unos muebles ubicados por la derecha en una reducida área del interior del avión - Iré a dormir bien en los muebles que hay por allá – Le dijo – No sé cómo carajos fue que logré pegar el ojos en esta silla tan incómoda pero no pasará otra vez.
Justin lo despidió riendo, viendo su espalda.
Era tan…Zayn.
***
<<< Jasón mira de pie a cabeza a Jamie con los ojos perdidos. Ni siquiera él puede notar su mirada porque no puede controlar lo que siente. La hace sentir incomoda y ella lo hace notar, pero él no puede dejar de ver su vestido negro y quiere bes.. >>>
-¿Estás ocupado? - Justin interrumpió la lectura opacado por la repentina voz de la muchacha, que sonó extraña en sus oídos. Un poco aguda. Aun así, su cara no mostró gestó alguno cuando levantó la cabeza y la miró a las ojos. Sus ojos cafés. Estaba de pie, con las manos entrecruzadas, a un lado de la silla en donde antes había estado sentado Zayn.
Era Marie, Marie Dallas.
Él volteó a ver la carpeta azul otra vez y la cerró sin apartarle la vista.
-¿Ocupado? – Repitió - Depende para qué.
-Yo también he estado leyendo el guion – Le dijo. Justin observó que ella miraba la carpeta azul, ahora cerrada - ¿Me puedo sentar?
-¿Para qué quieres sentarte?
Marie se quedó sorprendida de la respuesta.
-¿Tienes que preguntar? – Justin asintió.
-Quiero saber ¿Tiene algo de malo?
-Porque quiero hablarte de algo - Justin la miró preguntándose qué cosa podría ella tener que hablar con él - Y no tienes que ser tan pedante – Agregó - ¿Te han dicho que eso es un modo terrible de empezar una relación con un compañero de trabajo?
¿Compañero de trabajo? Él rió de mentiras sorprendido por la actitud ¿Mal educada? ¿Inesperada? De la chica. Ella batió su largo cabello hacía atrás.
-¿Disculpa? – Dijo aclarándose la garganta - ¿Marie, no?
-Sí, Marie- dijo ella - y tú Justin. Ya te había visto antes.
Él rodó los ojos.
-Sí, se supone que me hayas visto, soy bastante famoso. ¿No es obvio?
Marie negó con la cabeza y se rió.
-Quiero decir, Ya te había visto cuando abordamos. Antes de eso no había escuchado de ti.
Él se quedó callado, mirándola dudoso. ¿Acaso era la única chica que conocía que no lo conocía?
-Y Antes de que lo preguntes – agregó ella - Viví en España los últimos 5 años lo que implica que no veía mucha televisión alemana por lo que puede que no haya escuchado de ti. Aunque – dijo, mirándolo – supongo que no todo el mundo tiene que conocerte.
Justin la observó detenidamente ¿Cómo que hablaba demasiado, no?
-Y antes de que preguntes porque puedo hablar alemán tan fluidamente – volvió a decir. Si, hablaba bastante - la respuesta es simple, mi papa es alemán.
Justin frunció los labios.
-No iba a preguntarte nada de eso - Sonó reacio y se cruzó de brazos – pero sí quisiera saber para qué viniste aquí.
Marie se mordió el labio y se notó avergonzada.
-Antes de responderte – murmuró casi inaudible - ¿Me puedo sentar?
Justin frunció labios asintiendo con la cabeza y segundos después ella tomó asiento a su lado, sujetándose el cabello en una coleta desordenada. Dejó escapar aire.
-Bueno – le dijo – Tú me estabas mirando antes ¿No? Por eso estoy aquí ¿Quiero saber porque?
-¿Eh?
Justin volteó a verla y más que sorpresa le dieron ganas de reír. No sabía si es que la chica era muy impredecible o quizás ¿Chismosa?
-Antes me mirabas – repitió ella cruzándose de brazos – Quiero saber porque - Justin negó con la cabeza y no dijo nada, ella se irritó entonces - Estoy bastante nerviosa por este papel – le soltó – Puede que a ti no te importe porque eres famoso y toda la cosa, pero este es mi primer papel importante y estabas con Zayn, creo que tal vez, quizás, solo quizás, estaban hablando algo de mí. Dime si me equivoco o no.
El rubio rodó los ojos hacía la ventana del avión y se quedó callado, luego volvió a ver a la chica de piel canela sentada a su lado ¿Cuándo había sido la última vez que se topaba con una chica irritable en un avión? Ahh si… Jane.
-¿No crees que esa pregunta es un poco indiscreta. Digo, no es tu asunto lo que Zayn me diga
-¡Ja! – Ella lo señaló con el dedo - eso quiere decir que si estaban hablando de mí.
-Si así fuera, no tendría que decírtelo, imprudente.
-¿Perdón? – Marie bajó su dedo y arqueó una ceja, parecía haberse ofendido - ¿Me dices imprudente por estar nerviosa?
Justin asintió con la cabeza
-Te digo imprudente por preguntarle esas cosas a alguien que no conoces. – Él sonrió irónico – Y si, lo eres, eres imprudente.
Marie se mordió el labio molesta y aguantó las ganas de darle un golpe.
-No puedo creer que lo admitieras.
-No lo admito, solo digo la verdad.
La castaña abrió la boca buscando las palabras para decirle algo, pero no encontró ninguna lo que la hizo enfadar más.
- Pues… - comenzó, intentando sonar ofensiva - Tu eres un engreído estúpido – Se levantó de la silla dejando a la vista de Justin sus piernas y su largo cabello cayéndole a un lado del hombro en la coleta y lo miró, molesta – Supongo que eso si te lo habían dicho antes ¿Verdad?
Después se fue.
Justin se quedó casi estático ante esa inesperada conversación. Esa chica tan rara. Bien rara y molesta que era, le hacía recordar tanto a… Jane.
***
El aire frio de la apenas caída noche en los Ángeles le pegó de frente a Justin una vez estuvo fuera del avión. El pavimento extenso que se erguía bajo sus pies como un interminable camino lo hacía sentir pequeño en una ciudad tan grande como lo era esa. La ciudad de los sueños. Agarró la palanca de su maleta y miró un momento al cielo. Aún no se teñía completamente del azul oscuro habitual por lo que podía ver en él lo que era el grisáceo rastro dejado por lo que antes por fue un azul brillante y claro.
Volvió la vista al frente cuando todos los demás chicos del reparto bajaron del avión envueltos en abrigos y gafas. Quizás no era una temporada de frio allí, pero estaba anocheciendo y los ángeles no perdonaban la noche. Se enfriaban. Aun enfriando, Vio de reojo a Marie metida dentro de un abrigo café que tapaba parte del short y unas botas largas de color café también. Él la miró un poco más reparando que aquel abrigo la hacía lucir como si no llevara nada más que el abrigo mismo y rio. El short era de por sí algo corto. Negó con la cabeza al tiempo en que ella notó que él la miraba y le volteó a cara. Encima de imprudente, también era rencorosa. Él Se preguntaba si era que los aviones ponían a las chicas raras.
Lo que fuera, no importaba. Zayn se le acercó por detrás y lo sacó de sus pensamientos absurdos.
-Los chicos me han dicho que irán al hotel de inmediato – Le informó. Zayn también se había puesto un abrigo negro – Yo no puedo hacerlo porque quedé de ver a Alan dentro de un rato ¿Vas con ellos o te quedas conmigo esperando a Alan?
Justin sonrió. Un poco sincero un poco irónico.
-¿Estás de broma? – Le dijo - No sabes lo desesperado que estoy por verlo – rió un poco más y dio media vuelta – Obviamente voy al hotel.
Agarró su maleta, sostenida por sus piernas y se acercó a los otros chicos del elenco.
***
El hotel se llamaba “Real 4” era un edificio de seis pisos a lo largo de una calle y ocupaba casi una cuadra. Estaba pintando de blanco en su totalidad y las letras de su nombre eran doradas brillantes, escritas en una letra extraña. Aun de noche, aquel edificio se alzaba imponente ante los 4 chicos del reparto.
A Justin no le pareció la gran cosa. A pesar de que varios de sus compañeros le habían dicho que maravillas del hotel, no cambió su opinión. Como siempre, seguía siendo irritable cuando se lo proponía. La entrada estaba limpia de una forma sospechosa. Había pocos carros y pocas personas. Lo que no era muy tipo para un viernes por la noche en suelos californianos, ni un paparazi tampoco. Justin quiso suponer que la razón de eso era el hecho de que pocos sabían que iba a ir a Los Ángeles, y que había viajado en un avión privado.
Cual fuera el motivo estaba agradecido. No quería tener que luchar con las cámaras.
Se encontró con que su habitación era más grande de lo que esperaba. Contaba con una cama doble que se extendía justo en frente de unos amplios ventanales de vidrío, permitiéndole una perfecta vista de la ciudad y su propio juego de muebles. Estaba en el sexto piso. A pesar de que la fachada del hotel era completamente blanca, las paredes de su habitación estaban pintadas de beis. Le gustaba. Lo hacía recordar al cuarto del apartamento que tenía en Alemania.
Los otros 4 chicos que iban hacer parte de la película se les asignaron habitaciones a unas cuantas de la suya en ese mismo piso y a Marie justo a un lado de la suya. Se dejó caer en la cama agotado y miró al techo.
El yeso blanco parecía querer gritarle
<<Estás en los Ángeles Justin, Ahora, incluso, más lejos de Jane de lo que jamás imaginaste>>
***
-Escucha, Jane – La castaña mantuvo la bocina del celular cerca de su oreja, sosteniéndolo entre el hombro y la oreja, mientras abría la puerta del balcón con las manos. La perilla estaba helada. Y mientras sentía el aire frio de la noche meterse por cada uno de los poros de su piel dejando a su pasó el alivio de su gélida sensación, agarró el celular con una de sus manos y apoyó la otra en la barandilla del balcón.
Hacía frio – pensó - Más que los otros días.
Se dejó caer en la baldosa fría del balcón y apoyó la espalda en la pared lisa detrás de ella, descansando un momento corto el cuello. Ese día había regresado más tempano de la oficina porque Alan se había ido a encontrarse con Zayn. Estaba nerviosa. Y lo estuvo desde que Alan le dijo que Zayn llegaría ese día – que era viernes – y no el sábado, como ya había dicho. Él pelinegro le había dicho que fuera con él a verlo, pero ella prefirió esperar hasta que fuera necesario su encuentro.
-Escucho – Le dijo a Alan quien esperaba del otro lado de la línea escuchar su voz - ¿Cómo te fue?
El ojos negros se tiró en uno de los muebles de su apartamento quitándose a la vez el pesado abrigo que llevaba puesto. Le agradaba escucharla, pero también lo invadía la horrible sensación de que ella nunca sería completamente suya cada vez que lo hacía. Y eso, no era bueno.
-Zayn está bastante contento con el guion – respondió. Jane frunció los labios intentando no sonreír de la emoción que sin duda estaba sintiendo – Me dijo que mañana nos reuniríamos con parte del reparto de la película. Quiere conocerte y que hagamos un tipo de prueba inicial entre los actores, los directores y tú ¿Qué te parece?
¿Qué le parecía? Jane miró hacía la ciudad y respiró. Aún no se la creía.
-¿Tan pronto? – Soltó más nerviosa que negativa – Digo, no es… apresurado de ese modo
-¿Estás de broma? – Dijo él – Entre más pronto mejor. – Ella se quedó callada en el teléfono y Alan casi adivinando sus pensamientos agregó – No te sientas nerviosa. Lo harás bien, yo estaré allí.
Ella miró al cielo, tan oscuro como infinito y dejó escapar un poco de aire de sus pulmones.
-Gracias – Siseó – Por estar.
-Jane…- Murmuró él y un nudo se le hizo en el estómago – Sabes que te quiero.
-Yo… - Silencio – También.
Y era verdad. Lo quería, pero no del mismo modo. Eso la hacía sentir tan miserable. Tan mala.
-Entonces mañana nos veremos a las nueve en las oficinas de mi edificio. La prueba la haremos en los primeros pisos que son los que están adecuados y acentuados para esto de los escenarios. ¿Vale?
-Vale, nos vemos allí.
-Y Jane… - dijo él después - Llega antes, quiero verte un momento antes de que estemos ocupados. Hay algo que me gustaría que hacer contigo.
<<Algo>> Jane trago gordo y su piel se erizo ¿Qué podría ser? Las imágenes de esa noche con él en la oficina y de lo que casi le permitió hacerle llegaron a su cabeza. Se preguntaba su se trataría de <Algo> como eso. Luego cambió de idea.
-¿8:30 entonces?
-Sí.
Alan sonrió y luego cortó la llamada.
Ella se quedó aun mirando el cielo. Estaba descalza y el enterizo corto de color azul cielo y mangas que estaba usando no parecía adecuado para el clima. Hacía frio, mucho, pero ella no podía dejar de pensar en mañana.
<<Mañana>> La palabra se sentía tan lejana y tan cerca que la espantaba.
Y Alan…
¿Qué mierda era lo que iba hacer con su vida?
***
El sol penumbroso entró por la ventana que había dejado abierta a propósito la noche anterior en caso de que el despertador no sonara.
Jane miró la hora y se dio cuenta que estaba bien de tiempo y de que no había necesitado el despertador. Eran las siete en punto. Normalmente se hubiera levantado con un poquito de pesadez y pereza, pero este día no.
En la noche no había podido pegar el ojo hasta bien tarde y aunque era de día y bastante temprano, no sentía ni una pisca de ganas de seguir tirada en la cama como morsa. Era como… cuando se sentía emoción y miedo. Solo sabía que pronto parte de una meta que se había planteado cuando niña se iba a cumplir. Y ese pensamiento hizo de su boca una curvatura que pronto se volvió una sonrisa.
Con esa sonrisa entró a la ducha.
¡Fría! ¡La condenada temperatura del agua nunca quedaba bien configuraba! La castaña sintió que cada bello de su piel desnuda se erizó al primer toqué del agua con su piel. Se suponía que saliera caliente, pero nunca podía hacer que el jodido calentador soltara el agua a la medida en el primer chorro. Después se ponía cálida, pero antes tenía que soportarla helada. Dejó que el agua recorriera su cuerpo desnudo y le diera en la cara. Dejando de lado la percepción de que las personas pensaban más mientras estaban en la ducha, Jane no estuvo allí más de ocho minutos.
Después de que estos transcurrieran se encontró a sí misma buscando con ansiedad algo apropiado para ponerse. Sonrió otra vez satisfecha << algo apropiado para presentarse a Zayn, el director que produciría su guion>>
Al final terminó colocándose unos jeans negros ajustados, que convenientemente o no se ceñían a sus caderas y piernas moldeando su figura, acompañó el Jeans con una blusa blanca larga semi ajustada que llegaba un poco más debajo del cierre del jeans y el cuello en V de la prenda, con un escote recatado dejaba ver parte de su pecho pero nada más, la hacía lucir a lo que ella llamaría “Una mujer sofisticada”
No era que ella fuera muy complicada para vestirse, pero dadas las circunstancias, ese día, quería verse bien.
Estaba en el tocador arreglándose el cabello y echándose algo de maquillaje en el rostro cuando un mensaje llegó a su celular. Seguido de otro.
<<Buenos Días… ¿Estas bien?>>
<< Bueno, eso me lo vas a decir ahora. Nos vemos en el cuarto de utilería, es el que está en el primer piso del edificio, al fondo del pasillo, puerta azul marino. Cuídate, bonita, chao Att: Alan >>
Jane se miró una vez más en el espejo después de leer los mensajes y otra antes de tomar su bolso del perchero y ponerle el seguro a la puerta del apartamento.
El día apenas empezaba en la ciudad de los sueños pero por ser las ocho de la mañana y por ser un sábado, las personas se acumulaban en las amplias calles pavimentadas del centro de los Ángeles ocupando gran parte del servicio público.
Ella agarró el primer taxi vacío que encontró después de unos minutos y se subió.
Era tiempo.
***
Justin estaba con los brazos cruzados, un jeans negro, una camisa azul y unas gafas oscuras, de pie en frente de la entrada de las oficinas Muller en Los Ángeles. Tenía el ceño fruncido y la duda de que carajos allí temprano le carcomía el cerebro. Zayn los había hecho ir a todos una hora antes que la hora a la que se suponía debían ir. Y debía decir que no era que le gustara mucho.
Zack y el chico del cabello rojizo, Mattew, estaban medio adormilados todavía quejándose el uno al otro mientras Marie, estaba de pie bastante cerca de él. Justin se preguntó si era que ya se le había pasado el enojo o solo quería no sentirse tan fuera de lugar como los otros dos.
De lo que si estaba seguro era de qué Zayn estaba enloqueciendo. O de que mínimo, todo el asunto de ser director estaba ocasionándole serios problemas de ansiedad y nerviosismo. Eran las ocho de la mañana, se suponía que debían ir allí a las nueve.
Lo miró de reojo, a Zayn y notó que estaba sonriendo. El chico se veía fresco y sin una pisca de remordimiento el rostro. Era como si no hubiera viajado las nueve horas que viajo y como si no se hubiera acostado casi a las 11 de la noche ¿Acaso no se cansaba? Su poder de resistencia era envidiable. Justin estaba muriéndose de sueño.
Se le acercó cauteloso y lo sorprendió por la espalda.
-¿Puedes explicarme porque es que estamos aquí tan temprano?
Zayn dio un saltó al ser pillado por sorpresa y lo miró, sonriendo todavía.
-Relájate, Justin – le dijo – Solo quiero ver algunas cosas antes de que Alan llegue.
<Alan> la sola mención de su nombre le revolvió la barriga.
-Estás demasiado emocionado. – Justin dio paso y se puso a su lado - Yo quería seguir tirado en la cama como morsa.
-Lastima – Zayn sonó sarcástico - Ahora mismo soy quien te contrató.
El rubio rio por lo bajo.
-Solo está vez, amigo, solo está vez.
Ambos cruzaron las puertas automáticas del edificio de Alan con serenidad. Justin se quedó sostenido a solo unos metros detrás del umbral de esta sorprendido. Había un gran número de personas dentro moviéndose de un lado hacía otro como lo había imaginado nada más en una fábrica.
Vaya… - pensó - Desde fuera todo se veía tan calmado, pero allí dentro, las cosas eran significantemente diferentes.
Las personas trabajaban en lo que él podía apostar era la apropiación de un escenario. Esas personas estaban recreando el contexto de cierta situación para grabar algo. Se movían con una rapidez que parecía… cómica. Ni siquiera habían advertido su presencia allí. Ni la de él ni la de los demás.
Zayn estaba a un paso delante de él mientras que Zack, Mattew estaba detrás, solo faltaba ubicar a Marie quien… ¿Estaba a su lado? Justin no se dio cuenta en qué momento se acercó, pero el olor a Vainilla de la muchacha le hizo notar su presencia. La notó levemente intranquila con una uña descansando en sus labios mirando hacía todos lados en los que grupo de personas se movían. Parecía nerviosa. Y seguramente lo estaba y solo quería ocultarlo. Justin recordó sus palabras “Esto bastante nerviosa por mi papel, es mi primer papel importante” La miró, observando la forma en que el Jeans azul que usaba se ajustaba a su cuerpo y como las mangas holgadas de la blusa negra le caían por los brazos. No le quedó de otra. Ni su consciencia le dio otra alternativa. Él no era de esos chicos, pero… ella parecía tan… indefensa en aquel piso tan exageradamente grande…
Se le aproximó lo suficiente como para ver que no llevaba puesto aretes.
-Cambia esa cara – Le soltó en el oído en forma de susurro. Marie volteó a verlo, preguntándose si era que él se estaba burlando de ella o algo cuando él agregó – Todo está bien. Solo sonríe y hazle creer a los demás lo segura que eres ¿Okey?
Justin no la miró de nuevo. Se alejó de ella el silencio, ignorante de la mirada de agradecimiento que Marie le había brindado.
Zayn se perdió por un pasillo segundos después y Zack y Mattew se dispersaron también, dejándolo solo a ellos dos allí.
Justin iba a alejarse también, pero ella lo detuvo, tocándole el brazo. Él dio un giro hacía ella.
-Gracias – Aludió – Por lo que me dijiste antes – el rubio hizo de sus labios una línea y no le dijo nada, por lo que ella sonrió silenciosamente - ¿Eres siempre así de orgulloso, verdad?
Él rio por lo bajo debido a la ocurrencia de la chica y se cruzó de brazos haciendo con eso que la camisa azul que llevaba puesta se arrugara un poco en la parte delantera, en su torso.
En ese momento, en frente de la puerta, Jane estaba apresurada, poniendo un pie fuera del taxi que la había llevado. El cabello se le había alborotado por el viento que entraba a través de las ventanas del taxi y le caía como cascada por los hombros y la espalda.
-¿Crees que decirme orgulloso es una forma de dar las gracias?
Justin la miró y ella le sostuvo la mirada.
-¿Crees que no decir nada es una buena forma de recibir un agradecimiento?
El frunció los labios. Esa chica era… imposible.
Jane se encaminó hacia la puerta de entrada acomodándose la blusa que se arrugó por detrás. No podía creer lo terrible que podía volverse el tráfico a esa hora de la mañana. Y era tarde. Seguro Alan ya estaría por llegar. Las puertas electrónicas con vidrios polarizados le permitieron ver su figura reflejada en ellos. Al menos seguía viéndose presentable – pensó – podría ser peor.
-Esa es mi forma de ser Marie – Dijo Justin. Ya se sentía como un bicho raro parado tan cerca de la puerta - No soy del tipo que habla mucho.
-Ya… - susurró ella para sí misma - eso lo explica todo. – Marie pasó sus manos húmedas por el sudor en la parte delantera de sus jeans y lo miró - De todas formas, no eres tan malo como te pintas. Te preocupas por la gente. Eso es un punto a favor.
Justin levantó una ceja
-No me interesa tener puntos a favor.
Ella negó con la cabeza
-Hay vas de nuevo ¿Por qué eres siempre así? Ser buena persona de vez en cuando no te va a matar.
-Yo soy buena persona – Aludió el rubio con serenidad – Pero hay muchas cosas que no sabes, Marie – El chico la miró fijamente una vez más antes de alejarse de ella y perderse en un grupo de chicos vestidos de azul claro. Ellos cargaban una mesa con varios objetos. Justin no dudó en reconocerlos. Eran muy seguramente quienes se encargaban de armar los escenarios.
Jane tropezó con Marie sin culpa y le dio una disculpa rápida para continuar con su camino.
Justo En el momento en que Justin caminó hacía los chicos vestidos de azul, Jane pasó detrás de él con dirección al cuarto de utilería.
***
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El cuarto de utilería era pequeño.
Jane lo reparó asomando su cabeza por la puerta azul marino y notó también que estaba bastante desordenado. Las vigas de las paredes en lo alto se mezclaban con el cielo raso de yeso y Las paredes color amarillo pálido, que a su vez estaban ocultas en su totalidad por varios colgadores de ropa llenos de ella. Unas estanterías ubicadas al fondo del salón cargaban con disfraces, zapatos y alhajas de colores brillantes y llamativos que le hacían acordar a cuando aún asistía al instituto y le había tocado limpiar su salón de teatro era lo que le daba el toque de pequeño pero sustancioso a aquel cuarto.
Se preguntó entonces porque carajos Alan querría verla en ese cuarto tan… aturullado de cosas.
Entró completamente y cerró la puerta tras ella, observando ahora que además de los colgadores,
También había ropa estaba sobrepuesta en unas sillas ubicadas frente a un tocador de madera que ocupaba casi una pared de extremo a extremo de lo largo que era. Pegado en la pared justo encima de tocador, había un espejo tan largo este.
La castaña se quedó sorprendida entonces. ¿Cómo es que a un cuartito como ese podían caberle tantas cosas?
Quitó la ropa de la silla ubicada frente al tocador y se sentó en ella.
Cruzó los brazos, incomoda por estar allí y sacó el celular de su bolso para ver la hora. Agradeció a Dios que fueran las ocho y media exactas ya que eso significaba que Alan no tardaría y ella no tendría que estar más tiempo en ese lugar que siendo franca no le gustaba ni un poco.
Las pelucas que estaban sostenidas en las estanterías le erizaban el bello de la piel. Eran… escalofriantes.
Desvió la vista del celular cuando el sonido que hacía la cerradura de la puerta al moverse la distrajo.
Sonrió y se dijo para ´si misma <Perfecto > No esperó más de un segundo para dirigirse a la puerta y girar la perilla.
-Al… - Alan iba a decir, pero la sorpresa que se llevó al abrir la puerta casi la hace ir de espalda y la dejó tan inmóvil como una estatua. Tan inmóvil y estática como la misma pintura amarilla del cuarto adherida a la pared.
Fue la sombra de unos ojos claros la que se hizo frente a ella y la atrapó en un instante, dejándola fuera de lugar. Entonces aquel perfume caro entró por sus fosas nasales y supo sin duda que… que era él.
Lo vio de pie frente a ella y por inercia el corazón empezó a latirle ferozmente al momento en que sus ojos hicieron contacto visual. Era él. Y su cuerpo la hizo sentir al mismo tiempo una horrible y dolorosa debilidad en las piernas. ¿Cómo es que…. Como es que él estaba allí?
-¿Tu? – dijo casi sin voz, como si no creyera que se trataba de él. Justin la miró embelesado detallando cada expresión e su rostro. Tenía el corazón en la garganta y una leve confusión de si se la estaba imaginando o no cruzo su mente. Jane, Jane, Jane… ¿Era ella realmente? Se quedó observándola sin decirle nada. Por un momento creyó estar soñando, estar perdido en su propia fantasía escondida porque cosas como esa simplemente no pasaban. Pero ella, ella estaba allí y...
Levantó su mano lentamente y le agarró la mejilla – ella estaba allí y podía tocarla - miró sus ojos cafés y supo que… nada, nunca antes había sentido nada parecido a lo que sentía en ese momento. Jane sintió que la poca fuerza que le quedaba en las piernas se le perdía al momento en que él tocó su piel. Tragó gordo y antes de que pudiera tomar un poco de aire, Justin bajó su mano con la misma caricia suave de la mejilla hasta sus labios y una vez allí, dibujo con el índice su contorno, luego sonrió, explotándose por dentro de alegría.
Era como la escena de una película de amor. Ninguno era capaz de decirse nada, ya que, en ese instante las palabras no eran necesarias. No dirían, ni se acercarían ni un poco a lo que cada uno estaba sintiendo.
-Tu… - murmuró Justin bajito, ahora agarrándole el rostro con las dos manos, como si su tacto no fuera suficiente como hacerlo creer que ella era real, de carne y hueso, y no una simple alucinación suya – ¿Eres… tu? ¿No… No estoy soñando?
Jane respiró con dificultad mientras un nudo enorme se abría paso en la boca de su estómago. Su mente estaba completamente confundida y las manos de Justin en sus mejillas no ayudaban mucho. Apretó los nudillos de sus manos y rogándole a Dios que sus piernas no le fallaran dio un paso hacia atrás.
Las manos de Justin cayeron de sus mejillas sacándolo de su ensoñación y al momento en que buscó su rostro, él vio esos ojos y esa boca otra vez sintió unas ganas enormes de besarla y abrazarla fuertemente para mantenerla aferrada a su vida. Como si esa necesidad creciente todo ese tiempo, fuera una cuestión de vida o muerte ahora.
-Jane… Yo…
-Justin tu…
Dijeron al unisonó y una mirada profunda volvió hacerse entre ellos.
-¿Qué estás haciendo aquí? – Le preguntó ella primero. El sin apartarle la mirada logro hacerle ver que eso mismo era lo que él se preguntaba, que era lo que ella hacía allí. Pero no tenía tiempo pasar pensar en eso.
-¿Cómo estás? – Dijo él ignorando su pregunta - ¿Te creció el cabello?
Jane negó con la cabeza, mirándose las puntas del cabello que le caían por los hombros y luego lo miró a él.
-Dime que haces aquí. – pidió.
-Vine a buscar un torni… No importa porque estoy, gracias a Dios que estoy – sonrió - Estas hermosas, Jane.
-Ella esta hermosa todo el tiempo.
La voz que Justin escuchó lo tomó desprevenido y lo hizo arrugar la frente de inmediato. Su mandíbula se tensionó por inercia y su sangre empezó a bombear a una alta presión.
Esa voz…
Desvió la mirada de Jane hacía él y vio a Alan justo debajo del umbral de la puerta. Él estaba mirándolo fijamente y Justin podía adivinar por su ceño fruncido que no estaba nada feliz.
Jane miró a Alan y luego a Justin y la sensación de estar en el borde un abismo se hizo parte de ella.
¿Por qué…? ¿Por qué la vida la volvía a poner en el lugar donde había empezado?
Jane volvió a ver a Justin y él a ella.
De repente, todo era un enredo nuevamente, y lo peor de ese enredo, es que ella, se había sentido por un segundo, feliz.